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Grupo Trome, dueño de los establecimientos, en concurso

Los hoteles Foxa cierran sus puertas y dejan 300 empleos en el aire

Cuatro de los siete hoteles Foxa, de cuatro estrellas, están en Madrid Los 300 empleados temen ir al Fogasa y dicen no recibir información del grupo La compañía ha dado orden de cerrar las puertas el último fin de semana de mes

Hotel Foxa 32, de cuatro estrellas, en Madrid.
Hotel Foxa 32, de cuatro estrellas, en Madrid.Pablo Monge.

El hotel Foxa M30 de Madrid, el mismo en el que hasta hace unos meses se alojaban toreros y cuadrillas que desde ahí se desplazaban a Las Ventas, el mismo en el que ciudadanos chinos de Madrid celebraban sus bodas ocupando la calle Serrano Galvache con sus limusinas, cerrará sus puertas el próximo día 30.

Grupo Trome, la compañía propietaria de los siete hoteles Foxa –cuatro de ellos en Madrid (Foxa M30, Foxa 32, Foxa 25, Foxa Tres Cantos, todos cuatro estrellas), uno en Valladolid, también cuatro estrellas, y dos centros rurales, Balneario de Carabaña y Molino de Cantarranas, ambos en la Comunidad de Madrid–, entró en concurso en enero de 2012 y no ha logrado acordar convenio de pago con los acreedores. El pasado 21 de mayo el juez dictó auto aprobando el plan de liquidación presentado por la administración concursal.

Los empleados de los hoteles han recibido orden de cerrar sus puertas el próximo día 30. Este diario se puso ayer en contacto con los siete establecimientos para tratar de realizar una reserva en julio y en ninguno fue posible. En todos ellos la respuesta fue la misma: “Vamos a cerrar, no se hacen reservas más allá del último fin de semana”. En el Hotel Foxa de Valladolid indicaron que el hotel está cerrado desde mayo. “No hay expectativas de apertura; estamos sólo para coger el teléfono e informar de que estamos cerrados”, explicaron. En uno de los hoteles rurales también dijeron que en julio el establecimiento estará cerrado pero que se “ha oído que hay un comprador, estamos en una etapa de transición”.

Ayer el panorama en el moderno hotel de cuatro estrellas Foxa M30 de Madrid era desalentador: ninguna furgoneta bajando o subiendo viajeros; ningún conserje a la vista; ningún cliente; el camarero de la cafetería de brazos cruzados; el gran hall desierto; estanterías semivacías. “Lo único que nos han dicho es que cerramos el último día de mes, ya no cogemos reservas para más adelante”, comentó un representante de la plantilla. 

El mismo ambiente existía en otros dos de los hoteles visitados por este diario, Foxa 25 y Foxa 32, cercanos a la estación de trenes de Chamartín, en los que también dijeron que cerrarán sus puertas a finales de mes. En las oficinas de Trome, en la calle Manuel Ferrero, al lado de los dos hoteles, ningún responsable de la empresa quiso explicar los motivos del cierre. La compañía tampoco atendió las llamadas de este periódico para ampliar la información.

El horizonte de la plantilla de los establecimientos, 300 personas, también es desalentador. “Nos han dicho que vamos al Fogasa, que no cobraremos hasta dentro de dos años”, comentaron varios empleados, que aseguran que la compañía debe el pago de nóminas. “Un día vino el administrador concursal y dijo que no nos preocupáramos, pero ahora lo que sabemos es que él sí va a cobrar y nosotros no, ninguno, desde el conserje hasta el director”, lamentaron. Los hoteles “tienen una elevada tasa de ocupación”, declararon. “El cierre no se debe a una caída del negocio, sino a un problema financiero”, añadieron.

Cabezas de toro, antigüedades y arte chino

Los orígenes del grupo Trome se remontan a mediados de los años sesenta del pasado siglo, cuando fue constituida la empresa con un capital social de un millón de pesetas. Los dos hoteles Foxa cercanos a la estación Chamartín fueron construidos a principios de los años ochenta mientras que los hoteles Foxa de Tres Cantos y el Foxa M30 (también en Madrid) se construyeron ya en los años 2005 y 2000.

En su interior todos guardan una estética similar, que recuerda a esa época de finales de los setenta, principios de los ochenta. Cabezas de toro y otros motivos taurinos conviven en los establecimientos con antiguos muebles castellanos y franceses al lado de valiosas, aparentemente, muestras de arte chino (cerámica, pinturas, muebles y tapices). “Antes habían colgados cuadros de Sorolla, Murillo... ahora no están, no sabemos si eran de verdad o falsificaciones”, dicen en uno de los hoteles.

Grupo Trome acordó en 2009 refinanciar su deuda, más de 162 millones de euros, con 13 entidades bancarias, transformando toda la deuda bancaria en deuda con garantía hipotecaria, según las cuentas de la empresa de ese año depositadas en Registro Mercantil. La compañía quedaba obligada por ese contrato a vender activos en un plazo de 30 meses por valor, en total, de 150 millones de euros. De acuerdo a esas cuentas Santander, BBVA y Caixa son los principales acreedores.

En los hoteles los empleados no dan crédito a que puedan cerrar los establecimientos de cara a los meses de verano. “La orden es cerrar el día 30, no sabemos cómo, pero ya no se cogen reservas”, insistieron en los hoteles. En los establecimientos corre el rumor de que los bancos acreedores o los antiguos propietarios o la administración concursal estarían negociando con fondos para traspasar los activos.

¿Preludio de otros cierres?

El cierre de los hoteles Foxa puede ser el primero de otros tantos. Fuentes del sector aseguran que el problema de Foxa, no haber podido refinanciar su deuda con los bancos acreedores, es el mismo que el de otras cadenas.

"Los grupos que están fuertemente endeudados y que no logren refinanciar ahora podrían cerrar, hay varias cadenas en esta situación”, dijeron

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