_
_
_
_
_
A fondo

El rechazo a la austeridad cala entre los alemanes

La oposición ya controla 11 de 16 'länder' y puede forzar el adelanto de las generales

El rechazo a la austeridad cala entre los alemanes
El rechazo a la austeridad cala entre los alemanesREUTERS

Elevar el endeudamiento, alargar la senda de consolidación fiscal más allá de 2013 y mantener los subsidios a las energías renovables. Estas son solo tres de las propuestas con las que la ex primera ministra de Renania del Norte-Westfalia, la candidata del SPD, Hannelore Kraft, compareció el domingo ante los 18 millones de habitantes de este land. Enfrente, el discurso monocorde de la CDU liderada por Angela Merkel: austeridad y control del déficit.

Los ciudadanos de ese territorio han dejado claro que se han cansado de la austeridad y que abogan por políticas alternativas. La CDU ha obtenido los peores resultados después de la Segunda Guerra Mundial, con tan solo un 26,3% de los votos, lo que solo puede ser interpretado como un signo más de repulsa a las políticas de consolidación fiscal llevadas hasta el extremo. Kraft arrebató a la CDU el Gobierno de ese land en 2010 y formó Gobierno en minoría con Los Verdes, que disolvió hace unos meses ante la imposibilidad de obtener el respaldo de la CDU para aprobar un presupuesto expansivo. "El resultado de las elecciones es un claro mensaje a Berlín", aseguró emocionada Kraft en la madrugada del domingo tras conocerse los resultados, que le otorgaban el 39,1% de los votos, suficientes para obtener mayoría absoluta con la formación ecologista.

Solo en las dos últimas semanas, la CDU, la formación liderada por Merkel, ha perdido las elecciones en Schleswig-Holstein y en Renania, lo que ha provocado que la oposición ya controle los Gobiernos de 11 de 16 territorios.

Una situación insostenible que puede conducir a la canciller alemana al mismo callejón sin salida al que se asomó su antecesor Gerhard Schröder, que en 2005 se vio obligado a adelantar las elecciones generales (están previstas para el 27 de octubre de 2013) ante la progresiva pérdida de poder. Aunque por escaso margen, Schröder perdió su puesto en favor de una emergente Merkel.

Pese a que siempre trató de desvincular estos últimos comicios como un refrendo a su política de austeridad, la canciller alemana no ha podido evitar durante la campaña en Renania criticar la escalada de la deuda en este territorio (el más endeudado de Alemania) frente a los ajustes fiscales y la reducción del déficit lograda en los territorios donde gobernaban los conservadores.

Su estrategia no ha tenido éxito, a tenor de los resultados electorales, que suponen un refrendo para la coalición entre los socialdemócratas y los verdes. Buena prueba de ello se produjo la semana pasada, cuando los territorios gobernados por ambas formaciones impusieron su mayoría en el Parlamento para frenar los planes de Merkel, que pasaban por recortar el impuesto de sociedades y eliminar gran parte de los subsidios a la energía fotovoltaica.

"El resultado refuerza aún más a los socialdemócratas en su apoyo a las políticas de estímulo que quiere poner en marcha François Hollande", apuntaba ayer Thomas Costerg, economista jefe del banco Standard Chartered.

Precisamente hoy se producirá la primera reunión del eje franco-alemán tras la salida de Nicolas Sarkozy del Elíseo y la llegada de Hollande. El nuevo máximo mandatario francés viene con la idea de transmitir a Merkel la necesidad de frenar la política de ajustes y sustituirla por otra de estímulos para ayudar a las economías más asfixiadas por la reducción del déficit. En su plan está fijado una revisión del pacto fiscal firmado por 25 países de la UE (se han quedado fuera Reino Unido y República Checa) en el que se establece la obligatoriedad de cumplir los objetivos marcados en el Programa de Estabilidad y Crecimiento.

El Ejecutivo de Merkel no se opone a las políticas de estímulo, pero cree que primero es necesario un ajuste fiscal. El ministro de Economía, Wolfgang Schäuble, lo dejó ayer claro en un artículo publicado en el diario francés Les Echos. "El debate sobre el crecimiento es necesario. Pero no lo entiendo como una estimulación artificial de la demanda con más gastos presupuestarios, porque eso puede tener sentido para hacer frente a un choque agudo como lo fue la quiebra de Lehman Brothers, pero no cuando los problemas son de orden estructural y sobre todo de largo plazo", argumentó.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_