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Espera crecer casi un 4% este año

México, con paso firme

El país intenta trascender su condición de emergente y espera crecer casi un 4% este año tras haber duplicado su PIB entre 2000 y 2008.

México lindo y querido. Así caracterizó a su patria en 1921 el compositor mexicano Chucho Monge, en la ranchera que convirtió en himno Jorge Negrete. El canto fervoroso a una tierra de la que el autor dice que es "cuna de hombres cabales". Y, reservas de crudo aparte, ese el patrimonio esencial del que dispone este México que se precipita siglo adelante: el de sus hombres -y mujeres- cabales. Undécimo país más poblado del mundo, con 115 millones de habitantes, su peso demográfico se traduce por fuerza en potencial productivo, y más con una tasa de paro que se ha estabilizado oficialmente en torno al 5%.

Desde 1987, México se ha ganado a pulso su estatus de emergente, con tasas de crecimiento erráticas pero espectaculares. Sin ir más lejos, con el fantasma de la recesión acechando a medio mundo, en 2010 México logró crecer un flamante 5,5%. Aunque, claro, allí también han tenido réplica los temblores de los grandes mercados. Tras una racha que llevó al país casi a duplicar su PIB nominal entre 2000 y 2008, sufrió un sonoro traspiés en 2009, en el que cayó un 6,5%. Un tropiezo que mostró algunas debilidades y que evidenció la necesidad de redimensionar su mercado doméstico y de lograr una mayor consolidación fiscal en todo el territorio.

El FMI prevé que México crecerá el 3,9% en 2012 y el 3,6% en 2013. Una economía de ese tamaño -decimocuarta del mundo por renta- no parece viable sin una sólida demanda interna y sin unas cuentas públicas saneadas que permitan al Estado responder en momentos adversos. No en vano, su creciente peso en el nodo de relaciones globales le ha vuelto más sensible a los vaivenes de sus socios y, especialmente, a la cotización del barril de crudo, cuyo desplome agravó la debacle sufrida en 2009. Ser el octavo productor de petróleo en el mundo, con unas reservas probadas de 11.700 millones de barriles, se traduce también en una mayor vulnerabilidad ante los cambios de precios en el mercado energético.

'Los vecinos de arriba'

Compartir vecindario con el Tío Sam ha dado aliento a la economía mexicana. Ha proporcionado un caudal regular de inversiones, un desarrollo tecnológico accesible y un mercado próximo, poderosísimo y proclive al intercambio. La entrada en vigor del tratado de libre comercio con Canadá y EE UU en 1994 intensificó la relación con sus socios continentales, que absorbieron el año pasado el 83% de sus exportaciones, frente al modesto 1,4% que recibió España.

Mas, en el club de los norteamericanos, México es sin duda el amigo pobre. La brecha salarial que separa a sus trabajadores de sus homólogos del norte es enorme. En 2009, según el Banco Mundial, el salario medio de un operario mexicano le concedía menos de la cuarta parte del poder adquisitivo que a uno estadounidense y apenas cubría sus necesidades básicas. Un agravio comparativo que, por cierto, ha invitado a las transnacionales a trasladar las fases del proceso productivo intensivas en mano de obra al otro lado del río Grande, lo que explica la presencia masiva de maquilas o maquiladoras -fábricas manufactureras-, arracimadas a lo largo de la frontera norte del país.

Los lazos con 'la madre patria'

Aunque la crisis frenó el comercio entre México y España, sus relaciones gozan aún de buena salud. Entre 1995 y 2011, el valor de las exportaciones españolas hacia México se multiplicó por siete, de 424 a 2.940 millones de euros, mientras que el de las importaciones lo hizo por cinco, desde 738 hasta 3.741 millones.

El flujo bilateral de inversiones ha sido bastante más errático, lo que no resulta extraño cuando se considera el impacto estadístico de las operaciones a gran escala. El año pasado la inversión bruta española en México fue de 1.100 millones, el 15% del flujo dirigido a Latinoamérica, mientras que la de México en España se quedó en 45 millones.

El presidente de la Cámara Oficial Española de Comercio de México, Alejandro Hernández-Sampelayo, ve futuro en los lazos que unen a ambos países: "Las empresas españolas miran hoy al exterior en busca de oportunidades de negocio para sus capacidades ociosas ... y México transmite unas claras señales de optimismo".

"Los obreros de las maquilas apenas ganan para comer"

Rosa Isela Pérez huyó de Ciudad Juárez hace casi dos años. Reportera y madre de tres hijos, se vino a España empujada por las amenazas del crimen organizado. La razón: ser una de las investigadoras de la ola feminicida que asuela su tierra natal. Pero no es el único tema que ha tratado; la situación laboral de los operarios de las maquilas le preocupa también. "Los sueldos de los obreros son bajísimos, no dan ni para comer, así que deben hacer otras cosas para sobrevivir: venta informal, bailar por dinero, prostituirse...", cuenta con un dejo resignado.Sobre los horarios leoninos que se les aplican, habla muy claro: "Antes de la crisis, en momentos de mucha demanda, tenían al personal trabajando 12 o 14 horas seguidas de pie, e incluso les llegaban a quitar las tarjetas con las que fichan para que no pudieran salir. Hubo casos de abortos espontáneos y mujeres muy enfermas". Y eso trae consecuencias: "Un estudio dice que las juarenses duermen 4,5 horas diarias y eso conlleva otros conflictos, como la desatención familiar y la violencia contra la niñez".

LAS CIFRAS

80% de sus exportaciones fueron a EE UU el año pasado.19.440 millones de dólares en inversión extranjera directa captaron en 2011.2,4% será su déficit a fin de año, según estima el FMI.

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