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Hoy finaliza la visita de la troika a España

La banca teme otra vuelta de tuerca a las provisiones por exigencia de Europa

La troika considera que hay morosidad oculta vinculada a las refinanciaciones e inmuebles El Gobierno esperará a octubre para decidir como recapitalizará a los bancos débiles

Fachada del Banco de España.
Fachada del Banco de España. EFE

El pasado 30 de abril el Banco de España impuso unos nuevos criterios para clasificar las refinanciaciones de la banca. En conjunto, los bancos cuentan con 208.000 millones de euros en créditos refinanciados, de los que 88.000 millones están clasificados como normales, según datos del Banco de España, que en su mayoría pasarán a subestándar. Las nuevas exigencias de Luis María Linde pasan por que todos los créditos refinanciados sean clasificados como riesgo subestándar, es decir, deberán ser provisionados en un 15%. Solo algunos de ellos podrán mantenerse como normales, mientras que otros pasarán a ser dudosos y deberán provisionarse en un 25% el primer año.

Para suavizar el impacto que esto puede suponer para la banca, el supervisor baraja ampliar a tres ejercicios estas dotaciones, ya que según los primeros cálculos, este esfuerzo en los saneamientos se comerá en varios bancos gran parte, si no es todo su margen de explotación. Pero Europa parece que sigue desconfiando de que la banca haya completado los saneamientos que necesita, según explican las fuentes consultadas.

Considera que el daño de los créditos inmobiliarios no se ha establecido al 100% aún. A ello se suma la existencia de una baja credibilidad sobre el papel que puede ejercer Sareb –en el que están depositados los activos tóxicos de los bancos con ayudas–en el saneamiento del sector, y de su plan de negocio, coinciden en señalar varias fuentes.

De hecho, una de las preocupaciones que ha mostrado la troika en las reuniones que ha mantenido las semanas pasadas ha sido el elevado crecimiento de la morosidad y el impacto que puede tener en el capital y la cuenta de resultados de cada entidad las nuevas provisiones por refinanciación. La tasa de morosidad bancaria se sitúa en el 10,5%, pese a haber trasladado unos 75.000 millones de euros de activos inmobiliarios a Sareb. La nueva reclasificación de las refinanciaciones también han tenido su hueco en estas reuniones.

Ante ello, la banca comienza otra vez a temerse la imposición de otra vuelta de tuerca en las provisiones, más por exigencias de Europa que por la decisión del Banco de España o del Gobierno. Los banqueros, de hecho, ya han comenzado a lanzar mensajes al Gobierno para que rebaje “el exceso de regulación” existente en el sector, explican varias fuentes. Piden que el mensaje se traslade a Europa.

Durante el pasado año los bancos provisionaron 50.000 millones para sanear su cartera inmobiliaria tras las exigencias del conocido como decreto Guindos I y otros 28.000 millones poco después al aplicar el también conocido como Guindos II. A estas provisiones extra hay que añadir ahora las procedentes de las nuevas clasificaciones de las refinanciaciones, que varios expertos calculan en 10.000 millones. Según varias fuentes financieras este refuerzo de los saneamientos, unido a lo que puede aún quedar por provisionar para el sector inmobiliario y morosidad hipotecaria y de otros sectores, puede llevar a la banca a tener que realizar saneamientos cercanos a los 20.000 millones de euros, de los que 10.000 millones serían provisiones y una cifra similar correspondería a nuevas necesidades de capital, que en parte podría obtener en el mercado o con venta de activos tanto por bancos sanos como débiles.

El Gobierno ya ha reconocido que podría tener que recapitalizar a alguna entidad financiera con capital público, pero que no recurriría a pedir fondos a Europa. Considera que tiene una amplia capacidad para emitir deuda e inyectar fondos al FROB, que irían directamente a los bancos más necesitados. Varias fuentes aseguran que el objetivo es esperar a octubre para decidir si finalmente piden ayudas a Europa o no. En septiembre, precisamente, es cuando la banca debe entregar al Banco de España sus cálculos definitivos sobre las clasificaciones de sus créditos refinanciados.

Subestándar no existe en los países europeos

La supervisión única europea pretende, entre otras cosas, homogeneizar prácticamente toda la regulación que impera en los distintos países de la CE. Y, aunque habrá cierto margen de maniobra para los bancos centrales europeos, esta será mucho más reducida que la existente hasta ahora. De momento, en el sector se teme que la nueva clasificación subestándar a la que deben someter todos su créditos refinanciados, con la consiguiente provisión del 15% se verá alterada el próximo año con la supervisión única.

El problema es que el concepto de provisión subestándar (aquel al corriente de pago, pero con riesgo de entrar en mora) no existe más que en España.

El sector entiende que con la supervisión única este concepto dejará de existir, pero ello no supondrá suavizar las provisiones por refinanciación. La idea que manejan es que al final una gran parte de estas provisiones subestándar pasen a dudosos el próximo año, aunque otra parte podría pasar a normal.

De ahí que el Banco de España pretenda ampliar el plazo para realizar estas dotaciones en tres años. El objetivo no es que cada año se provisione una parte, sino que en cada ejercicio se cierren los saneamientos por refinanciación de forma pactada, para el siguiente volver a su revisión.

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