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La noche electoral en las sedes de populares y socialistas

Música en Génova, depresión en Ferraz

La noche electoral deja sonidos e imágenes bien diferentes. De la improvisada discoteca en Génova a la depresión en Ferraz. Una historia de vencedores y vencidos electorales y de una noche que se presume, para ambos bandos, muy larga.

Simpatizantes del Partido Popular celebran la victoria electoral esta noche junto a la sede del partido, en la madrileña calle Génova.
Simpatizantes del Partido Popular celebran la victoria electoral esta noche junto a la sede del partido, en la madrileña calle Génova.Efe

Al ritmo de Shakira y de la música más fiestera, los seguidores del Partido Popular se concentraban durante la tarde convencidos de una victoria segura en las eleccciones generales que, finalmente, se ha convertido en apabullante. La madrileña calle de Génova ha convertido en una discoteca al aire libre en la que predominaban las banderas españolas y del propio partido, entre las que aparecía alguna pancarta como una en la que se podía leer "ni con 16, ni con 18: aborto abolición".

El nuevo presidente electo, Mariano Rajoy, contenía su mensaje frente a los cánticos más desatados de su gente e insistía en la "unidad de todos los españoles" para sacar al país de la situación económica que atraviesa, y que ahora le toca manejar a él y al equipo que le acompañaba en el balcón de la sede popular. Apoyado por su mujer, Gallardón, González Pons, Ana Mato, Soraya Sáenz de Santamaría, Pío García Escudero, María Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre y hasta de Arias Cañete, Rajoy animaba a la enfervorecida masa popular a celebrar el resultado de hoy, pero a trabajar desde mañana por "sacar adelante" al país.

A un par de kilómetros de distancia el panorama era totalmente el contrario. Apenas una veintena de simpatizantes del Partido Socialista se reunían en los alrededores de la sede de Ferraz, sabedores de lo que se venía por delante: una derrota sin paliativos, el peor resultado electoral del partido en la historia de la democracia. Dentro, cabezas bajas y miradas perdidas, pensando en lo que se avecina: un Congreso ordinario, requerido por el candidato Rubalcaba al todavía secretario general del PSOE y presidente en funciones José Luís Rodríguez Zapatero, en el que tendrán que afrontar una reformulación de sus políticas y de sus cabezas visibles. El resultado de hoy no sólo marca los próximos cuatro años, sino que señala el inicio de lo que puede ser un largo período sin que los socialistas vuelvan a liderar el Gobierno de España.

Pero las diferencias con la fiesta del Partido Popular no sólo eran evidentes en la poca afluencia de simpatizantes a Ferraz o en las caras de los afiliados socialistas. También en la escenografía del discurso pronunciado por el derrotado de la noche, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha comparecido tan solo rodeado por su equipo más cercano. Ningún peso pesado del socialismo ha acompañado a un Rubalcaba que no ha descartado, ni asegurado, si participará en el Congreso ordinario socialista. Tampoco le ha acompañado Zapatero, presente en Ferraz.

Volviendo a la fiesta de Génova, entre reggaeton y música dance podían escucharse algunos cánticos de los allí concentrados, en su gran mayoría jóvenes. "Tú sí que vales", clamaban nada más aparecer Rajoy, intercalando el "Que viva España" de Manolo Escobar y un "Sí, sí, sí, el cambio ya está aquí". Una fiesta que se prevé larga en los alrededores de la plaza de Colón, mientras que los más fieles al PSOE vivirán una noche que también será larga por motivos, obviamente, bien distintos.

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