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Avanza que aprobará los Presupuestos el 30 de marzo

Rajoy prevé que el PIB caiga en torno al 1,4%, más que Bruselas

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprendió de su antecesor en el cargo José Luis Rodríguez Zapatero que supone un error tratar de edulcorar la realidad. Quizás por eso, se apresuró a advertir ayer que la caída del PIB español del 1% para este año que prevé la Comisión Europea peca de optimista. Rajoy señaló que el Ejecutivo establecerá su propia estimación de crecimiento con las previsiones de la Comisión Europea, del FMI y del Banco de España y aseguró que no tomarán como referencia la más favorable. En este sentido, la institución que hasta junio presidirá Miguel Ángel Fernández Ordóñez estima que la economía española retrocederá un 1,5% y el FMI calcula un 1,7%. Así, el Ejecutivo sugiere que las cuentas para el presente curso se realizarán bajo una previsión de caída del PIB de la media de las tres cifras, el 1,4%.

Tras reunirse con el primer ministro italiano, Mario Monti, Rajoy señaló que los Presupuestos para el año en curso -que incorporarán un importante recorte del gasto, se aprobarán el viernes 30 de marzo- cinco días después de las elecciones andaluzas. La Comisión Europea espera conocer las nuevas cuentas antes de aceptar la propuesta del Gobierno español de reducir las exigencias del ajuste fiscal.

Un ajuste de 40.000 millones

A día de hoy, Bruselas contempla que España reduzca su déficit del entorno del 8,2% registrado en 2011 al 4,4% del PIB. En Hacienda entienden que ese objetivo, que supone recortar los números rojos en 40.000 millones este año, resulta utópica. Además, Rajoy recordó que la senda de consolidación fiscal se realizó con unas previsiones de crecimiento para este año del 2,3%, una cifra que hoy resulta totalmente desfasada. El Ejecutivo español confía en que finalmente Bruselas acepte fijar un umbral máximo de déficit algo superior al 5%. Si fuera así, ello supondría que el esfuerzo fiscal y presupuestario que debería acometer la Administración se reduciría en unos 15.000 millones de euros.

En cualquier caso, Rajoy quiso dejar clara su voluntad de sanear las cuentas y recordó que España nunca ha logrado crear empleo y crecer a tasas significativas en circunstancias de elevado déficit y deuda pública. "España no puede gastar, como sucedió el año pasado, 90.000 millones más de lo que ingresa", señaló Rajoy. Ello indica que el Gobierno mantiene que el déficit público superará el nivel del 8% del PIB después de que semanas atrás una información de Reuters -desmentida finalmente por Bruselas- señalara que miembros de la Comisión Europea sospechaban que el Ejecutivo había inflado los números rojos.

A pesar de la necesidad de acometer nuevas medidas de ajuste, el presidente del Gobierno señaló que no contempla nuevas subidas de impuestos tras elevar el IRPF y el IBI. Así, la mayor parte del ajuste procederá del lado del gasto, lo que supone que en marzo se anunciará un drástico recorte del techo presupuestario.

Los partidos de la oposición coincidieron con el Gobierno en que el ajuste fiscal que exige Bruselas resulta inasumible y pidieron que se retrase el objetivo de alcanzar en 2013 un déficit del 3%. De hecho, ya el candidato socialista y hoy líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, reclamó esa medida durante la campaña electoral.

España e Italia reclaman políticas de estímulo

La reunión mantenida ayer entre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, mostró la sintonía entre ambos mandatarios, que este semana firmaron una carta dirigida a las autoridades comunitarias en la que reclamaban medidas de crecimiento sin renunciar a los ajustes fiscales. Rajoy aseguró ayer que hay margen para aprobar políticas de liberalización de los servicios, potenciar la innovación y ayudar a las pymes.También pidió reformas en materia laboral y energética. Ambos mandatarios defendieron que es factible impulsar todavía más la apertura económica de la UE y cubrir las lagunas que todavía existen en el mercado único. Mario Monti alabó la reforma laboral y del sistema financiero aprobadas por el Ejecutivo español. "Estoy impresionado", señaló el tecnócrata italiano, cuyo Gobierno también trabaja en una profunda reforma del mercado de trabajo. El primer ministro italiano señaló que la flexibilidad laboral introducida en España marca el camino para Italia. Monti levantó una agria polémica en su país en enero cuando aseguró, refiriéndose a los jóvenes, que tener un trabajo indefinido es "muy aburrido".En cualquier caso, Rajoy insistió en que las reformas puestas en marcha no tendrán efectos positivos a corto plazo. De hecho, la mayoría de analistas prevé que la tasa de paro siga incrementándose durante los dos próximos ejercicios.Monti, a diferencia de Rajoy, señaló que su Gobierno no aplicará medidas adicionales de ajuste y aseguró que las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea no han supuesto "una sorpresa". Bruselas prevé que la economía italiana se contraiga un 1,3% en 2012, lo que supone la tercera peor evolución de toda la UE después de Portugal y Grecia.

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