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El PIB habrá crecido un 7,5% este año

Emerge Brasil, la nueva tierra prometida

Empresas e inversores refuerzan su interés por el país ante el potencial de crecimiento de su economía.

Emerge Brasil, la nueva tierra prometida
Emerge Brasil, la nueva tierra prometida

Ha hecho falta que una crisis económica y financiera sin precedentes removiera los cimientos del estado del bienestar para que Europa y Estados Unidos miraran a su alrededor y descubrieran el potencial de los denominados países emergentes. Alumno aventajado entre estos últimos es Brasil. Aunque el país vive este fin de semana pendiente de la segunda vuelta electoral que llevará a la presidencia a la heredera de Lula da Silva, Dilma Rousseff, -favorita en todas las encuestas- o a su opositor, José Serra, empresas e inversores del resto del mundo tienen claro que gane quien gane, el gigante sudamericano seguirá siendo una apuesta segura.

¿La clave? El enérgico despertar de una clase media que a comienzos de la década suponía apenas un tercio de la población y supone ya la mitad del total. Una cifra nada desdeñable en un país de 192 millones de personas. Un potencial que hace que mientras que a los tradicionales países desarrollados les cuesta arrancar, o directamente siguen retrocediendo, Brasil experimenta este año un crecimiento superior al 7,5% de su PIB, según las proyecciones de Nomura.

"En los próximos años este avance se moderará. Su potencial de crecimiento está más bien en torno al 4,5%, un 7% sería insostenible, pero seguirá subiendo muy fuerte", avanza Enestor Dos Santos, experto en economías emergentes del BBVA y Profesor Asociado del IE Business School. Este alentador panorama, desarrolla Dos Santos, se ha logrado gracias "a la fuerte generación de empleo" de los últimos años, hasta el actual nivel de paro del 6,2%, el más bajo de la década. "Esa reducción de la pobreza y de la desigualdad ha fortalecido el consumo interno", prosigue el profesor. Una demanda alimentada también por la explosión del mercado de crédito, "este año ha aumentado un 20%", que ha permitido, por ejemplo, que la compra de automóviles creciera un 17% o que las ventas del comercio minorista hayan subido un 16% en 2010.

Para Dos Santos, este fenómeno, sumado a una inflación controlada y unos tipos de interés bajos -"al 10%, pero bajos para el país"-, componen las tres grandes patas del actual desarrollo de Brasil.

"Como antes de la crisis financiera el país tenía muy limitado su acceso a los mercados internacionales de crédito, el impacto de la desaceleración ha sido más limitado que en los países desarrollados", expone Beatriz Tejero, analista del grupo Banco Sabadell. "Si a eso le unimos que tiene un enorme mercado interno y el incremento de la inversión de cara a los Juegos Olímpicos de 2016 y al Mundial de Fútbol de 2014, el país ofrece serias oportunidades de inversión en términos de bienes financieros y reales", prosigue.

Infraestructuras

Dos eventos deportivos que también destaca Tomás González, presidente de la Cámara de Comercio Brasil-España, y que en su opinión supondrán un fuerte impulso para el desarrollo de nuevas infraestructuras. Un ámbito clave en la economía brasileña que se ha gestado sobre los hombros del ambicioso PAC (Programa de Aceleração do Crescimento). Este programa es uno de los responsables, explican desde la Cámara, de que "Brasil haya sido el segundo mayor destino de la inversión española en los últimos diez años". No por casualidad algunos de los grandes gigantes empresariales de España, como Telefónica, Repsol o Santander, han desembarcado con fuerza en esta nueva tierra prometida.

El campo de las materias primas, alimentos, minerales y petróleo, fundamentalmente, supone la otra gran veta del país. Para el analista del BBVA, no obstante, el negocio no acaba en la explotación en sí de las materias primas, si no que vaticina un gran recorrido en la construcción de infraestructuras aledañas a estas industrias.

Atractivo bursátil

Del lado de los parqués su papel no resulta menos destacable. "Igual que en el terreno macroeconómico Brasil destaca sobre toda América Latina, en el mercado de valores ocurre lo mismo", explica Jesús González Nieto, presidente de Latibex. En este índice latinoamericano negociado en euros, Brasil es el país con mayor peso, por encima de México, explica González. De los 400 millones de euros que mueve, un 60% depende de Brasil. En cuanto al principal selectivo bursátil nacional, el Bovespa, ha protagonizado un alza de más del 3% en lo que va de año, frente la caída del 10% registrada por el Ibex, por ejemplo.

"El mercado de renta variable de Brasil ha crecido mucho, pero sigue sin parecernos caro", avanza Rubén García Páez, director general de la gestora Threadneedle. En su opinión, Brasil supone el paradigma de la oportunidad de inversión que suponen ahora mismo los mercados emergentes. "Es un momento casi único para el inversor. Algunos de nuestros fondos emergentes de Latinoamérica, con una gran exposición a Brasil, están dando más del 20% de rentabilidad", apunta.

En su opinión, el único riesgo de realizar una fuerte inversión en valores brasileños está precisamente en "la percepción del riesgo". "No prevemos que ocurra, pero si se da un evento que provoque aversión, y haga que los fondos de pensiones salgan de allí en masa, todo el mundo podría salir corriendo". Aun así, matiza, la fortaleza de la economía real del país garantiza que pese a que se produjeran picos de cierta volatilidad, a largo plazo la rentabilidad sería positiva.

En cuanto al interés de los inversores particulares de España por la renta variable brasileña, García Paéz, destaca su carácter mayoritariamente "conservador" y más ligado a productos como los depósitos bancarios que a los fondos de inversión. Pero "Brasil les tranquiliza más que el nombre de otros emergentes, porque les suena que grandes empresas españolas están ahí". Al mismo tiempo, muchos particulares rechazan contratar fondos ligados a Brasil, alegando que ya suplen esa parte de su cartera con acciones de empresas que están allí posicionadas, como Telefónica o Repsol. "Aunque haya más afinidad cultural en España con Brasil, hay más inversores en Inglaterra o Francia que contratan fondos ligados al país sudamericano", concluye.

Para Stuart Rhodes, gestor de M&G Investements, la inversión en fondos según la rentabilidad por dividendo está funcionando "particularmente bien". El analista recomienda especialmente tres valores: la hidroeléctrica AES Tiete, la distribuidora de productos médicos Cremer, y el Banco do Brasil. Sobre este último, Rhodes destaca que ha pasado de ser "una entidad burocrática" a un banco "innovador y rentable". Como argumentos adicionales resalta el 14% que subieron los dividendos pagados por el banco el pasado año y el potencial de crecimiento de sus acciones, que cifra en un 5,8%.

Impuestos y divisas

Del lado de los riesgos del país, los expertos citan la excesiva burocracia y su política fiscal. "El país no tiene los impuestos más altos que otros, pero al ser un estado federal se produce un efecto cascada. Hay tributos que se pagan a escala nacional, otros regionales y también locales. Y varían de una zona a otra del país. Eso puede complicar el proceso a una empresa que opere en varias regiones", admite el presidente de la Cámara de Comercio. "Sin embargo, hay igualdad de trato, el mismo problema tienen las compañías brasileñas. Será necesaria una reforma", añade.

Dos Santos descarta igualmente que la política fiscal resulte proteccionista. "Se incentiva más la industria nacional del petróleo, por ejemplo, pero no tiene nada que ver con Venezuela", asegura. El debate sobre las prácticas tributarias del país se ha intensificado en los últimos días por el incremento del 4% al 6% del impuesto que pagan los inversores extranjeros por la compra de renta fija y en fondos de inversión.

La medida, sin embargo, entra más en la estrategia que el país ha adoptado en la guerra de divisas que se está librando a nivel planetario. "Brasil trata de que su divisa no se siga apreciando", explican desde Sabadell, donde consideran que la subida de tasas al inversor extranjero "se ve más que compensada con la rentabilidad que ofrecen las inversiones". Adicionalmente, el Gobierno se ha puesto a imprimir dinero para comprar dólares. Nada de eso ha frenado la entrada de capitales extranjeros ni la constante apreciación del real brasileño, por lo que se esperan intervenciones adicionales.

¿Se está creando una burbuja con la afluencia de capital

El creciente interés que despierta Brasil entre empresarios e inversores ha hecho que muchos comiencen a hablar de este país como una nueva burbuja surgida después de que la crisis hiciera estallar la anterior. La mayoría de analistas consultados exponen, sin embargo, que no creen que se trate de un fenómeno pasajero o artificial."Hay varios motivos para descartar una burbuja. A nivel macroeconómico vemos un crecimiento sólido y muy superior al de la mayoría; los resultados empresariales son muy buenos y se prevé que mejoren, y por último, los precios no son caros". Una apreciación que comparte Alex Gorra, de BNY Mellon, quien considera tanqulizadora la subida de tasas que el Gobierno ha aprobado para los inversores extranjeros. Esta, expone, busca "reducir la especulación en los mercados para evitar futuras burbujas". Desde Barclays, por su parte, recomiendan apostar por las potencias emergentes ante la "falta de crecimiento de las economías desarrolladas".

La cifra

3% ha subido en lo que va de año el Bovespa, el principal selectivo bursátil de Brasil frente a la caída del 10% del Ibex.

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