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Paulo Portas es el gran vencedor de la crisis de Gobierno en Portugal

El nuevo superministro portugués, de crítico a timonel de la austeridad

El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho (derecha), junto con Paulo Portas.
El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho (derecha), junto con Paulo Portas.PEDRO NUNES (EFE)

Paulo Portas, el ministro portugués más crítico con la austeridad y cuya dimisión hundió esta semana la Bolsa y la deuda lusa, es el gran vencedor de la crisis de Gobierno en Portugal y el próximo responsable de su estrategia económica y del diálogo con la troika.

Si el jefe del Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva, acepta, como todos esperan, la recomposición del Gobierno de coalición de su propio partido, Paulo Portas, tan polémico en sus años de periodista como de político, resucitará un cargo, el de viceprimer ministro, que no se veía en Portugal desde hace tres décadas.

Líder de una minoritaria formación democristiana (el CDS-PP), Portas, de 50 años, ha rentabilizado ya varias veces la aritmética parlamentaria, con puestos ministeriales más relevantes que su numero de diputados en Gobiernos de derecha y de izquierda.

Pero el pacto alcanzado ahora con el primer ministro conservador, Pedro Passos Coelho, cuya continuidad en el poder ha tenido en sus manos toda la semana, le coloca en la cúspide de su intermitente carrera política y en el timón del programa de rescate financiero de Portugal.

El jefe del Gobierno luso, anunció el sábado que Portas asumirá la coordinación de la política económica y el diálogo con la troika cuando Portugal está a punto de iniciar el octavo y más difícil examen de su programa de asistencia, que exige una controvertida reforma del Estado para reducir aún más sus gastos.

Los límites que el dimisionario ministro de Exteriores puso a algunas medidas previstas en esa reforma le enfrentaron en mayo con el ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, artífice de las duras políticas de austeridad que han garantizado el Gobierno de Passos Coelho.

La dimisión de Gaspar, el pasado lunes, fue la primera de una semana negra para el primer ministro, en la que la confianza de los mercados, los intereses de la deuda y el valor de la Bolsa perdieron lo que Portugal había recuperado en más de medio año.

Gaspar dejó traslucir que el descontento con Portas fue una de las razones de su dimisión.

Cuando Passos Coelho le sustituyó con la secretaria del Tesoro, María Luis Albuquerque, fue el titular de Exteriores quien salió del Ejecutivo, molesto porque el perfil de la elegida no le parece adecuado al nuevo “ciclo” de estrategia económica que reclama.

Passos Coelho, pese a la impopularidad de su política de austeridad, siempre dio prioridad a cumplir el programa de asistencia que supervisan el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión y el Banco Central europeos, conocidos como la troika.

Pero ahora ha optado por ceder su coordinación a Portas e hizo además, en su mensaje del sábado, varias concesiones a los argumentos de su ministro sobre la necesidad de poner énfasis en el crecimiento y el empleo para superar tres años seguidos de recesión y un paro récord del 18 %.

Esas eran, hasta ahora, las principales banderas de la oposición socialista, que encabeza otra vez las encuestas de opinión, y ha dejado de apoyar el rescate -tramitado por un Gobierno de su partido- para pedir que se renegocie y acabe la austeridad.

El líder socialista, Antonio José Seguro, afirmó hoy que ni los portugueses ni los mercados creen en el actual Gobierno luso e insistió en pedir elecciones anticipadas.

Cavaco, aunque el viernes se declaró muy preocupado por la situación del país y el reflejo de su crisis política en los mercados, no se ha pronunciado aún sobre el acuerdo de Gobierno, que Passos Coelho le presentó ese mismo día.

Antes de hacerlo, el jefe del Estado tiene previsto terminar su ronda de consultas políticas, el lunes y martes, con los dos partidos conservadores de la coalición y los cuatro de izquierda que forman el parlamento luso, aunque sus posturas ya son públicas.

El Partido Social Demócrata de Passos Coelho y Cavaco (con 108 de los 230 diputados) y el Centro Democrático Social-Partido Popular de Portas (con 24) aseguran que mantendrán la coalición los dos años que restan de legislatura y concluirán, en 2014, el programa de rescate.

La izquierda quiere acabar con la austeridad a través de unas elecciones inmediatas en las que aspira también a multiplicar sus votos.

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