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El Foco
Tribuna
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Confianza y 'Marca España'

¿Qué es Marca España?. Una visión real de España. Se trata de la respuesta más corta, concisa y certera que se puede facilitar cuando nos preguntan por ese concepto al que hemos denominado Marca España. No se trata de una cuestión de imagen, ni de publicidad, ni de marketing, ni de relaciones públicas, ni, mucho menos, de propaganda. Marca España es solo ajustar la representación y la imagen a la realidad. No es otra cosa.

Esa realidad desmonta el tópico de que España es un país bueno para vivir, para pasar las vacaciones, para jubilarse. Pero malo para trabajar, malo para hacer negocios, poco sofisticado y de baja tecnología.

España es la cuarta mayor economía de la zona Euro, quinta de la UE y décimo tercera del mundo por PIB

Es cierto que somos el segundo país del mundo con mejor marca turística, solo por detrás de Estados Unidos, y tan solo nos supera Italia a nivel mundial en patrimonio histórico artístico. Somos líderes en gastronomía con los cocineros de mayor relumbrón internacional, primeros exportadores de aceite a nivel mundial y segundos de vino. Somos los segundos en reservas de la biosfera, tenemos el tercer sistema sanitario más valorado del mundo, alcanzamos el liderazgo absoluto en trasplantes, donde somos imbatibles desde hace años, y España es el tercer país mundial en reproducción asistida. Y no hay que olvidar el deporte, donde tenemos un indiscutible liderazgo mundial en las más variopintas disciplinas y con unos profesionales que son número uno en la mayor parte de las categorías en las que compiten.

Alimentación, cultura, naturaleza, sanidad, deporte, ocio y buen clima parecen alicientes suficientes para convertir a España en un lugar privilegiado para vivir. Pero también para trabajar, si tenemos en cuenta tan solo unas pocas razones presentadas de una forma objetiva y sin adjetivos.

España es la cuarta mayor economía de la zona Euro, quinta de la Unión Europea y décimo tercera del mundo por volumen de PIB. Es el décimo inversor mundial, posee la segunda red de alta velocidad más extensa del mundo y tiene la primera red europea de autopistas y autovías. Es, además, una de las economías del mundo con menos restricciones a la inversión extranjera directa y uno de los mercados más grandes de Europa con más de 47 millones de consumidores habituales que residen en sus fronteras, y a los que hay que sumar 57,9 millones de turistas que nos visitan anualmente.

Nuestras empresas son líderes mundiales en la gestión de infraestructuras, en el sector eléctrico, las energías renovables, la logística, la alta velocidad ferroviaria o la tecnología naval. Y, también, en la industria textil. Dos de las principales entidades financieras del mundo son españolas y la primera empresa europea de telecomunicaciones por volumen de ingresos también lo es.

‘Marca España’ está dispuesta a acabar con esa distorsión entre la imagen que se proyecta y la realidad

Las fortalezas de las empresas españolas en el mundo son mucho más prolijas que las que acabamos de enumerar, pero se pueden resumir en una frase del filósofo de Könisberg, Emmanuel Kant: “pocos hombres de comercio se encuentran en el orbe de más probidad que los españoles”.

Sin embargo, las fotografías y los textos que muestran ciertos periódicos internacionales, las imágenes que difunden algunas televisiones o las crónicas que reproducen ciertas radios apenas muestran esa realidad de España y tienden a poner la lupa sobre los aspectos menos positivos. Las malas noticias sobre la situación económica española y, recientemente, sobre la situación política y social vienen siendo recurrentes en algunos medios de comunicación internacionales y, especialmente, entre ciertos anglosajones a los que no se les puede negar su influencia para terminar encauzando las corrientes de opinión a nivel mundial. Esa imagen, que con frecuencia se traslada de España, representa a un país de fiesta y siesta, obviando que las estadísticas nos ubican por encima de la UE 15 por horas trabajadas; tiende a presentarnos, de manera recurrente, de forma despectiva y maliciosa, entre los denominados PIGS (de cuyo acrónimo se traduce la palabra cerdos en español); y habla de una sociedad paupérrima y mísera, sin mencionar que la pobreza absoluta en nuestro país es menos de la media de la de la Unión Europea.

Marca España está dispuesta a acabar con esa distorsión entre la imagen que se proyecta y la realidad existente. Este Gobierno apostó por este proyecto, del que ya se había hablado allá por el 2003, desde el convencimiento de que es posible trabajar por una imagen que, aún sin obviar los aspectos negativos, sea al menos más objetiva que la que algunos medios de comunicación foráneos proyectan en el exterior.

Creemos que es posible hacer patentes los aspectos positivos que han comenzado a arrojar las ambiciosas medidas que hemos tomado desde el Ejecutivo: los esfuerzos de ajuste y reforma, la tangible mejoría en algunos aspectos de especial importancia como la competitividad, la contabilidad exterior, el sistema financiero o las cuentas públicas.

Ahora bien, una característica inherente a la realidad es su tozudez, y esa nos indica sin ambages que la imagen de nuestra economía mejorará cuando nuestra situación económica mejore. Y se restablecerá plenamente cuando el país haya dejado atrás la crisis y vuelva a crecer con fuerza. España, como Europa, atraviesa un periodo de crisis y España, como Europa, necesita confianza en sí misma.

No es tarea de un partido, ni de un Gobierno, ni siquiera del Estado. Es tarea de toda la sociedad trasladar una imagen de España real que sea objetiva ante los datos del desempleo y ante la situación económica, pero que a la vez ponga de relieve cuestiones tan relevantes como que, por ejemplo, son empresas españolas las que renuevan el Canal de Panamá o las que realizan el trazado del Ave La Meca-Medina. Que España es líder mundial en energías renovables y el segundo productor de automóviles de Europa.

A través de ese relato se asfalta el camino que lleva hasta la confianza en España. Confianza que necesitamos para atraer ahorro extranjero con el que financiar nuestra deuda pública e inversiones externas que favorezcan la creación de empleo. Confianza que necesitamos para vender mejor nuestros bienes y servicios en el exterior, y para ayudar a las empresas españolas a conquistar nuevos mercados. Confianza, en definitiva, que permita dar el marchamo de calidad a una realidad que cimente la Marca España.

José Manuel García Margallo es ministro de Asuntos Exteriores y de CooperacióN

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