Sarkozy ordena a la policía acabar con el bloqueo de los puertos

El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, decidió ayer tomar cartas en el asunto ante el cariz que estaba tomando la huelga por la reforma de pensiones y su impacto en el suministro. Cuatro de cada diez gasolineras no disponía de combustible y la escasez de gasolina estaba paralizando la actividad de sectores vitales como la construcción, cuyos responsables amenazaron ayer con iniciar despidos de "carácter técnico".

Por ello, Sarkozy cumplió la amenaza sugerida el pasado martes y envió a la policía para eliminar el bloqueo que los manifestantes mantienen desde hace varios días sobre las principales refinerías y depósitos del país.

Según los primeros cálculos oficiales, 11 de las mayores refinerías de Francia estaban paralizadas y el acceso a la mayoría de los 213 depósitos estas bloqueado por la instalación de barricadas en las entradas. Una de los mayores, situada en las afueras de Marsella, lleva 24 días bloqueada con más de 51 tanques llenos en sus muelles. "Si los disturbios no acaban pronto, el intento de paralizar el país puede tener consecuencias nefastas sobre el mercado de trabajo y el funcionamiento normal de la economía", dijo Sarkozy, quién echo mano de la hemeroteca para recordar el impacto negativo de las huelgas en la economía francesa. Así aseguró que la anterior huelga del transporte en 2007, que duró siete días, tuvo un coste aproximado de 400 millones de euros al día.

Los disturbios entre estudiantes y policías de los últimos días se reprodujeron ayer en varias ciudades, especialmente en algunas como Lyon, adonde se desplazó el ministro del Interior, Brice Hortefeux, quien anunció la detención de casi 1.500 de los "vándalos" a los que las autoridades culpan de los disturbios. La policía prevé que los 10 días de vacaciones escolares que se inician hoy servirán para calmar los ánimos.