"La reducción del gasto farmacéutico era necesaria"

Cuando llegó a España en abril de 2010 como director general de Roche Farma, a Andreas Abt (Basilea, Suiza, 1967) le tocó lidiar con los peores momentos de la industria farmacéutica. Tres decretos consecutivos en dos años que han mermado los ingresos de las compañías. "Las ventas de Roche se han visto impactadas de manera muy considerable. En dos años hemos perdido 100 millones en facturación", reconoce, y tuvo que hacer un ajuste de plantilla de 200 personas debido a la crisis y al fracaso de un fármaco contra la diabetes en las últimas fases de ensayo.

"Para nosotros lo importante en España es la reducción del gasto farmacéutico, que entiendo porque hasta cierto punto era necesario", afirma. Cree que los altos beneficios han podido hacer mella en la imagen del sector. "Tenemos que ganarnos la credibilidad de las instituciones. La industria tiene un papel importante como socio del Sistema Nacional de Salud. Las compañías necesitamos buscar soluciones que sean win-win para ambas partes. No podemos tener un crecimiento del 10% al año durante 10 años. Eso fue una bonanza que no es sostenible y no va alineada con el interés del sistema".

Pero también pide a las Administraciones varias cosas. "No podemos tener retrasos importantes en los pagos, los precios más bajos de Europa y luego bajadas de precio. Necesitamos encontrar una solución para tener un marco estable".

Lamenta, precisamente, el año que llevan esperando para que Sanidad ponga precios de reembolso para sus innovaciones, los antitumorales Zelboraf (para melanoma), Avastin (ovario) y Tarceva (pulmón). "Lo más importante para el futuro de la industria es que se siga permitiendo el acceso a la innovación a los pacientes, que se pueda conseguir el precio de reembolso de nuevos productos, con un precio justo y unos plazos de aprobación razonables".

Sin olvidarse de lo que las autonomías adeudan a la compañía del ejercicio 2012, alrededor de 400 millones de euros. De hecho, durante estos años ha tenido que hacer frente al impago durante 2011 de las facturas de los medicamentos, por valor de más de 1.000 millones. "El plan Montoro ha ayudado a Basilea [la central de la compañía] a entender que este es un país serio, en el que hay problemas pero que se buscan soluciones, y ha ayudado para conseguir la inversión en la fábrica".

Esta planta a la que se refiere es la de Leganés, por la que Roche se ha comprometido a invertir 50 millones de euros en cinco años para producir fármacos destinados a más de 150 países. "La fábrica de Madrid va a suponer uno de los principales centros de producción", señala, de nuevos fármacos como el antitumoral Zelboraf y la Bitopertina para la esquizofrenia. Además, "estamos invirtiendo cada año unos 50 millones en investigación en España, una cifra de las más altas del sector, y eso no ha cambiado con la crisis porque hemos mantenido el nivel de inversión". Asimismo, Roche cuenta con 40 moléculas en desarrollo en España, en 200 hospitales con 12.000 pacientes reclutados.

Abt es médico con formación en MBA y confiesa que desde siempre quiso ejercer en la industria farmacéutica. Sobre el futuro del sector, comenta que hay compañías que han apostado por la diversificación en negocios como genéricos, por ejemplo, y otras, como Roche, que lo han hecho por la innovación. "Una de las decisiones más positivas de Roche fue invertir en biotecnología ya en los años noventa", con la entrada en el capital de Genentech y una fuerte especialización en oncología.

"Con la biotecnología tenemos mucha información nueva de cómo funciona el cáncer. No vamos a tener una molécula o una terapia que lo cure de repente y en todas sus formas. Un cáncer de mama, por ejemplo, no es un solo tipo de mama, sino 10 o 15 diferentes, y hay que identificar subgrupos de pacientes que tienen una alteración que se puede atacar, como hacemos con Herceptin o Zelboraf", puntualiza. "Esa va a ser la vía. Terapias muy específicas para un colectivo de pacientes muy definidos".