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La subasta de uno de sus Mercedes reactiva el interés por su gran pasión

Elvis Presley sigue vivo en sus 200 coches

Si Elvis siguiera vivo habría cumplido los 75 en 2010. Han pasado más de 30 años desde su fallecimiento y, hasta la defunción de Michael Jackson, era el difunto que más dinero generaba.

Elvis Presley sigue vivo en sus 200 coches
Elvis Presley sigue vivo en sus 200 cochesBONHAMS

Los admiradores siguen peregrinando por millares hasta su mansión Graceland en Menphis, donde entre otras excentricidades pueden admirar algunos de los automóviles que más amó. Su favorito era un Cadillac Fleetwood rosa de 1955 que le regaló a su madre, aunque ella no conducía. Tras la muerte de Gladys conservó el coche con la intención de regalárselo a su hija cuando cumpliera los 18 años. Por la vida de Elvis pasaron casi tantos coches como mujeres. Uno de ellos fue el Mercedes 600 que se subastó el pasado 6 de diciembre. Presley lo utilizó dos años y luego se lo regaló a un amigo. El precio (96.500 euros) no satisfizo las previsiones, pero sí fue superior al que se hubiera pagado por un coche igual pero de un desconocido. Para el rey del rock regalar automóviles era algo habitual, casi enfermizo.

Su mánager Bob Neal recordaba cómo fue la compra de su primer coche, que se hizo necesario para viajar. Elvis solo quería un Cadillac, así que localizamos uno de segunda mano. El cantante lo recordaba con mucho cariño: "El primer día lo aparqué delante del hotel y estuve toda la noche mirándolo, sin pegar ojo", comentaba la estrella.

Después se hizo famoso por adquirir coches, y no solo uno. El 27 de julio de 1975 batió su récord al gastar 140.000 dólares en 14 Cadillac; una chica estaba mirando su limusina, y Elvis se acercó y le dijo: "Te gusta?, éste es mío, pero te regalaré uno". La acompañó al interior y Mennie eligió un Eldorado en tono dorado y blanco. En enero de 1976, mientras esquiaba en Colorado, compró otros ocho de una vez, para amigos y sus chicas. Un reportero se hizo eco y dijo por la tele: "Elvis, si me estás viendo, no me importaría que me regalaras un coche". Al día siguiente, Elvis le mandó un Eldorado a su radio.

El rey tenía estilo para todo. Joe Esposito, uno de sus íntimos, lo recuerda así: "Si veía en el escaparate un coche que le gustaba, simplemente se paraba y lo compraba. Si el concesionario estaba cerrado, sus ayudantes llamaban al vendedor y le sacaban de la cama. Elvis nunca pedía un descuento, no preguntaba el precio, solo decía: "Ok, me lo llevo". Después uno de sus ayudantes se ocupaba de los detalles. "Elvis nunca llevaba dinero en efectivo. Yo rellenaba un cheque, o si no estaba yo, alguien lo rellenaba y él lo firmaba. Si estábamos en Memphis los concesionarios mandaban la factura a Graceland. Le gustaban de verdad los Cadillac y los Lincoln, y algunos Chrysler. Compramos pocos coches extranjeros como el Rolls Royce, el Mercedes limusina y un Ferrari".

El cortejo fúnebre que trasladó a Elvis desde su casa al cementerio el 18 de agosto de 1977 estuvo encabezado por un Cadillac plateado, seguido del Cadillac blanco que llevaba su ataúd y de otros 17 coches de la misma marca y color. Después el féretro fue llevado a Graceland, tras el intento de unos fans de abrir la tumba para comprobar que seguía vivo.

Un legado repartido en varios museos

Elvis tuvo tantos coches que están distribuidos por museos de todo el mundo, algunos de ellos incluso de dudosa autenticidad. En la colección que se expone en su mansión de Graceland se pueden ver, entre otros, buggies y trikes (motos de tres ruedas), un Ferrari 308 GT4 negro y dos Stutz Blackhawk, aquel carísimo engendro con plataforma y motor Pontiac y carrocería fabricada en Italia (foto inferior). Compró cinco de ellos entre 1971 y 1974, como también lo hicieron Dean Martin o Sammy Davis Jr.Otro de los vehículos exóticos que Elvis adquirió fue el De Tomaso Pantera de 1971 que le regaló a su esposa Priscilla. Un día que no arrancó, el cantante lo acribilló a balazos. Este deportivo (foto izquierda) se expone en el Museo Petersen de Los Ángeles.No obstante, su coche más representativo, o al menos el más raro y especial, fue un Cadillac Series 75 Fleetwood del 60, customizado por el célebre preparador George Barris por un coste astronómico (foto superior izquierda). Disponía de comodidades increíbles para la época, como cargador de discos, televisor, bar y techo desmontable. Actualmente se expone en el Museo del Country de Nashville.

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