_
_
_
_
_
Sistemas de retribución variable: ¿qué son y cuándo son una opción?

¡Ni contigo ni sin ti! (I)

Uno de los elementos que caracterizan a las empresas en sus etapas iniciales es sus menores posibilidades de liquidez respecto a empresas ya consolidadas, derivadas de su juventud y su escaso ‘músculo financiero’. Esta realidad impide a estas empresas competir con otras que, más ‘tonificadas’, son capaces de ofrecer sueldos atractivos con los que atraer y retener al talento necesario para aportar valor al proyecto. Pero ante este panorama, la nueva empresa o start-up tiene que apostar por la creatividad para buscar nuevas fórmulas de atracción y retención, que permitan compensar sus carencias.

Sin grandes beneficios sociales, grandes dietas, gimnasios en las oficinas o grandes fiestas de empresa, son necesarias soluciones creativas e innovadoras, que permita hacer partícipe a los profesionales del éxito de la empresa.En todo caso, y antes de decidir apostar por implementar un programa de incentivos, hay unos principios rectores que deberán tenerse en cuenta:

- El valor que ha de presidir en todo caso su concesión es el de la meritocracia, de forma que se procure la igualdad de oportunidades para todos los miembros de la empresa.

- Tendrá que procurar un correcto equilibrio en fórmulas de compensación vinculadas a méritos individuales y colectivos.

- Así, deberá fomentar la corresponsabilidad del profesional con la empresa, vinculando el plan con la evolución de la compañía, y permitiendo definir claramente las prioridades del proyecto empresarial.

- Se deberá procurar un alto grado de participación de las personas clave en la toma de decisiones, como método de incentivación mediante su corresponsabilidad.

Ignasi Costas y Alberto Ouro pertenecen al Área Innovación y Emprendimiento de ROUSAUD COSTAS DURAN SLP, firma legal de referencia en innovación y emprendimiento, que será quién colaborará en exclusiva en este espacio para compartir su expertise en el sector, apoyarte en tu andadura empresarial y marcar unas pautas de rigor, confianza y proximidad.

- Requerirá un flujo de información fluido, a partir de una política retributiva coherente y conocida por todos (lo que no significa necesariamente que todos deban conocer el sueldo de todos).

Con todo ello, a la hora de valorar un régimen retributivo, mejor coger buen asiento y darle alguna vuelta a las siguientes reflexiones:

- ¿Qué quiero ofrecer? ¿Sólo dinero? ¿O participación en la compañía?

- ¿En qué condiciones? ¿Vinculado a méritos individuales, a la evolución del negocio, o a una combinación de ambas? ¿Qué peso tendrá cada uno?

- ¿A quién se lo ofrezco? ¿A todo el personal, o sólo a personal que considero clave para el proyecto? ¿Y sólo para atraer talento, o también para retener al que ya tengo?

Bien, ¿pero cuáles son los modelos que se emplean habitualmente? ¿Y cuáles son las ventajas e inconvenientes de cada uno? En la próxima entrega hablaremos de ello.

Archivado En

_
_