Novagalicia cerrará 38 oficinas de EVO antes de abril
Novagalicia Banco (NCG) ha comunicado a su plantilla a principios de este mes que, antes del 1 de abril, cerrará 38 de las 118 oficinas con las que cuenta su filial EVO Banco. La intención es que la entidad esté presente solo en poblaciones con más de 200.000 habitantes.
La entidad gallega, resultado de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, continúa adelante con su proceso de ajuste. A principios de diciembre, los responsables de Novagalicia Banco comunicaron a su plantilla que tienen previsto cerrar otras 38 oficinas de EVO Banco, que actualmente cuenta con una red de 118 sucursales fuera de Galicia.
El objetivo es que la filial solo esté presente en aquellas poblaciones con más de 200.000 habitantes, frente a la referencia de ahora de 100.000 habitantes. Con ello, contará con 80 oficinas en toda España.
En lo que va de año, y en paralelo al lanzamiento de EVO Banco, Novagalicia ha cerrado ya 159 locales fuera de su territorio de origen.
A la red de EVO Banco hay que sumarle otras 50 oficinas que operan bajo la marca EVO NCG, en las que no se comercializan los productos específicos de la filial -productos de pasivo de alta remuneración- sino que engloban parte la cartera de clientes heredada de Novagalicia. La idea del banco es traspasar el negocio de estas últimas sucursales a su unidad Ugas, que incluye activos inmobiliarios de las antiguas cajas de ahorros o algunas de sus participadas.
La entidad que preside José María Castellano cuenta con un plazo de dos años para vender EVO Banco. Se trata de una de las condiciones que le ha impuesto a la entidad Bruselas para dar el visto bueno a su plan de recapitalización.
Un calendario, no obstante, que podría verse trastocado si se cumplen los propósitos del Banco de España, que pasan por sacar a subasta al banco gallego una vez que concluya la venta de Catalunya Banc, prevista para el primer trimestre de 2013.
Novagalicia, por su parte, defiende que Bruselas le ha dado hasta 2017 para buscar un comprador del grupo y que este proceso no tiene por qué arrancar hasta julio de 2015.
Como contrapartida, la CE exige a la entidad gallega, que va a recibir un total de 5.425 millones de euros de ayudas europeas, que recorte el tamaño de su balance en un 60%, así como que reduzca su plantilla en 2.500 personas -un 43%- y adelgace su red en 400 oficinas en un periodo de tres años. También le ha concedido cuatro años para que se desprenda de su cartera industrial.