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Mundo cooperativo

Las rurales instan a los socios de Baleares a decir 'no' a la fusión con Cajamar

Grupo Caja Rural trata de frenar los abandonos de su principal SIP

Marejada en el mundo cooperativo. La Asociación Española de Cajas Rurales (AECR) publica este fin de semana una carta abierta en tres diarios de Baleares instando a los socios de la caja rural de esa región a votar en contra de su fusión por absorción por parte de Cajamar. Fuentes del Grupo Caja Rural explicaron a este diario que consideran, incluso, emprender acciones legales contra la operación.

Con este movimiento, la AECR trata de cortar la sangría de entidades que ha padecido en el último año y medio. Casi todos sus miembros se han adscrito a alguno de los dos procesos de fusión virtual paralelos que se desarrollan en el seno del grupo. El de mayor peso es el que hoy asesoran Uría y Management Solutions (MS). Pero algunos han optado por desmarcarse. Cajamar ha constituido un grupo cooperativo propio con las valencianas Caja Campo, Rural de Albalat, Petrer, Turís y Casinos. El último golpe llegó el pasado 15 de julio. Aquel día, el consejo rector de Caixa Rural Balears aprobó fusionarse con Cajamar, tal y como adelantó CincoDías.

Los socios de esta última entidad votarán la operación en la asamblea extraordinaria que se celebrará el jueves 19 de agosto en Campos (Mallorca). La propuesta saldrá adelante si la apoyan dos terceras partes.

Más información
Documento: Carta abierta a los socios de la Caixa Rural de Balears

La integración de Caixa Rural Balears no es el primer encontronazo entre Cajamar y sus ex compañeras. La almeriense dejó el Grupo Caja Rural en 2002 por divergencias sobre el modelo de cooperativismo a seguir. En 2007, la vallisoletana Caja Rural del Duero abandonó la AECR por Cajamar. En 2008, llegó la calma cuando ésta última vendió sus acciones en Banco Cooperativo, RGA y RSI.

CC OO muestra su apoyo a la operación

La absorción de Caixa Rural Balears refuerza la posición de Cajamar como primera cooperativa de España y le permite contar con 28 oficinas en un archipiélago donde su actividad era hasta ahora casi inexistente.Comfia-CC OO mostraba su apoyo a la operación en una nota divulgada hace unas semanas. "No se produce ningún solapamiento de oficinas y las sinergias que se generarán pueden ser importantes. Esto posibilitará una fusión sin coste laboral alguno y permitirá homologar las condiciones de trabajo de Baleares con las de Cajamar", afirmaba.La AECR no comparte su opinión y argumenta que, para el empresariado local, la fusión supone perder "capacidad para tomar decisiones al depender de una entidad mayor". Cajamar y Rural Balears critican su falta de "espíritu constructivo".

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