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Tendencias

Diez millones para liquidar una nevera, un ordenador o un móvil

Aznalcóllar acoge la única planta en España que recicla todo tipo de aparatos eléctricos y electrónicos para darles nuevo uso.

Hasta Francia no solo llegan cada año los residuos radiactivos que España no podrá tratar hasta que el municipio de Villar de Cañas (Cuenca) acoja el futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC). El país vecino también recoge el gas tóxico que esconde la espuma aislante de cualquier nevera, "equivalente al que emite un coche en un año", explica Leonardo Díaz, gerente de la planta de la empresa Recilec en Aznalcóllar (Sevilla), la única en España autorizada para reciclar todo tipo de aparatos eléctricos y electrodomésticos.

En este espacio de 25.000 metros cuadrados funciona una enorme instalación que aísla el gas refrigerante de los frigoríficos para enviarlos a Francia y a Bélgica, con capacidad y tecnología para tratarlos y evitar la contaminación del aire. Aznalcóllar, conocida por el vertido de Boliden, recibe en esta planta -que abrió en 2006 y que costó 10 millones de euros de inversión- carcasas de móviles viejos; tubos catódicos de televisores; lámparas; monitores y cables de ordenador, y lavadoras.

Cualquier residuo que provenga de un punto limpio puede llegar a este tipo de plantas, aunque el usuario que se deshace de uno de estos aparatos también puede depositarlo en la tienda donde compre uno nuevo. Los comercios están obligados a aceptarlos por ley, "aunque muchos no lo hacen", reconoce Díaz.

Los fabricantes pagan por decreto una cuota por cada aparato eléctrico y electrónico que ponen en el mercado para su reciclaje en estas plantas y repercuten este coste en el usuario, que normalmente no sabe que el 0,5% del precio del teléfono móvil o el 3% de un frigorífico que compra se destina a su tratamiento para descontaminarlo y optar a una segunda vida.

Pero la falta de información y de pedagogía de esta norma mantiene a España muy por debajo de la media europea de reciclaje. En Noruega, por ejemplo, se tratan cada año 14 kilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos por habitante, mientras en España se reciclaron 4 kilos en 2010. Recilec se ha marcado como objetivo alcanzar entre 7 y 8 kilos de reciclaje por habitante en 2016.

De ahí la importancia de dar a conocer estos puntos limpios, que están infrautilizados. En Andalucía, la autonomía más poblada, solo existen 140 de estos contenedores, mientras Cataluña ha repartido 400 por su territorio. Pero incluso aunque se hayan instalado, el problema es que muchas veces los residuos no llegan porque antes han sido robados o canibalizados, como el sector llama al robo de los componentes de mayor valor que contienen los aparatos eléctricos y electrónicos.

De la tarjeta de un ordenador puede extraerse oro y platino y una tonelada de estos microchips vale 4.000 dólares en el mercado. El cobre es lo más valioso de una nevera. La crisis estaría agudizando la existencia de estos circuitos paralelos de compraventa ilegal de materias primas, que ha aumentado hasta un 50% en los dos últimos años, recortando hasta un 35% el valor de las fracciones de un aparato electrónico.

La planta de Aznalcóllar se diseñó para tratar 40 millones de kilos de residuos, pero por el momento gestiona la mitad y la inversión será rentable en dos años. La labor de una factoría de este tipo es doble: descontaminar los residuos que contienen mercurio como las lámparas, tintas, metales pesados o plomo, y maximizar los materiales que pueden tener una segunda vida.

Casi todo lo que pasa por las cintas de tratamiento en este enorme espacio puede tener un nuevo uso. "Se valoriza el 98% de lo que sale de aquí", cuentan en Recilec. La espuma del gas de una nevera sirve de combustible para las cementeras y el plástico de un ordenador se convertirá en perchas. Algunos pequeños electrodomésticos, como los aspiradores, ya están compuestos exclusivamente de material reciclado. "Con el plástico se puede hacer de todo, no tiene límites, será el futuro del reciclaje", comenta Díaz. Ahora es especialmente un buen momento para la venta de plástico, ya que el aumento del precio del petróleo ha puesto la tonelada en 200 euros.

Las cifras

200 euros cuesta la tonelada de plástico, un máximo histórico por el aumento del precio del crudo.400 puntos limpios tiene Cataluña para la recogida de aparatos electrónicos y eléctricos, la más elevada.

Hasta tres opciones para lograr las tres erres

La directiva europea que acota desde 2005 el reciclaje parte de una idea clara: el mejor residuo es el que no se genera. Mientras ese ambicioso reto se concreta, el usuario tiene a su alcance tres tipos de puntos limpios para aparatos eléctricos y electrónicos más allá de los habituales contenedores para plástico, papel, vidrio y residuos orgánicos. Las pilas deben llevarse a cualquiera de los 16.000 puntos de recogida que ha instalado Ecopilas; los aparatos de ofimática, como los ordenadores, pueden trasladarse a las tiendas, que están obligadas a recogerlos cuando el usuario adquiere un nuevo producto, o a los 700 puntos se recogida, y de reunir los teléfonos móviles se encarga Tragamóvil, que aglutina 830 contenedores para estos aparatos, cuyo principal residuo es el coltán, un material precioso que se extrae de las minas del Congo.El objetivo: cumplir con la llamada ley de las tres erres (reducir, reciclar, reutilizar).

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