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Las firmas nacionales invirtieron la década pasada 200 millones anuales

Constructor y energético, únicos sectores españoles con peso en Grecia

Las compañías españolas, igual que la banca, están poco expuestas en su negocio a la tambaleante economía griega. La construcción y la energía, sectores que exigen fuertes desembolsos iniciales, acaparan la débil presencia española en el país heleno. La inversión neta en Grecia de firmas nacionales es muy fluctuante, situándose en torno a los 200 millones anuales durante la pasada década.

Grecia no ha ocupado tradicionalmente un lugar privilegiado en los planes estratégicos de España. Ni en el plano diplomático ni en el económico. La primera de estas esferas la ocupan, además de los países vecinos de la UE, las relaciones con el Mediterráneo Sur y los ancestrales esfuerzos por ganar relevancia en Latinoamérica. Las relaciones comerciales son un reflejo de estas líneas maestras: la UE es de lejos el primer socio comercial de España (copa más del 60% de las exportaciones y del 50% de las importaciones). Con todo, el papel que juega ahí Grecia es testimonial.

Las empresas españolas, igual que la banca, tienen una baja exposición a lo que pueda acontecer en Grecia. Su inversión anual en el país es relativamente baja, superando raramente los 200 millones de euros durante la década pasada, a excepción de picos (coincidiendo con la ejecución de grandes contratos) como el de 2007, cuando se alcanzaron los 727 millones, según los datos que maneja el Icex. Otra excepción se dio en los dos años previos a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, en los que la cifra se situó en unos 450 millones. El resto de años, el desembolso fue inferior a los 100 millones.

Las tradicionalmente bajas cifras de la inversión española en el país heleno se han alterado en los últimos cinco años, periodo en el que Grecia ha puesto en marcha ambiciosos planes de desarrollo energético y de infraestructuras. De hecho, en septiembre de 2010, año en el que Atenas recibió de hecho su primer rescate, el Gobierno presentó el programa Helios, que con una inversión prevista de 20.000 millones impulsaría el desarrollo de sistemas de energía solar.

Iberdrola es una de las firmas españolas con mayor presencia en el país. En 2006 anunció la inversión de unos 1.000 millones en un plazo de hasta tres años para entrar en el mercado eólico heleno y apuntalar la producción de electricidad por medio de gas natural. La compañía que preside Ignacio Sánchez Galán posee, de hecho, el 49% de Rokas, una empresa energética griega. Endesa, por su parte, firmó en 2007 una alianza con el grupo Mytilenos para expandirse por el mercado del sureste del Mediterráneo.

Acciona es otra de las corporaciones españolas con más intereses en el país. Dispone de molinos eólicos con una capacidad instalada de 750 MW, y la intención de la firma es multiplicarla por cuatro. En este sentido, Gamesa cuenta también con aerogeneradores en el país, con una cartera en desarrollo que incluye 40 parques eólicos.

En el terreno de las infraestructuras, ACS y Cintra tienen adjudicados contratos de construcción, gestión y explotación durante 30 años de tramos en las autopistas Jónica (1.150 millones de euros de inversión estimada) y de Grecia Central (1.300 millones) de euros.

Lento desembarco

Hasta los años ochenta, el Ministerio de Economía tenía constancia de menos de diez empresas nacionales instaladas en Grecia. Diez años más tarde, coincidiendo con el despegue exportador de las compañías españolas y el desarrollo en Grecia de las franquicias, aterrizó la distribución textil. Inditex lideró las inversiones en el país, abriendo 38 tiendas, movimiento en el que también participaron Mango y Cortefiel con siete establecimientos cada uno.

Con todo, la década de los noventa se saldó con una inversión española directa inferior al millón de euros anuales, alcanzando picos ocasionales de 13 o 15 millones.

Una joya para la balanza comercial

Grecia es el tercer país del mundo con el saldo comercial más favorable para España en lo que va de año. Así, la diferencia entre las exportaciones españolas al país heleno y las importaciones de este fue, entre enero y agosto de 2011, de 715 millones de euros en positivo, una tendencia que se viene repitiendo año tras año.Esta relación es muy indicativa, teniendo en cuenta que España es tradicionalmente deficitaria en su balanza comercial (el saldo total en el mismo periodo fue de 30.630,4 millones de euros en negativo). De hecho, solo Reino Unido y Suiza han arrojado un saldo aún más favorable que Grecia en los siete primeros meses del año (2.344 y 761 millones de euros, respectivamente).El peso de las relaciones comerciales con Grecia es prácticamente insignificante para la economía española, si se compara con la del resto de países. Así, las ventas registradas al país representan el 0,7% del total de las exportaciones, mientras que la producción importada supone el 0,2% de las adquisiciones.En términos orientativos, las relaciones son mucho más intensas, tanto del lado de las compras como de las ventas, con países como Hungría, Austria, Nigeria o Sudáfrica.

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