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5d verano

La conectividad alimenta la crisis

El acceso instantáneo a la información anula la capacidad crítica y contribuye a la inestabilidad en los mercados.

Agosto ha sido en un mes para olvidar en los mercados. Al repunte de la prima de riesgo se ha unido la fuerte caída de las Bolsas después de que las agencias de calificación volvieran a entrar en acción para rebajar la nota de la deuda estadounidense. En ese momento se activaron las alarmas y los medios se veían desbordados para reconducir el flujo informativo. Las plazas bursátiles ardían y la información al segundo era seguida muy de cerca por todos los agentes.

La diferencia entre la actual inestabilidad en los mercados y las crisis de décadas precedentes puede estar en esa permanente conexión de todos los actores a las fuentes de información. La velocidad a la que se transmiten los datos motiva que la capacidad de reflexión quede en segundo plano, y en su lugar se produzca una sobrerreacción a cada novedad, que aumenta la volatilidad y ralentiza la recuperación.

Nuria Álvarez, analista de Renta 4, reconoce que existe un efecto directo. "En el momento en que se da a conocer un hecho, las páginas económicas lo recogen, y cuanto menos tarde en difundirse, con más rapidez reaccionan las Bolsas". Asimismo, la velocidad acaba incidiendo en la inestabilidad. "A mayor celeridad, mayor volatilidad", añade.

El desplome experimentado por el selectivo español el pasado 10 de agosto es un buen ejemplo que demuestra como la democratización del acceso al mercado por parte de los particulares, junto a la velocidad con que propagan las noticias, favorece el desarrollo de un clima incierto. La noticia de una posible revisión de los ratings a los países europeos influida por la exposición de la banca francesa a Grecia hizo que se pasará de un rebote por encima del 2,5% a una caída del 5,49%, la peor desde febrero de 2010.

Con este panorama, José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi para España, considera que "aunque en escenarios de pánico la tecnología puede favorecer los movimientos bruscos, no es el origen directo de una situación tan convulsa. La estrechez del mercado en verano puede ser incluso más responsable".

Desde un punto de vista psicológico las emociones también tienen una gran influencia en los comportamientos económicos. "Pese a que vender cuando todo el mundo vende carece de sentido si se mira desde una perspectiva racional, esta suele ser la conducta más habitual en las personas de a pie", afirma Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. En este caso, el miedo asociado a muchas de las noticias que se propagan son una inseguridad que posteriormente se traslada a las plazas bursátiles.

Falta de capacidad crítica

Cano incide en que el bombardeo constante al que la sociedad se ve sometida hace que las emociones no puedan controlarse y se pierde así la capacidad crítica.

Enrique Dans, bloguero y profesor de Sistemas de Información en IE Business School, apunta a la explosión de herramientas de la comunicación en tiempo real como "una razón que beneficia el movimiento de posiciones conforme aparecen las noticias", lo que acarrea una corriente más difícil de controlar.

Dans añade que a la información continua para los inversores se suma la facilidad con que se divulgan los bulos en la red. Un ejemplo fue la supuesta filtración de correos de la compañía Apple en los que se anunciaba un retraso en la comercialización del iPhone 4. La noticia se publicó en un blog y al instante las acciones de la empresa cedieron.

Decir adiós al miedo

Un análisis previo a la reacción tras la recepción de las informaciones es lo que defiende el psicólogo Antonio Cano para evitar que las personas se dejen llevar por el miedo. El manejo de las emociones contribuiría a que los particulares mejorasen su rentabilidad.

25 minutos entre la noticia y la reacción

Hace apenas 15 años, las órdenes de compra y venta tardaban bastante tiempo en efectuarse, pero hoy la tecnología hace que las tomas de decisiones se trasladen al mercado de manera instantánea y que las personas conozcan en tiempo real el valor de la acción. Según esto y siguiendo la idea de Tomás García-Purriños, analista de Cortal Consors, "la velocidad con que se reacciona a las sorpresas macro en el mercado ronda los 25 minutos". Asimismo, señala que el hecho de que los particulares dispongan de la misma información que los gestores no tiene mucha influencia, a excepción de que aumenta la liquidez y la eficiencia del mercado. La razón alegada por el experto es que ambos actúan en la misma dirección, de forma que los errores repetidos por unos y otros son bastante similares.

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