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Inversiones

España, el amarre en la UE de América

Unas sólidas relaciones con Latinoamérica son, desde la Transición, uno de los pilares fundamentales de la política exterior española. Estas se basan, a su vez, en la condición de puente natural entre Europa y América que se ha ganado España en virtud de los centenarios lazos históricos que mantiene con el Nuevo Mundo. La buena sintonía diplomática se acompaña de unas fluidas relaciones comerciales, el auténtico indicador de la salud de las relaciones entre socios estratégicos.

Y lo mismo puede decirse desde el punto de vista de muchos países latinoamericanos. Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), España fue el segundo país europeo que más capital recibió por parte de empresas de su área de influencia durante buena parte de la década pasada (2003 a 2010), acaparando un 21% del total. Solo supera esta cuota Portugal (34%), que pese a recibir inversiones de menos países goza del favor del más importante en términos absolutos: Brasil.

Las tornas han cambiado, y la depresión económica en la que está hundida España contrasta con el crecimiento sostenido de las economías latinoamericanas durante los últimos años. Según datos de la Cepal, desde 2010 a 2012 (tomando los datos estimados para el cierre del presente ejercicio) el continente ha crecido a una media del 4,6% anual. Destacan, por su tamaño y regularidad, Brasil (4% de media), Colombia (4,8%), Chile (5,7%) y Argentina (6,7%). Este músculo se ha traducido en un importante esfuerzo inversor en la Unión Europea, que suma más de 20.000 millones de dólares (unos 15.700 millones de euros al cambio) en el último quinquenio, según datos de la Cepal.

De ahí que el Gobierno considere muy importante lograr atraer inversiones del continente americano. Objetivo este al que se dedicarán esfuerzos en la XXII Cumbre Iberoamericana. "Las empresas translatinas [en referencia a las transnacionales latinoamericanas] tienen en España algunas fortalezas para su radicación, como una amplia red de comunicación portuaria con el continente, sistemas avanzados de telecomunicaciones, tecnología y capital humano de envergadura disponibles, y el mercado del turismo", subrayó la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado mes de junio en un encuentro organizado por Banco Santander.

Chile es, hasta el momento, el país que más en serio se está tomando esta incursión. "La información estadística oficial señala que las inversiones de Chile se han concentrado en España", reza el último informe de Cepal sobre inversión extranjera, para añadir que más del 50% del capital colocado en Europa por el país andino desde 1990 ha recaído en su antiguo colonizador.

Los sectores más atractivos para las compañías latinoamericanas han sido en los últimos años la siderurgia, el cemento y los materiales de construcción, actividades en las que la península Ibérica ha mandado sobre el resto de Europa. Las industrias química, energética, automotriz y de alimentación se cuentan también entre las más provechosas para las compañías latinoamericanas que desembarcan en España.

Operaciones corporativas más sonadas

La expropiación de YPF, la filial argentina de Repsol, por parte de Buenos Aires el pasado mes de abril puede haber monopolizado el foco mediático, hasta servido como cortina de humo, pero la realidad es que las operaciones corporativas ejecutadas por empresas latinoamericanas sobre compañías españolas no han sido pocas en los últimos tiempos.Quizá el caso más paradigmático sea el de la mexicana Cemex, que desde los años noventa ha realizado numerosas inversiones en España, entre ellas la adquisición de Hormigones Ciudad Real.Su paisana Pemex participó el año pasado uno de los culebrones del verano: el intento de Sacyr de dar un impulso a su participación en Repsol, de la que la mexicana acabó controlando el 9,8% por un precio estimado (aún no ha pagado todo el paquete accionarial) de 1.600 millones de dólares (unos 1.250 millones de euros).La brasileña CPFL Energia adquirió, también el año pasado, la fabricante española de molinos eólicos Jantus por unos 770 millones de euros.Por otra parte, la brasileña Gerdau se hizo en 2008 con Corporación Sidenor por unos 220 millones de euros, mientras que ese mismo año la costarricense Grupo Aldesa compró Becosa Energías Renovables por unos 420 millones.

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