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Vaya al mercadillo y cómprese un coche

No pagan impuestos, se exhiben en plena calle y no tienen garantía. Una ganga para el cliente, coste cero para el vendedor ilegal, la ruina para el sector.

Vaya al mercadillo y cómprese un coche
Vaya al mercadillo y cómprese un cocheCINCO DÍAS

La explicación más sencilla no siempre es la acertada, especialmente cuando vienen mal dadas. La crisis económica ha traído consigo una agudización generalizada de la picaresca que, en algunos casos, hace que la navaja de Ockham parezca oxidada. Según el pensador inglés, la interpretación menos complicada de los fenómenos se suele imponer al resto.

A priori, no hay nada raro en ver un coche con el típico cartel de "Se vende". De hecho, tarde o temprano casi todos los propietarios de vehículos acaban vendiéndolo para comprarse uno más nuevo -o, simplemente, para deshacerse de él-. Pero, ¿y si en vez de uno vemos dos o más coches aparcados el uno junto al otro con el mismo tipo de letrero?

Siguiendo a Guillermo de Ockham, lo normal sería pensar que se trata de una coincidencia, o de que la crisis está disparando el número de propietarios dispuestos a vender para sacarse un dinerito. Pero eso no es lo que opinan las patronales de vendedores de vehículos ni la policía.

"Llevamos casi 10 años luchando contra este problema", asegura el presidente de Ganvam

En la mayoría de los casos, ver en la calle más de un coche seguido con el letrero de "En venta" es igual a fraude. Son los llamados mercadillos de coches: alguien que se hace pasar por un comercial expone sus vehículos como si fuera un particular en una zona de paso -normalmente en polígonos, rotondas, gasolineras, etcétera-. Se sacan un dinero vendiendo a bajo precio coches a los que previamente han dado un lavado de cara. Lógicamente, la transacción se realiza en dinero negro: no hay factura, ni garantías al cliente, ni IVA, y ni mucho menos cumplimiento de las obligaciones fiscales y legales con las distintas Administraciones públicas.

Los vehículos suelen estar situados en calles de paso cercanas a polígonos industriales o a las afueras de las grandes ciudades, y la mayoría aparecen y desaparecen para que no sean retirados por las grúas municipales.

Según los datos que maneja la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios, Ganvam, este tipo de fraude ha crecido en torno a un 15% en los dos últimos años. Se trata de una cuantificación basada en el número de denuncias a ellos reportadas, ya que resultaría imposible saber cuántos coches se venden de manera ilegal. La patronal califica, de hecho, el fenómeno como "venta ambulante e ilegal de automóviles" que además perjudica gravemente a un sector, ya de por sí en serias dificultades.

"Llevamos casi 10 años luchando contra este problema, que se ha vuelto especialmente visible en los últimos años. Aún no está resuelto por los ayuntamientos, que son los que tienen que regularlo", apunta Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de Ganvam.

La potestad reguladora la tienen las Administraciones locales. Las dos mayores ciudades del país ya han regulado al respecto: en Barcelona, los carteles del tipo "Se vende" puestos en los coches se interpretan, pues, como publicidad fraudulenta, ya que no paga los impuestos pertinentes. "Si la policía ve algún caso, se procede a inmovilizar el vehículo", apunta Sánchez Torres.

En Madrid está prohibido desde 2005 vender en la calle sin autorización municipal. Una ordenanza de ese mismo año habilita a la Policía Municipal a retirar los vehículos en cuestión, cosa que antes no se permitía -no se podían mover hasta pasados siete días de su estacionamiento-. En ciudades como Bilbao, Sevilla o Alicante hay también ordenanzas similares.

Sin embargo, cuando se tensó la cuerda en las grandes urbes los mercadillos de coches se trasladaron a barrios de la periferia y a poblaciones más pequeñas. El madrileño barrio de Aluche, el aparcamiento del Max Center de Bilbao o el Centro Comercial Conquistadores de Badajoz son algunos de los puntos en los que se han detectado casos recientemente.

El sector lleva tiempo pidiendo a la Federación Española de Municipios y Provincias, FEMP, que las medidas adoptadas por estas ciudades sean recogidas también en el resto de localidades. "Si los ayuntamientos actuasen de forma contundente contra este tipo de venta daríamos un paso de gigante para poder erradicar el problema de los vendedores piratas", asegura Emilio Ricciardelli, consejero delegado de Red Europea de Garantía de Vehículos (REGV).

En estos momentos, de hecho, se encuentra en tramitación una proposición no de ley en la Comisión no permanente sobre Seguridad Vial instando al Gobierno a que tome medidas de carácter general para erradicar esta práctica.

Perjuicio para todos

Pese a que la movilización contra la venta ilegal de coches de segunda mano está capitaneada por el sector de los vendedores, dado que se enfrentan a una competencia desleal e ilegal -los vendedores piratas no pagan impuestos ni alquilan local-, el fenómeno salpica a muchos.

Para empezar, a los propios clientes. "La adquisición de un coche en la calle supone un gran perjuicio para el comprador, que no dispone de la garantía del vehículo por escrito, ni de contrato de compraventa, ni siquiera de factura", apunta Ricciardelli. Asimismo, "el coche puede ser robado o sacado directamente del desguace", asegura Sánchez Torres.

Los ayuntamientos y la Administración estatal, por su parte, dejan de percibir los impuestos asociados al establecimiento de un negocio y los ligados a las transacciones económicas (IVA, impuesto de actividades económicas, impuesto sobre sociedades, etcétera).

"En Madrid ha habido épocas de colocarse entre 500 y 1.500 vehículos en un mismo año", asegura Sánchez Torres. El veterano dirigente de la patronal de vendedores recuerda un caso en el que un mismo falso comercial tenía hasta 15 vehículos aparcados hacia el final de la calle de Alcalá, al noreste de Madrid. "Hasta pagaba a un jubilado para que vigilase la zona y le avisase de movimientos (policía o posibles compradores) mientras él esperaba en un bar de la zona".

Guía de actuación. ¿Vendedor particular o pirata?

Los carteles del tipo "Me venden" colgados en los cristales de los coches son muy comunes. Si los vemos en vehículos en circulación, las posibilidades de que su autor sea un vendedor ilegal son menores. Si vemos muchos juntos en un mismo lugar, la evidencia es prácticamente definitiva.¿Qué hacer en caso de que nos encontremos uno de estos mercadillos de coches? La Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios, Ganvam, nos recomienda que llamemos a la policía.Sin embargo, dado que la persecución de esta infracción disminuye a medida que nos alejamos de las grandes urbes y las capitales de provincia -solo algunos ayuntamientos han aprobado ordenanzas específicas para hacerlas frente-, la propia patronal de distribuidores se dedica a enviar cartas a los alcaldes de los municipios en los que se observa este tipo de actividad."Cuando nos avisan de un caso tomamos fotografías de los vehículos y ponemos una denuncia en la policía. También enviamos una misiva al regidor para que sea conocedor de la situación", apunta Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de Ganvam.

Vehículos de ocasión. 2010, 'annus horríbilis' para la automoción

La gran queja de los distribuidores de vehículos respecto a los vendedores pirata es que perjudican a un sector ya de por sí gravemente herido. Si bien es cierto que la venta de coches usados de particular a particular no es desdeñable, la gran mayoría de transacciones siguen llevándose a cabo en establecimientos oficiales. Mediante este canal, el propietario recibe dinero por su automóvil de manera inmediata y se desentiende del coche, mientras que el distribuidor le hace una puesta a punto y lo revende a terceros clientes.Las cifras en 2010 recogidas por la patronal de vendedores arrojaron números negros, aunque eso se debe más bien a los malos resultados de 2009. Entre enero y octubre de 2010 se vendieron 1,28 millones de vehículos de ocasión, un 4,4% más que en la campaña anterior. Las cifras superan notablemente a las ventas de coches nuevos.Sin embargo, en la recta final del año han caído las cifras de transacciones de vehículos usados: la de octubre (134.550 unidades) es un 5,6% menor a la de 2009, pese a tratarse de un mes tradicionalmente bueno en ventas de vehículos de ocasión.En cuanto a los vehículos nuevos, las proyecciones de cifras para el ejercicio 2010 que barajaban las patronales de vendedores y productores se han hecho realidad: el año pasado se recordará como uno de los peores de la historia.El dato de ventas de vehículos se cerrará por debajo del millón de unidades: 982.015. Esto es, 200.000 menos respecto a la cantidad considerada como "suficiente" por el propio sector para mantener "un mercado saneado acorde con la estructura de ventas existente".La cifra se descuelga ya 600.000 unidades del pico cosechado en 2007 que, según reconocen en la industria, provocó la creación de negocios y puntos de venta que luego han tenido que ajustarse.

Las cifras

15% es el incremento de la venta ilegal de vehículos de segunda mano en los últimos dos años, según estimaciones de la patronal del sector.1,28 millones de vehículos usados han sido vendidos de enero a octubre de 2010, mientras que los nuevos no llegaron al millón.

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