La construcción reclama una gestión centralizada
Si al sector constructor le hubieran dicho hace cinco años que lo que entonces se vaticinaba como un aterrizaje suave se iba a convertir en un ajuste del gasto en infraestructuras del 75% y volver a los niveles de inversión de 1979 en términos de PIB (del 0,78%), más de uno hubiese tachado de loco apocalíptico al mensajero.
Pero lo cierto es que las cifras no hacen más que ratificar que la actividad constructora debe prepararse aún para, al menos, otros dos años extremadamente difíciles.
"Si nada cambia en materia legal y se mantiene la actual política presupuestaria, superadas ya todas las citas electorales, todavía asistiremos al retraso de más obras en curso y se cancelarán los proyectos que sean considerados inviables", asegura el presidente de una importante patronal del sector.
Sin embargo, la ministra de Fomento, Ana Pastor, ha pulido su discurso respecto a las primeras intervenciones que hizo al asumir la cartera y ya ha hecho suyo el mensaje defendido por la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) y su presidente, Juan Lazcano. "España no podrá salir de la crisis sin la construcción", admiten desde el Gobierno.
Por ello, el Ejecutivo no hace más que recordar en todas sus intervenciones públicas que creará las condiciones necesarias para que las empresas vuelvan a confiar en la construcción de infraestructuras mediante el sistema concesional. Lo último es la puesta en marcha de un nuevo plan de colaboración público-privada, pero al oírlo, más de un directivo no logra reprimir una sonrisa después de que el último plan de estas características, que impulsó el Gabinete del PSOE, quedara en nada.
Esa es la clave: "¿cómo serán esas condiciones necesarias?", se pregunta el presidente de una ingeniería que ha tenido que internacionalizar más de la mitad de su actividad para sortear la crisis.
Las empresas tienen claro qué habría que cambiar.
En primer lugar, el marco legal vigente, de modo que se garantice a las empresas que las reglas de juego no van a cambiar a mitad del proyecto, que se estipulan claramente cuáles son los riesgos del capital público y cuáles debe asumir el privado.
Asimismo, exigen reorientar la inversión inmobiliaria hacia el alquiler y la rehabilitación y, por primera vez, hacen especial hincapié en la gestión: "mejor si ésta está centralizada". En opinión de Miguel de la Fuente, director general del Foro PPP, "la creación de una única y gran oficina pública estatal se configura como un elemento indispensable para promover y articular convenientemente el funcionamiento de las colaboraciones público-privadas (CPP), que actualmente es uno de los principales objetivos del Gobierno".
El presidente de Seopan y de FCC, Baldomero Falcones, insiste en que "invertir en infraestructuras es apostar por su futuro".
El pago por circular por las carreteras llegará...
Más pronto que tarde el pago por uso por las infraestructuras llegará a España, tal y como manda la normativa europea.Además, tal y como admiten las empresas y el propio Gobierno, si no se avanza hacia ese modelo, el sistema de transportes será insostenible a medio y largo plazo. Y no solo porque los recursos pasados para invertir en infraestructuras ya no volverán, sino porque hay que seguir conservando en buen estado todas las obras existentes."El Gobierno nos ha pedido que hagamos nuestras alegaciones al Plan de Infraestructuras de Transporte y Vivienda (Pitvi) y una de las más importantes que presentaremos es que con el programa actual parece que no se apuesta por las carreteras autosostenibles desde el punto de vista financiero", explica el presidente de la CNC, Juan Lazcano. Además, ultiman el catálogo de obras que remitirán a Fomento susceptibles de ser financiadas con capital privado.El sector muestra su indignación cuando altos cargos del Ejecutivo defienden que ya está todo hecho y que España es el país de Europa que más kilómetros de vías de alta capacidad tiene, por encima de naciones mucho más pobladas como son Alemania y Francia.El presidente de Seopan y FCC, Baldomero Falcones, acaba de ilustrar ese enfado: "por mucho que en televisión pongan imágenes de media docena de infraestructuras vacías, ni están ni son el origen de la crisis, sino que constituyen un elemento de riqueza tanto a corto, como a medio y largo plazo".