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Los nacimientos descendieron un 3,9% en 2012

La esperanza de vida cae por primera vez desde 2003

La alta tasa de mortalidad registrada explicaría dicha reducción La esperanza de vida se sitúa en los 82,2 años

Pablo Monge

El recientemente publicado informe sobre la planificación de las pensiones llevado a cabo por el grupo de expertos, toma en consideración como principal variable de su fórmula la esperanza de vida al nacer de los individuos. Cuanto más tiempo vivamos más tiempo dependeremos de la pensión por jubilación, algo que los expertos consideran se convertiría en un gasto insostenible para el Estado al ritmo al que estaba creciendo la tasa de la esperanza de vida durante los últimos años, y que hace necesaria una reforma de este tipo.

Pues bien, desde 2003 (año en el que sufrimos una dura ola de calor) no se producía un descenso en la esperanza de vida al nacer. Antes de ese año habría que remontarse a inicios de los 90 para registrar algo similar.

Según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística para el año 2012, la esperanza de vida desde el nacimiento y a partir de los 65 años registraron descensos de una y dos décimas, situándose en los 82,2 años al nacer y en los 20,5 después de cumplir los 65.

Aún así España, con los últimos datos disponibles en la agencia de estadística europea Eurostat para el año 2011, es uno de los países en los que la esperanza de vida es de las mayores de Europa, únicamente por detrás de Suiza e Italia.

Desde el INE aseguran que dicha caída ha sido provocada por el aumento de la mortalidad, cifrada en 405.615 defunciones en 2012, un 4,6% más que las documentadas durante el año anterior convirtiéndose en la tasa más alta registrada en los últimos 10 años. El crecimiento vegetativo (diferencia entre nacimientos y defunciones ocurridas en el país) sufrió un frenazo del 42,9%, llegando a las 48.488 personas. Este indicador no se situaba por debajo del umbral de 50.000 desde 2001.

En 2012 se registraron un total de 453.637 nacimientos, lejos de los 519.779 de 2008, antes de que comenzara la crisis.

Menor natalidad

El azote de la crisis sigue mermando el número de nacimientos en nuestro país por cuarto año consecutivo, situando la tasa bruta de natalidad a niveles de los años noventa. Las expectativas respecto al encuentro de un trabajo estable, la dificultad de contratar financiación para una vivienda y la disminución de la renta disponible de las familias son algunas de las razones por las cuales los individuos no consideran que sea un buen momento para comenzar a formar una familia.

Para el año 2012, “el descenso de los nacimientos tuvo lugar en una menor tasa de fecundidad, pero también se debió a una reducción de las mujeres en edad fértil”, afirman desde el INE. En 2012 se registraron un total de 453.637 nacimientos, un 3,9% menos que en 2011 y lejos del máximo de los últimos 30 años, alcanzado en 2008 con 519.779. Los nacimientos por cada mil habitantes descendieron hasta los 9,7 desde los 10,1 recogidos en 2011.

Nuestro país no ha destacado nunca a nivel mundial por sus altas tasas de fecundidad, pero si analizamos a nivel local, podemos observar que el efecto de la recesión económica más dura de la democracia sigue mermando dicha tasa. El indicador coyuntural de fecundidad calcula el número de hijos que tendría cada madre si se mantuviese el nivel de fecundidad observado para ese año, situándolo para 2012 en 1,32 hijos.

El efecto arrastre que tuvo la burbuja inmobiliaria sobre la inmigración en la segunda mitad de la pasada década alzó este indicador a los niveles más altos desde comienzos de los noventa, llegando a los 1,44 vástagos, pero tras su pinchazo no ha parado de descender. Los expertos aseguran que esto se puede deber a la salida de extranjeros unida a la adopción por parte de los mismos de comportamientos dados en el país de acogida.

El número de mujeres en edad fértil (el rango abarca desde los 15 hasta los 49 años) también sigue disminuyendo desde 2009. En el INE aseguran que tal descenso “se debe a que llegan a dicho rango generaciones de mujeres menos numerosas, nacidas durante la crisis de natalidad de los años ochenta y primera mitad de los noventa, y a menor aporte de la inmigración exterior” .

La edad media de inicio a la maternidad, que se mantuvo estable durante gran parte de la década de los 2000 en 30,8 años, se ha estimado en 31,6 para 2012, dato que crece desde el 2009 a un ritmo de 2 décimas porcentuales por año. La inseguridad que tienen la mayoría de las madres potenciales respecto al mercado laboral hace que cada año se postergue más la decisión de ser madre, si bien es cierto que unido a esto existe la preocupación acerca de los límites que puede suponer dicha condición a la promoción interna en las empresas.

Aumento de la nupcialidad

El total de las parejas que se casaron en 2012 aumentó un 3,4% respecto a 2011, alcanzando las 168.835, lo que supone una ruptura de la dinámica negativa iniciada en 2005. La media de edad de los primeros matrimonios es de 33,8 años en varones y 31,6 en mujeres, que coincide con la edad de inicio a la maternidad. En el 17,8% de los matrimonios entre personas del mismo sexo al menos uno de los cónyuges era extranjero.

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