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Investigación

Científicos españoles en expediciones a lugares remotos

Investigadores del CSIC cuentan su experiencia en sus viajes a los lugares más inhóspitos y opinan sobre los potenciales nuevos recortes.

Unas vacaciones en Fiji? Allí encontrará a una investigadora del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas). ¿El viaje deseado a Australia? Tal vez coincida con un científico español. O también en la Antártida o en la selva colombiana.

Los investigadores españoles buscan en lugares remotos pistas que les permitan continuar con sus teorías e hipótesis, una forma de trabajar que se remonta, por ejemplo, a las misiones científicas de Charles Darwin a bordo del Beagle durante el siglo XIX. La ciencia española, en general, ha contado con menos medios para estas campañas que los países punteros y, actualmente, los científicos miran de reojo las inversiones públicas del nuevo Gobierno.

Australia

"Los resultados de expediciones (oceanográficas, biodiversidad, paleontológicas, arqueológicas) juegan un papel importante en la mejora de la calidad de nuestra ciencia", cree Carlos Duarte (Madrid, 1960), actualmente en campaña en Perth (Australia), donde investiga el papel de los hábitats costeros en la mitigación del cambio climático. Anteriormente, este doctor en Biología ha trabajado en el sudeste asiático, Caribe, el Pacífico mexicano y Canadá, entre otras muchas zonas, y ha circunnavegado los océanos.

Es crítico con el recorte de los recursos públicos, algo que llama ya como "una realidad": "La caída de la financiación en ciencia amenaza con erosionar estos logros, por falta de medios, continuidad y por la amenaza de la pérdida de toda una generación de investigadores que deberían tomar el testigo de nuestras manos". Y un nuevo tijeretazo tendrá consecuencias "devastadoras". "Los países competidores no nos van a esperar".

Islas Galápagos

"El caso particular de una expedición a un lugar remoto tiene el aliciente de descubrir especies (o fenómenos) que todavía no se han descubierto hasta la fecha, a pesar de que los humanos han llegado a casi todos los rincones del planeta", explica Anna Traveset, doctora por la Universidad de Pennsylvania. En la actualidad prepara como coordinadora un viaje a Islas Galápagos, adonde lleva acudiendo los últimos cuatro años. Allí investigará "las especies invasoras en comunidades nativas insulares" de la flora, aclara. También ha trabajado en Tierra del Fuego (Chile), Alaska y Costa Rica.

Apunta que las expediciones españolas tienen un alto nivel con una gran producción científica. "Lamentablemente, nuestros políticos no dan a la ciencia ni a la tecnología la importancia que se merece. En tiempos de crisis económica, donde menos habría que recortar es en educación, ciencia y tecnología. Al contrario, habría que incentivarlas más, dentro de lo posible, pensando en un futuro a medio-largo plazo", asevera. "Me preocupa que toda una generación de buenos científicos se caiga del sistema de investigación".

Selva colombiana

Juan Carlos Gutiérrez-Marco es paleontólogo del Instituto de Geociencias (Universidad Complutense y CSIC) e investiga las plataformas marinas del continente Gondwana, desaparecido hace unos 300 millones de años. Ha participado y liderado numerosas expediciones en Suramérica -en ambientes de selva, altiplano o Andes-, África (también en el desierto) o Asia -Siberia, Mongolia, China-, ya que, como explica, para algunas ciencias el laboratorio está en el campo.

"No soy quien para juzgar, pero las mías son completamente improvisadas (poca gente y nulo apoyo). Para lo mismo otros países usan helicópteros, barcos, varios vehículos y equipos de comunicaciones. Yo opto por presentarme con unos colegas locales en el sitio y empezar a improvisar, pasando también lo más desapercibido posible...", señala sobre el nivel de las campañas españolas. Y reconoce que se busca "las mañas" con patrocinadores externos.

Antártida

Jordi Felipe (Barcelona, 1973) es el gestor de la Base Antártica Juan Carlos I. Es biólogo y ha hecho diferentes campañas antárticas, en el Polo Norte y en el Polo Sur. "Estas estancias son muy importantes porque te abren los puntos de vista, conoces técnicas y estás en contacto con otros científicos", explica telefónicamente desde la base española, donde actualmente conviven una veintena de investigadores. Allí los estudios van desde las condiciones meteorológicas (con una estación permanente), el estudio de glaciares, líquenes o el envío de señales a través de la ionosfera.

"Este sitio es superadictivo por los glaciares y tienes al lado focas, pingüinos o ballenas. Además, el ambiente de trabajo es muy creativo". Confiesa que otros países cuentan con campamentos más sofisticados que los españoles, incluso permanentes (la base solo permanece abierta en el verano austral), con más personas e incluso con helicópteros.

Islas Fiji

En las Islas Fiji, María Cruz Berrocal (Madrid, 1973), ha investigado durante sus viajes en cuatro años consecutivos el arte rupestre. Es doctora en Prehistoria e investigadora contratada en el CSIC. "Si no estás en campañas, no puedes demostrar las hipótesis, necesitas el trabajo de campo", afirma.

Su próxima incursión se dirige a Taiwán. Y está buscando socios privados para financiar una partida a las Islas Marianas y las Salomón, para analizar la presencia española. Cree que podrá convencer a alguna multinacional española interesada en esa parte del mundo. "¡La investigación española en el Pacífico es nula! La anglosajona está más desarrollada", se lamenta.

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