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Hay dos notas en el examen, la europea y la reválida nacional

Por qué algunos bancos suspenden los test de estrés..., pero no tanto

Se supone que las pruebas de estrés a las entidades financieras están llamadas a introducir transparencia y generar confianza en los mercados, pero la lucha entre la Autoridad Bancaria Europea y los distintos países amenaza con corromper el proceso.

España y Alemania son los dos países que más han luchado contra las normas que ha establecido la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) para decidir qué se incluye dentro del Core Tier 1, esa definición de capital básico puro y exigente, "de la más alta calidad", como dice la institución europea y que debe probar su resistencia en el escenario más adverso planteado (de ahí el nombre de las pruebas de estrés). æpermil;se que determinará qué bancos y cajas aprueban el examen de esta tarde y podrán seguir adelante con la cabeza bien alta o aquellos que, para escarnio público, suspenden.

La cifra mágica está en el 5%, como en los exámenes del colegio. Y, al igual que entonces, la batalla está en qué es lo que se incluye en el temario.

La EBA ha aceptado que los planes de recapitalización anunciados antes del 30 de abril puedan ser computados. A las entidades españolas esto les da ventaja, ya que incluye planes de colocación en Bolsa no ejecutados (Bankia, Banca Cívica...) o ayudas públicas que están en marcha pero que no se han inyectado. Por el contrario, la autoridad bancaria no admite las provisiones anticíclicas, el verdadero orgullo del sistema bancario patrio, ni otros instrumentos, como algunas convertibles o híbridos creados especialmente para la banca.

Aquí es donde España y Alemania han puesto el grito en el cielo, porque estas exclusiones atacan de lleno a sus representantes.

La estrategia ante esta situación ha sido dispar. El banco público alemán Helaba ha decidido retirarse de las pruebas de estrés. Suspende con los criterios EBA, pero no lo haría si se incluyeran en el cómputo unos instrumentos financieros híbridos llamados participaciones silenciosas que la entidad considera perfectamente válidos.

Lo mismo piensan el Banco de España y las entidades españolas sobre las provisiones anticíclicas. E igualmente la EBA no está de acuerdo.

En España, sin embargo, en lugar de retirarse, las entidades financieras han preferido pelear por el concepto de dos notas de corte. Y es que la EBA va a dar una ratio de Core Tier 1 según sus criterios, que se convertirá en el aprobado o suspenso europeo y homogéneo para todos. Pero también ha aceptado poner unos renglones por debajo otra nota, que reflejaría la toma en consideración de lo no aceptado, es decir, las provisiones anticíclicas y demás.

Eso es lo que le permitió decir ayer al Banco Pastor que, si se toman en cuenta todos los criterios, no suspende las pruebas. Lo cierto es que va a tener un suspenso en toda regla en la primera nota, la de la EBA, la europea y supuestamente homogénea. Pero aprobará en la segunda, la nacional, por así decirlo.

Suspender en la primera categoría es importante y más cuando España ha decidido mandar a todo su sistema financiero a la batalla cuando otros países solo han enviado a los mejores, lo que puede significar que cerca de la mitad de los suspensos de toda europea sean españoles. Pero aprobar en la segunda también lo es, porque en el caso del Pastor, por ejemplo, significa que no tiene necesidad de capital adicional porque los instrumentos que la EBA no cuenta ya se lo proporcionan.

¿Qué nota importa más? Como en el colegio, todo depende de cómo se lo tomen los padres (los mercados, en este caso). ¿Aciertan la EBA, España y Alemania en sus batallas? Si lo que querían era introducir transparencia y claridad para ayudar al sector, todo apunta a que no.

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