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La prima se rebaja de los 300 puntos

El discurso de Draghi dispara al Ibex por encima de los 8.000

El euro se resiente y queda por debajo de los 1,30 dólares.

Un broker en la Bolsa de Sri Lanka.
Un broker en la Bolsa de Sri Lanka. Reuters
Juande Portillo

Palabra de Draghi. Pocas declaraciones públicas tienen una trascendencia en los mercados como las que protagoniza el presidente del Banco Central Europeo. Mario Draghi, quién ya utilizó este poder para poner coto a la crisis de la deuda soberana el verano pasado, cuando España parecía abocada al rescate, volvió a anteponer este jueves el poder del discurso sobre el de los hechos.

Draghi no movió los tipos de interés del 0,5%. Ni falta que hizo para despertar una oleada compradora por los parqués del Viejo Continente. Semanas después de que el aviso de la Reserva Federal estadounidense de que su programa de estímulos tiene fecha de caducidad abriera una crisis de fe entre los inversores, la puerta que dejó abierta este jueves Draghi a una nueva bajada del precio del dinero, ya en mínimos históricos, generó una euforia redentora.

“Los principales tipos de interés se mantendrán en los actuales niveles e incluso por debajo por un periodo de tiempo prolongado”, avanzó durante la rueda de prensa celebrada en Francfort. Fueron 21 palabras que encendieron el ansia compradora en los mercados, igual que, a finales de este mes hará un año, 21 palabras suyas apagaron el incendio de la deuda soberana.

“Dentro de nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer todo lo necesario para preservar el euro. Y créanme: será suficiente”, atajó el 26 de julio de 2012. Tras sus palabras, la prima de riesgo española comenzó a bajar de los 600 puntos básicos que había superado y el Ibex logró recuperar los 6.000 puntos. Más modestamente, el discurso de este jueves permitió al selectivo español saltar un 3,07%, su mayor subida desde abril, para reconquistar los 8.000 puntos y cerrar dos puntos por encima de la marca.

El buen resultado de la subasta de deuda pública celebrada por la mañana, en la que el Tesoro Público colocó 4.000 millones de euros en bonos a tres y cinco años ayudó a contener el dique del riesgo soberano, que se situaba ya en los 313 puntos básicos. El conjuro de Draghi, sin embargo, logró atar en corto a la prima de riesgo hasta rebajarla por debajo de los 300 puntos, para cerrar en 298.

La tónica fue bastante similar en el resto de grandes plazas europeas, con subidas cercanas al 3%. Así, el Eurostox se apuntó un alza del 2,95%, mientras Londres ganaba un 3,08%, París un 2,90%, Francfort un 2,11% y Milán, a la cabeza, marcó una subida del 3,44%. Incluso los parqués de los países más castigados de la periferia europea, los rescatados Grecia, Irlanda y Portugal, saldaron la sesión con incrementos del 0,35%, el 2,06% y el 3,10%, respectivamente.

Caso destacable el de la Bolsa portuguesa, que aprovechó el impulso para olvidar la crisis que afronta su Gobierno. El muro de optimismo que construyó Draghi también evitó a España ser amonestada por los ladridos del perro del vecino, tras varias jornadas lastrada por el mal comportamiento de la deuda lusa.

“Durante las últimas semanas los inversores han estado pendientes principalmente de dos factores: la retirada de estímulos por parte de la Fed y los datos macro de China. Sin embargo, esta semana el foco de atención ha vuelto a Europa tras la dimisión del ministro de finanzas portugués que ha tensionado a las Bolsas, especialmente a las periféricas”, expone Soledad Pellón, estratega de mercados de IG Markets”.

Con todo, prosigue, era difícil decepcionar al mercado dado que no se esperaba ningún gran anuncio en la cita de este jueves del BCE. La sorpresa vino en el discurso posterior, en el que, en opinión de Pellón, “Draghi jugó las cartas a la perfección”. “Sabe lo que los mercados quieren, que son más medidas de estímulo ya sea vía financiación a las pymes, compra de bonos, o bajada de tipos, y sabe que, ante la negativa de Alemania, ninguna de esas medidas era factible. Solo le quedaba por tanto jugar la baza de las expectativas futuras que es, además, lo que mueve los mercados”.

Y la reacción no se hizo esperar: bajada de rentabilidad en los bonos, alzas en la renta variable y depreciación del euro, que se situó por debajo de los 1,30 dólares. “Parece que el mensaje recibido”, expone Daniel Álvarez, analista de XTB, “ha estado más influenciado por mantener el equilibrio entre políticas monetarias a nivel global –especialmente ahora que la Reserva Federal prepara al mercado para ir drenando liquidez– que de contentar a una Alemania monetariamente ortodoxa que irá a las urnas en poco más de dos meses”, recuerda. “Por otro lado, trató de espolear el crédito dejando la puerta abierta a tipos negativos en los depósitos bancarios”, concluye.

Con todo, Scott Thiel, jefe de inversión adjunto del equipo de renta fija de BlackRock, advierte que el fuerte repunte del riesgo soberano portugués por la inestabilidad política del país es un recordatorio de que la política monetaria de Europa no es su único problema y que “es probable que los problemas vayan incrementándose una vez más” mientras el paro y el crecimiento sigan en niveles preocupantes.

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