_
_
_
_
_
Las claves para la ansiada vuelta de la financiación

El crédito intenta salir del estado de coma

La financiación es la piedra angular de la economía pero no logra remontar. El plan del Gobierno para reactivar el crédito se apoya de nuevo en el aval estatal, ante la profundidad de la crisis y a falta aún de que la banca purgue del todo sus excesos.

El crédito es el principio y el fin de los problemas de la economía española. Ha sido el origen de la presente crisis, por el excesivo riesgo asumido por los bancos a la hora de conceder financiación, y su ausencia ahoga ahora al tejido empresarial, base para el despegue económico. El Gobierno ha presentado esta semana un plan con el que incentivar la financiación de las pymes, el sector más amenazado por la sequía crediticia y sobre el que recae en mayor medida el peso de la actividad económica y el empleo del país. La profundidad de la crisis exigía una respuesta, más aún cuando la banca española ha abordado ya un duro ejercicio de saneamiento y recapitalización con ayudas europeas por 40.000 millones de euros y que, en teoría, la debe colocar en posición dar crédito de nuevo.

La realidad de la banca sin embargo es más incierta y el plan de incentivos al crédito a las pymes anunciado por Mariano Rajoy vuelve a apoyarse principalmente en la iniciativa del Estado, no tanto del sistema financiero. Pymes y autónomos dispondrán de líneas de financiación por un total estimado de 45.000 millones de euros, de los que 22.000 millones corresponderán a la ya existente línea de financiación del Instituto de Crédito Oficial y otros 1.720 millones correrán a cargo de los sistemas públicos de garantías y avales, a través de las estatales Cersa (Compañía Española de Refianzamiento) y Cesce, especializada en cubrir las inversiones en el exterior. Otra parte se confía a la puesta en marcha del mercado de bonos y pagarés, en el que las pymes podrán colocar emisiones de deuda con las que ampliar sus vías de financiación pero que aún está pendiente de ser una alternativa real.

Y otros 10.000 millones correrán a cargo de la banca. El presidente de BBVA, Francisco González, señalaba el viernes que la entidad participará en el programa de financiación a pymes, un asunto en el que el banco quiere "echar el resto", aseguró. Sin embargo, el entorno está lejos de ser el propicio para un despegue del crédito, que promete seguir este año bajo la limitada tutela de instituciones estatales como el ICO.

La banca con ayudas europeas debe cumplir con la exigencia de Bruselas de encoger su balance -un proceso que se apoya en la caída del crédito- y la banca sana, además de tener que terminar de equilibrar sus balances, afronta la dureza de una situación económica de más desempleo y recesión, lo que augura nuevos impagos y débil demanda de crédito. La financiación seguirá por tanto siendo un bien preciado este año y solo si las previsiones se cumplen, el grifo comenzará a entreabrise en 2014.

1 ¿En qué situación está la concesión de crédito en España?

El país está inmerso en un proceso colectivo de reducción de deuda, el conocido desapalancamiento, y los bancos están a la cabeza de ese ajuste. El sector aún debe completar el ejercicio por el que está rebajando sus riesgos pero el crédito ya concedido -tóxico o no- no puede hacerse desaparecer bajo la alfombra y es necesario provisionarlo, es decir, cubrir por anticipado las pérdidas que se puedan esperar de su impago. Las ganancias de la actividad bancaria se han concentrado en esta tarea, hasta el punto de llevar a numerosas entidades a la insolvencia y a la inyección de ayudas públicas. Y para afrontar el proceso, el recurso de la banca es encoger el crédito y reducir su concesión.

A cierre del pasado diciembre, el crédito concedido al sector residente en España ascendía a 2,87 millones de euros, una cuantía que incluso ha crecido en el año, desde los 2,86 billones de 2011. Pero el ascenso se debe únicamente al repunte del 19,8% del crédito a la administración pública, frente al descenso del 5,2% del crédito a empresas o del 3,6% a la financiación a los hogares. Y si se desciende al detalle, las caídas son evidentes: el crédito para la adquisición de vivienda a personas físicas ha menguado el 2,5% en los nueve primeros meses del año, según cifras del Banco de España, influido también por la menor demanda; la financiación para bienes de consumo ha retrocedido el 15% y la de la construción, el 11%.

Si se aglutina la financiación al sector constructor, a actividades inmobiliarias y de adquisición y rehabilitación de vivienda, el crédito vinculado al ladrillo asciende a 1,007 billones de euros, una cuantía que apenas cayó en 2012 el 4,3% hasta septiembre y que frena por tanto la financiación a otros sectores.

2 ¿Cuándo volverá a repuntar la financiación?

Los bancos españoles han sido capitalizados "de forma adecuada" y están "en condiciones de dar crédito", aseveró hace diez días el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en su visita al Congreso de los Diputados, para terminar avanzando que espera ver una mejora de los flujos de crédito a finales de este año. La mayoría de expertos consultados, sin embargo, considera que esta afirmación, como poco, peca de optimista.

"El crédito sigue sin fluir y me temo que va a seguir sin hacerlo", adelanta David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI). "El primer paso que había que dar era mejorar los problemas de solvencia en las entidades que lo tuvieran y eso ya está hecho. Pero hacen falta dos condiciones más. Una de ellas es que los otros bancos se desapalanquen, la segunda es que tengan la percepción de que hay calidad crediticia al otro lado", continúa. Lo que las entidades financieras vienen definiendo como la "ausencia de demanda solvente". "Y me temo que el proceso va a llevar tiempo, difícilmente van a lograr una reacivación del crédito, ya no en 2013, sino en 2014", augura Cano.

"Según algunos analistas, la ratio crédito/PIB debe caer en unos 35 puntos porcentuales, hasta situarse en torno al 135%. Por tanto, hasta 2017 el crédito seguirá cayendo o creciendo a tasas muy reducidas", avanza por su parte Joaquín Maudos, catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia e Investigador del Ivie.

Las estimaciones de la propia banca española, de la que depende que la reactivación del crédito y de la economía sea una realidad, no son mucho más halagüeñas. Las previsiones publicadas por CaixaBank en la última presentación de resultados de la entidad avanzan que el crédito concedido por el sistema financiero español descenderá en 2013 un 7,1%, lo mismo que cayó en 2012. Es más, los analistas de CaixaBank cuentan con que la mejora sustancial en la tendencia no llegue hasta 2014, cuando aún así la concesion de crédito seguiría cayendo, esta vez ya al 1,1%.

3¿Cómo ayudará el plan anunciado por Rajoy?

Nuestro sector financiero, tras una profunda reforma, comienza a estar en disposición de cumplir con su función de trasladar el crédito a empresas y familias. Pero no es suficiente", valoró el miércoles el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su discurso en el debate sobre el estado de la nación. "El sistema financiero es a la economía como el sistema circulatorio al cuerpo humano, si no fluye el riego sanguíneo no hay vida", continuó, para anunciar un plan de reactivación del crédito, especialmente dirigido a las pymes, que pretende movilizar 45.000 millones de euros en financiación para las empresas españolas.

La mitad de esta cuantía, unos 22.000 millones, sin embargo, no suponen un incremento respecto a lo previsto pues corresponden a las líneas del Instituto de Crédito Oficial ya presupuestadas para este año. Las asociaciones de pymes y autónomos se vienen quejando de que las duras exigencias que aplica el ICO para conceder un préstamo terminan impidiendo que toda la cuantía se aproveche. A no ser que haya un flexibilización de las condiciones, por tanto, no parece probable que los 22.000 millones reviertan en beneficio de las empresas. En este sentido, eso sí, el plan de Rajoy incluye potenciar los sistemas públicos de garantía y avales, a través de las empresas estatales CERCSA y CESCE, para facilitar el acceso a 1.720 millones más.

Otra iniciativa de la que habrá que comprobar su alcance es el compromiso no escrito de la banca saneada de aportar otros 10.000 millones a la financiación de pymes. Si bien entidades como Sabadell o Popular ya han adelantado sus programas, no se podrá reclamar a las entidades que cubran peticiones más allá de lo que consideren "demanda solvente". De otra parte, el Gobierno dotará unos 2.700 millones para ampliar el plan de pago a proveedores sobre las facturas anteriores a enero de 2012 para mejorar la liquidez de las empresas acreedoras de la administración. Finalmente, potenciará vías de financiación alternativas al canal bancario (ver punto número 6) para para lograr unos 3.300 millones y potenciará la captación de liquidez vía capital riesgo, por unos 2.176 millones.

4 ¿Va a dar crédito la banca con ayudas?

La inyección de ayudas europeas a la banca española, a través de un crédito que elevará en más de 40.000 millones la deuda pública del país, ha sido el primer paso para alcanzar el objetivo final de que las entidades nacionalizadas recuperen por completo la normalidad, lo que se traduce sin duda en la concesión de créditos. Sin embargo, Bankia, Novagalicia y Catalunya Banc -Banco de Valencia ya fue adjudicado a CaixaBank- deben primero cumplir con el duro recorte en sus balances que impone Bruselas a cambio del rescate.

Se mueven por tanto en la paradoja de tener que contener al máximo su actividad crediticia según las exigencias del Memorando, pese a que su condición de nacionalizadas las haga candidatas evidentes a contribuir a la financiación de la economía.

El balance de Catalunya Banc -que deberá cumplir al dedillo el guión que marca Bruselas si no resulta adjudicada en subasta- debe reducirse a entre 50.000 y 60.000 millones de euros en diciembre de 2016, desde los 77.000 millones de 2011, mientras que el balance de Novagalicia debe encogerse entre un 30% y un 40%. Bankia tiene previsto en su plan estratégico una concesión de nuevo crédito de 52.000 millones de euros hasta 2015, si bien este objetivo pasa también por una reducción de balance, en línea con el resto de nacionalizadas.

La creación del banco malo, que tendrá capacidad para acoger un máximo de 90.000 millones de euros de activos tóxicos de entidades con ayudas públicas, será una fórmula con la que soltar lastre en los riesgos del ladrillo, al que la banca nacionalizada no podrá volver a prestar. Y tanto la banca nacionalizada como la sana reconocen los desafíos pendientes en financiación: la primera porque tendrá limitaciones para prestar y la segunda, porque deberá cubrir ese hueco.

5 ¿Prestan dinero los bancos sanos?

La ausencia de capital público no es sinónimo de concesión de crédito. El puñado de entidades que ha sobrevivido a la crisis por sus propios medios también está inmersa en el proceso de desapalancamiento común al conjunto del sector, aunque lleve más camino recorrido. Santander ha conseguido por primera vez desde el inicio de la crisis que el volumen de depósitos de su red en España -incluyendo los pagarés y sin contar con Banesto- sea ligeramente superior al de créditos, después de que la financiación a promotores se haya desfondado el 32% en el año y que el crédito a hipotecas y particulares haya encogido el 7%.

En BBVA, el crédito de la banca minorista en España descendió un 5,4%, mientras que los depósitos subieron un 11,3%, prueba también de cómo las entidades intentan equilibrar el peso de ambos en su balance y poner límites así a la dependencia de financiación en los mercados mayoristas. Popular redujo la financiación al sector privado el pasado año un 6,3%, descenso que contrasta con el repunte del 16,5% de 2007, año álgido del boom que estallaría poco después. Y coincide con el resto de entidades en que en 2013 continuará el proceso de desapalancamiento del sector privado. Es decir, de reducción de las deudas acumuladas, lo que no hace prever demanda de crédito.

El escenario de fondo para este año es, por tanto, la continuidad en la restricción de la financiación, también en la banca sana, aunque en los últimos días hayan surgido iniciativas comerciales que hablan de una tímida reactivación. Las campañas coinciden además con el plan lanzado por el gobierno para incentivar el crédito a pymes y en el que participará la banca, aunque bajo el paraguas del aval del Estado. Tras los estragos de la crisis, el sector mide con pies de plomo los riesgos que asume y a la hora de prestar, su predilección está ahora en el segmento con más potencial para tirar de la economía, las compañías dedicadas a la exportación.

6 ¿Cómo reducir la dependencia de la banca

Tenemos que cambiar el chip. La solución no pasa por que los bancos den crédito, sino por buscar canales alternativas de financiación", aduce David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales, quien apunta a los bonos, las acciones, el desarrollo del Mercado Alternativo Bursátil, la apuesta por el capital riesgo o los business angels, como vías de financiación que hay que desarrollar más a fondo. Bajo su punto de vista, no se trata de canales con los que compensar temporalmente la sequía de crédito bancario. Cano considera que una de las "reformas estructurales" que necesita el país es la de reducir su dependencia financiera de la banca.

"No podemos depender al 75% de un canal, del bancario. Hay que diversificar las fuentes de financiación. En EE UU, el canal bancario no es más de un 25%. Allí son mucho menos vulnerables. En Europa, en general, y en España, en particular, somos demasiado dependientes de ellos. No es cuestión de que los bancos vayan a dar poco crédito durante los próximos años, sino de que debemos cambiar el modelo de forma estructural", concluye.

En este sentido, Cano valora muy positivamente el proyecto del Gobierno de crear el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARFI), una suerte de plataforma de pagarés cotizados para pymes, que les permitirá obtener financiación en los mercados. "La financiación no bancaria de las pequeñas y medianas empresas está, en España, en niveles muy inferiores al de otros países desarrollados", señalaba el presidente del Gobierno al anunciar la medida. Un proyecto de Guindos que debería quedar diseñado entre marzo y abril para su lanzamiento en junio. Por delante, no obstante, aparecen trabas como las limitaciones de las sociedades anónimas para emitir más allá de un determinado porcentaje, norma que habría que flexibilizar, o la necesidad de establecer un sistema de calificación financiera o rating sobre los emisores, tal vez con algún tipo de garantía estatal para reducir sus costes.

7 ¿Qué efecto tiene la financiación en el empleo y el PIB?

En España las pymes representan el 99,9% de las empresas y en torno al 80% del empleo. Y las pymes son altamente dependientes del crédito bancario, por lo que sin crédito la recuperación es poco probable", expone Joaquín Maudos, catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia e Investigador del Ivie, que acaba de culminar un estudio para Funcas sobre las dificultades de financiación de las empresas de menor tamaño.

"La prueba del algodón de que el crédito está en una situación de extrema gravedad es la opinión que manifiestan las pymes españolas en la encuesta que semestralmente realiza el Banco Central Europeo. El 57% de ellas declaran que los bancos han empeorado su disposición a dar crédito, siendo el porcentaje más elevado de todos los países de la eurozona", continúa Maudos, que opina que la salida de la crisis no será posible hasta que la situación se revierta.

Coinciden con este planteamiento desde Analistas Financieros Internacionales, donde advierten, sin embargo, que estamos ante "una pescadilla que se muerde la cola". "El banco no dará crédito hasta que la economía pase un punto de inflexión hacia el crecimiento y esto no ocurrirá hasta que la banca dé crédito", ilustra David Cano, socio de la firma.

De momento, no parece que ni banca ni economía vayan a generar el primer chispazo necesario para poner en marcha de nuevo la rueda. En concreto, Bruselas estimó el viernes que la economía española volverá a contraerse este año un 1,4%, al igual que lo hiciera en 2012. El desempleo, por su parte, cerraría el presente ejercicio en una tasa del 27%. Los técnicos de la Comisión Europea no creen que España vuelva a crecer hasta 2014, cuando experimentaría un alza del 0,8% que le permitiría corregir levemente el porcentaje de desempleados hasta el 26,6%.

"El paro es la peor imagen de España en los mercados", asume Maudos, que reintroduce la idea del círculo vicioso, al asumir que sin una mejora en el ámbito laboral no habrá confianza plena para financiar a la banca y que esta conceda crédito. Pero sin crédito, difícilmente crecerá el empleo.

8 ¿Cómo influirá el alza prevista de los impagos?

La tasa de impagos aún no ha alcanzado el pico máximo de la presente crisis, a pesar de que la creación de Sareb -que va a contar con un volumen estimado de alrededor de 50.000 millones de euros por el trasvase de activos tóxicos de la banca con ayudas- ha moderado la cifra del mes de diciembre. El sector prevé un aumento de los impagos no solo en el crédito vinculado al sector inmobiliario -ya debidamente provisionado y frente al que la banca ya se ha blindado- sino también en el crédito a pymes, al consumo y en hipotecas, segmentos muy vinculados a la economía real y sobre los que recae todo el impacto del aumento del desempleo.

Analistas Financieros Internacionales calcula que la morosidad del sector aumentará al cierre de 2013 al 15%, sin contar con el efecto de Sareb, para moderarse al 14% en 2014. Otros análisis son mucho más agoreros, como el de Royal Bank of Scotland, que prevé que la morosidad en España se triplique en el plazo de tres años, hasta el 20%. La recesión económica y el aumento del desempleo -que según las previsiones avanzadas el viernes por Bruselas subirá otro punto, hasta el 27%- son los grandes argumentos para esperar un incremento de los impagos.

Y a más morosidad, más freno por parte de la banca a la hora de conceder nuevos créditos. No en vano, si crecen los impagos será a causa de la crisis económica y el elevado desempleo, un caldo de cultivo que no favorece la financiación bancaria y que alimenta el círculo vicioso en el que se mueve el sistema tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. Así, un mayor deterioro de la situación económica resultará en mayores impagos -que exigen las correspondientes provisiones- y en una menor demanda de crédito, por no hablar del mayor recelo y control de riesgo de las entidades a la hora de prestar dinero.

Los impagos en el sector inmobiliario y los créditos al sector en riesgo de estarlo han desencadenado un duro ejercicio de saneamiento, que en al menos ocho entidades ha desembocado en la petición de ayudas a Europa. La inquietud aparece ahora alrededor del resto de la cartera crediticia y mientras persista, la banca estará lejos de prestar dinero con normalidad.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Más información

Archivado En

_
_