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Arte

Avilés intenta remedar el 'efecto Guggenheim'

El Centro Niemeyer se inaugura la próxima semana con un acto de la ONU.

Coincidiendo con el 103 cumpleaños de su creador, el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, la ciudad de Avilés inaugura el próximo miércoles su gran proyecto de futuro: el Centro Niemeyer. Un grupo de cinco edificios destinados a convertirse en "una fábrica de producción de contenidos culturales en todas las artes", según sus promotores, que han cautivado a celebridades mundiales y que confían en convertir a la localidad asturiana en un segundo foco cultural cantábrico.

Al igual que en el caso de Bilbao el edificio del Museo Guggenheim de Frank Gehry sirvió para una rehabilitación más allá de lo ecológico, el Centro Niemeyer pretende recuperar un espacio urbano degradado a la vez que se catapulta a Avilés internacionalmente. De hecho, el Centro Niemeyer estará integrado en un conjunto mayor, la llamada Isla de la Innovación, cuyo diseño correrá a cargo del británico Norman Foster.

Las obras han marchado a un ritmo realmente impresionante, gracias al empleo de procesos innovadores como la inyección de hormigón para crear la cúpula del museo, que se alzó en apenas una hora. Dieron comienzo el 5 de abril de 2008 y para esta inauguración ya se cuenta con dos edificios acabados, tras las inevitables prisas de las últimas jornadas: el museo destinado a exposiciones, un espacio diáfano de 4.000 metros cuadrados que albergará su primera muestra -a cargo del cineasta Carlos Saura- en marzo y un edificio multiusos con oficinas y salas para distintos tipos de actividades.

La restauración de la ría seguirá en un proyecto de Norman Foster

A ellos se sumarán a lo largo del próximo año, conformando un paisaje de ovnis de color rojizo al otro lado de la ciudad, un auditorio con capacidad para un millar de personas, que refleja el concepto de "socialización de la cultura" de Niemeyer: no hay palcos y todos los asientos tienen una visibilidad equivalente; una torre-mirador de 20 metros de altura que ofrecerá panorámicas del conjunto y de la ría, con un restaurante en el que se sucederán los "chefs invitados", y una plaza abierta hacia el resto de la ciudad.

Pese a ser únicamente un primer arranque, el acto del miércoles está lleno de simbolismo por cuanto se trata del primer encuentro europeo del nuevo Programa de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura. Y es que uno de los primeros proyectos que catapultaron a la fama a Niemeyer fue su colaboración con Le Corbusier en la sede neoyorquina de Naciones Unidas.

El primer efecto buscado con el centro, el de la proyección internacional, ya va consiguiéndose gracias al prestigio de Niemeyer y a los contactos de Natalio Grueso, su director. Por las obras o para protagonizar actos en los edificios sin acabar ya han pasado figuras internacionales como Brad Pitt -gran admirador de Niemeyer-, Kevin Spacey, Woody Allen, Wole Soyinka o Vinton Cerf, que demás han sido integrados en el consejo asesor del proyecto.

Además, el centro se ha mostrado especialmente activo en la búsqueda de alianzas con otros grandes de la cultura mundial. En diciembre de 2007, el Niemeyer organizó el Foro Mundial de Centros Culturales, vendido como "el G-8 de la cultura", al que asistieron entidades como el Barbican Centre londinense, el Pompidou parisino, la Bibliloteca de Alejandría o la Opera de Sídney.

El centro es propiedad del Gobierno del Principado de Asturias, que ha aportado la mayor parte de los 44 millones de euros que ha costado el proyecto, con aportaciones estatales y de entidades como Cajastur. Inicialmente recibido con críticas por el Partido Popular (uno de sus portavoces lo llamó "el Centro Oscar Mayer"), hoy en cambio parece contemplarse con unánime aprobación.

La principal obra europea en los 103 años del arquitecto

Después de que Oscar Niemeyer fuera galardonado en 1989 con el Príncipe de Asturias, el arquitecto brasileño afirma que sintió una necesidad de agradecer el galardón. Esa posibilidad se concretó cuando se le propuso participar en el proyecto rehabilitador de Avilés, al que donó los planos para la realización del Centro Niemeyer. Todo en él, incluso detalles de decoración, es fruto de la creatividad del arquitecto y su estudio. Es, según ha manifestado Niemeyer, "la principal obra de mi carrera en Europa además de la única en España, un país de tan importante legado cultural". El creador de Brasilia ya no hace viajes intercontinentales, aunque posiblemente participe en el acto del próximo miércoles a través de videoconferencia.

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