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La Bolsa española comienza a apoyarse en la leve mejoría de la economía

El Ibex, apuesta de inversión al calor de la recuperación

Las Bolsas europeas pueden recoger el testigo de Wall Street Los analistas creen que la Bolsa española irá bien el segundo semestre

Un inversor observa en las pantallas de la Bolsa los datos del Ibex.
Un inversor observa en las pantallas de la Bolsa los datos del Ibex.
Gema Escribano

Recuperación y “lo peor ya ha pasado” son los lemas más repetidos a lo largo de la semana. Primero fue el Gobierno y los empresarios y el jueves llegó el turno del gobernador del Banco de España. Luis María Linde considera que a partir del tercer trimestre la economía española podría empezar a registrar tasas de crecimiento positivas.

Este optimismo que se desprende de las declaraciones contrasta con lo sucedido en el mercado a raíz de que la Fed anunciara de que entre finales de este año y comienzos del que viene podría empezar a reducir el ritmo de compra de bonos. La noticia ha sentado como un jarro de agua fría al mercado en un momento en que los bancos centrales siguen siendo en el principal sustento de la recuperación. Y si lo que hasta ahora ha funcionado como catalizador desaparece, la pregunta que ronda a los inversores es ¿qué cabe esperar? Aunque los descensos de estas últimas jornadas parecen dibujar un escenario sombrío, las perspectivas de qué hará la Bolsa y el mercado de deuda son más halagüeñas, al menos en lo que respecta a España y al resto de Europa.

Los pronósticos a medio plazo no pierden de vista la máxima de que la Bolsa suele anticiparse a los movimientos de la llamada economía real. Anticipa, en teoría, las crisis –aunque también puedan pillarla desprevenida los pinchazos de las burbujas inmobiliarias y financieras– y se adelanta a la recuperación. Los analistas siguen muy de cerca los últimos indicadores de la economía española, que apuntan a que lo peor habría quedado atrás. Los inversores recobran la confianza en los activos españoles, que al menos queda lejos de la abierta aversión de un año atrás.

Pero la inversión aún espera que las señales de mejoría se consoliden y arraiguen, para lo que queda un largo camino plagado todavía de reformas estructurales. Y mientras ese momento llega, el Ibex ya se beneficia de la desaparición del principal elemento que pesaba meses atrás para su marcha alcista.

El Ibex y el resto de índices europeos pueden tomar el relevo de Wall Street, que ha agotado gran parte de su potencial alcista

A diferencia de lo que ocurría hace un año, el mercado ya no descuenta una ruptura del euro. La afirmación de que Mario Draghi haría todo cuanto estuviera en sus manos para impedirlo actuó de bálsamo y ahora los más optimistas señalan que de aquí a final de año el Ibex podría alcanzar los 9.400 puntos. Es decir, según estas estimaciones supone otorgar al selectivo un potencial de revalorización del 22%. Las casas de análisis creen que en el segundo trimestre las plazas europeas, y entre ellas el Ibex 35, liderarán las alzas bursátiles.

A pesar de los primeros momentos de pánico vividos en el ViejoContinente después del anuncio de Bernanke, los analistas creen que la retirada progresiva de los estímulos pasará factura al S&P 500, el gran beneficiado de la política expansiva, mientras que en Europa sus efectos negativos se irán difuminando.

Frente a la Bolsa, la deuda española encierra ya poco margende ganancias tras el rally acumulado desde el verano

Junto a la idea de que el euro sobrevive y de que no se dejará caer a ninguno de sus miembros, y en paralelo a la incipiente recuperación económica, el otro argumento que manejan algunos expertos para justificar el rally de final de año es que Europa en general y el Ibex en particular están baratos frente al S&P 500, que más allá de los 1.600 apenas presenta potencial.Así, el descuento al que cotiza el parqué madrileño unido a los visos de recuperación hacen de la renta variable una apuesta de futuro en un momento en que la renta fija ha dejado de tener el atractivo que ostentaba hace un año.

El programa OMT, cuya constitucionalidad está siendo revisada por Alemania, fue el apoyo que permitió a la deuda española e italiana tomarse un respiro. Si hace un año la inversión de la curva de tipos acaparaba la atención del mercado, ahora el bono a diez años ha dejado de tener interés.

Álex Fusté, economista jefe de Adbank, considera que el nivel del 4,7% para la deuda a una década española puede ser la ocasión perfecta para empezar a tomar posiciones. Si la rentabilidad sube al 5%, algo que podría ocurrir en momentos puntuales, sería la ocasión de ir incrementando las posiciones. No obstante, y a pesar de las tensiones de las últimas jornadas, los expertos no le ven gran recorrido a la renta fija española.

La banca y el sector eléctrico son aún foco de dudas para la inversión en España

De cara a los próximos meses, y a pesar de que el mercado todavía tiene por delante grandes retos como la puesta en marcha del supervisor único europeo, los analistas aconsejan ir aprovechando las caídas para incrementar la presencia en Bolsa española.En esta estrategia para sacar el máximo partido al rally de final de año, que los expertos auguran, las constructoras, los bancos medianos así como compañías de corte cíclico comoMediaset son las apuestas preferidas.

A pesar de esta alegría, que todavía no ha reflejado el mercado y que podría empezar a hacerlo una vez que se celebren las elecciones alemanas, los expertos recomiendan prudencia. España tiene algunos asuntos pendientes que resolver y que podrían sorprender al mercado.

Uno de ellos es el sistema financiero.Después de las provisiones efectuadas el pasado año, en los últimos tiempos se ha especulado con la idea de que algunos bancos necesiten una nueva inyección de capital. La mayoría de los analistas consideran que esta idea ya está descontada y que lo único que queda es saber la cifra final.No obstante, y hasta que finalmente esta no se conozca, seguirá provocando ruido en el mercado, algo que puede inquietar a un índice como el Ibex con un fuerte componente financiero.

El otro foco generador de incertidumbres es el eléctrico. A la espera de una regulación para acabar con el déficit de tarifa, y una vez que esta salga adelante, las compañías de este sector podrían sufrir nuevos retrocesos.

Y como elemento de fondo común y base para la recuperación, subyace el problema del crédito. La caída de la prima de riesgo al entorno de los 300 puntos básicos ha desbloqueado la financiación de las grandes empresas, aunque no de las pymes. Y el crédito para este sector, clave de la actividad, está ahora en el centro de la agenda política. Su reactivación será clave para la recuperación económica y para que, por tanto, se cumpla el pronóstico que anticipa la Bolsa.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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