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Las entidades financieras han cerrado ya más de 6.000 sucursales

El sector bancario destruirá 55.000 empleos por la crisis

El sector bancario ha destruido ya más de 35.000 empleos desde que empezó la crisis económica y financiera. Sin embargo, lo peor está por llegar. Los ajustes previstos para 2013 podrían afectar a cerca de 20.000 personas.

Exterior de una sucursal de Novagalicia
Exterior de una sucursal de NovagaliciaCinco Días
Miguel Moreno Mendieta

La sucursal de Caja Segovia en la plaza del Amanecer en Méndez Álvaro de Madrid cerró a comienzos de 2012. Era una oficina condenada desde que la entidad anunció su fusión con Caja Madrid y otras cinco cajas, para crear el grupo Bankia: a 20 metros tenía una sucursal de Caja Madrid, más grande y con más clientela. Ahora, en el local donde antes se concedían hipotecas y se suscribían fondos, se despachan hamburguesas. Es el signo de los tiempos.

La reestructuración del sector bancario va dejando un reguero de locales vacíos (o reconvertidos) y exempleados en la cola del paro. Desde que comenzara la crisis, bancos, cajas y cooperativas de crédito han prescindido de más de 35.000 empleos y han cerrado más de 6.000 oficinas.

Sin embargo, el ajuste más radical vendrá en 2013, cuando las entidades que han recibido dinero procedente de Bruselas (más de 41.000 millones en total) tengan que ajustar su plantilla para cumplir con los compromisos alcanzados por el Gobierno español. Además, también se producirá durante este ejercicio la absorción de Banesto por la red Santander.

De cumplirse la previsiones, a lo largo de 2013 se destruirán otros 20.000 empleos y se clausurarán otras 4.000 sucursales. En total, cerca de 55.000 puestos de trabajo y 10.000 oficinas menos que en los máximos registrados al cierre de 2008.

Por aquel entonces, los responsables políticos, los supervisores financieros y los gestores bancarios, repetían insistentemente que España había quedado al margen de la crisis de las hipotecas subprime, que había dejado muy tocada a la banca estadounidense y había dejado un reguero de activos tóxicos entre la banca británica, suiza y alemana.

Una de las redes más tupidas del mundo

En el momento álgido de la banca nacional, cuando la burbuja inmobiliaria tan solo tenía un pequeño pinchazo que hacía que se desinflara muy lentamente, las entidades financieras que operaban en España llegaron a contar con 280.000 empleados y 46.200 sucursales. Era diciembre de 2008, y España era uno de los países del mundo con mayor densidad de red bancaria de todo el planeta. Todo un orgullo.

Sin embargo, unos meses antes había quebrado Lehman Brothers, y el paradigma del crédito barato y el crecimiento económico imparable había saltado por los aires. El sector bancario estaba obligado a someterse a una profunda reestructuración, y España no iba a quedar al margen.

A partir de 2009, la banca nacional empezó con el proceso de concentración de entidades y con los ajustes de red y personal, pero el ritmo fue muy lento, a decir de los expertos y a la vista del grado de deterioro que sufrirían sus balances, lastrados por los miles de millones de créditos concedidos al sector inmobiliario, que nunca podrían devolver.

La crisis de la deuda soberana europea, el imparable aumento del paro y la vuelta de la economía española a la recesión han terminado de forzar a la banca española a acometer una profunda reestructuración, impuesta en buena medida por las exigencias de Bruselas a las siete entidades financieras a las que ha inyectado o va a inyectar miles de millones de euros -Bankia, Novagalicia, Catalunya Banc, Banco de Valencia, BMN, Liberbank, Ceiss (Caja España Duero) y Caja3- o por los procesos de fusión en marcha.

Seis de las ocho entidades con ayudas de Bruselas tienen previstos suprimir en 2013 más de 11.000 puestos de trabajo. La cifra aumentará una vez que Catalunya Banc sea adjudicada en un proceso de subasta que ahora se desarrolla. Si el comprador reduce la estructura de la entidad un 25%, tal y como está comprometido con Europa, supondrían otras 1.400 salidas.

A los ajustes de las entidades que han recibido apoyo público se suman los que tienen pendientes los grupos sanos. La integración de Banesto y Banif en la red de Santander, supondrá la eliminación de 3.000 puestos de trabajo. BBVA, que se adjudicó en subasta Unnim, tiene pendiente recortar 1.200 empleos y CaixaBank, que absorbió en 2012 Banca Cívica, también tiene pendiente realizar ajustes. De acuerdo con El Periódico de Cataluña, el grupo tiene un excedente de personal de 3.500 personas.

La única noticia positiva para los miles de empleados del sector bancario que perderán su empleo durante este ejercicio es que la banca sigue siendo mucho más generosa que otras industrias a la hora de pagar indemnizaciones. Un empleado de actividades financieras o de seguros recibe hoy una indemnización media de unos 44.556 euros, casi cinco veces más que los 9.150 euros que se lleva un trabajador medio.

Las diferencias llegaron a ser astronómicas durante el proceso de reordenación de las cajas de ahorros, cuando cada despedido del sector percibió una media de 128.211 euros. Doce veces más que cualquier otro.

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Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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