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Hidrocarburos

El oeste de África marca la senda del nuevo crudo

Las petroleras apuntan a las aguas profundas de Angola, cuyas reservas se estiman en 30.000 millones de barriles.

La respuesta al fin del petróleo fácil se encuentra mar adentro, en las plataformas continentales de la costa africana. La mirada de las grandes compañías se ha fijado en concreto en Angola, donde las reservas se estiman en 30.000 millones de barriles, una cantidad equivalente a los recursos de Nigeria o Catar, según cálculos del servicio geológico de Estados Unidos. La tesis de los geólogos de las grandes compañías petroleras ha confirmado que los centros de las cuencas marinas sí son prospectivos, frente a lo que se pensaba en los setenta.

La mejor prueba ha sido Brasil, donde en la última década ha quedado patente el mecanismo que lleva sedimentos de buena calidad para almacenar petróleo desde la costa al fondo del mar. "Esto cambió el panorama petrolero de Brasil", explican desde Repsol. Este país abrió en la pasada década la puerta a la exploración de megacampos en aguas profundas del Atlántico, que hasta entonces se limitaba prácticamente al golfo de México.

Las miradas se centran ahora en la cuenca angoleña de Kwanza porque es el espejo geológico de la cuenca brasileña de Santos y Campos. "Existen fuertes similitudes entre las imágenes sísmicas de Suramérica y África, por lo que se piensa que puede existir allí un volumen parecido a los 45.000 millones de barriles que existen en Brasil", añaden desde la compañía.

Repsol ha seguido la estela del gigante Total, que entró en el reparto de esta jugosa tarta a principios de esta década. La compañía gala entró en el golfo de Guinea, que baña Nigeria, Angola y Congo, en 2001, seis años después de descubrir el yacimiento Girassol, a 1.400 metros de profundidad. Fue el lanzamiento de la conquista offshore, en la jerga del sector, esto es, la búsqueda de crudo en aguas profundas.

La zona del presalino de este país africano es vista por muchas de las petroleras europeas como una oportunidad para compensar su fracaso en Brasil, que en unos casos abandonaron antes de tiempo, y en otros, se sumaron demasiado tarde, cuando ya se habían producido los grandes descubrimientos.

Repsol se adjudicó a principios de este año tres bloques de los 11 que habían sido solicitados en 2010 para explorar la cuenca de Kwanza. En los tres tiene una participación del 50% la petrolera estatal angoleña Sonangol, aunque los operará la española. Repsol comparte presencia en Angola con Total, British Petroleum y Statoil.

La de Angola ha sido una de las licitaciones más disputadas porque se da un mayor número de compañías con el conocimiento técnico para perforar en sus aguas, y cuando este tipo de prospecciones se ven como el futuro de la industria.

Mientras, el estudio de los geólogos sobre la tectónica de placas sigue dando sus frutos. Los geólogos saben que África se está partiendo en dos por la parte de los Grandes Lagos. Según Repsol, una nueva fractura ya está en marcha y se están reproduciendo las condiciones que han dado petróleo en otras partes del mundo. Por esta razón hay crudo en países como Uganda.

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