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Ciencia&Salud

Ahorrar con un trasplante que cuesta un riñón

España encabeza las tasas de donación y se encuentra entre los países con intervenciones punteras

Cuánto cuesta un trasplante de riñón? ¿Y uno de hígado? ¿Es excesivamente caro para la sanidad pública? ¿Se puede realizar un análisis coste-beneficio por paciente? Son preguntas que normalmente no se suelen valorar cuando se informa año tras año de que España lidera mundialmente las tasas de donación y es puntera en la tecnología utilizada. Pero estas intervenciones son caras porque son muy complejas.

La Organización Nacional de Trasplantes (ONT), dependiente del Ministerio de Sanidad, realiza cada cierto tiempo estudios sobre el precio de los trasplantes de órganos según los datos ofrecidos por las comunidades autónomas. El coste se especifica en GDR (grupos de diagnóstico relacionados), una forma consensuada de valorar insumos como los recursos humanos o los materiales. El resultado sirve solo como análisis, porque hay que recordar que en España no se puede comerciar con órganos, una práctica rechazada en todo el mundo.

El precio de un hígado (en 2006), en GDR, llega a los 55.900 euros; el de un pulmón, a 61.850; el de un corazón, alrededor de los 53.000, y el de un riñón, 27.650, según la ONT. La mayoría de estos gastos provienen de los líquidos imprescindibles para su reservación, del personal (cirujanos, enfermeros durante horas en un quirófano) y, en muchos casos, del transporte, ya que los órganos viajan en numerosas ocasiones en avión o helicóptero. Si es por aire y como mercancía sin acompañante, Iberia los traslada gratuitamente. Para las donaciones de corazón o pulmón, entre el 50% y el 60% se debe trasladar por vía aérea o terrestre.

Un implante renal puede ahorrar 21.000 euros por caso si se compara con la diálisis

El trasplante de órganos es casi siempre una cuestión de vida o muerte para el enfermo, sin otras alternativas, por lo que no tiene mucho sentido realizar un análisis de coste-beneficio, explica Rafael Matesanz, director de la ONT. Sólo en el caso del riñón, donde muchos pacientes pueden sobrevivir gracias a la diálisis, se ha estudiado este tipo de comparaciones para conocer lo ventajoso o caro que resulta a la sanidad pública. El trasplante renal, incluyendo el gasto por el tratamiento del primer año, puede rondar entre 50.000 y 55.000 euros, frente a los 40.000 de la diálisis cada año. Pero en el caso del trasplantado, el coste para los siguientes años se reduce exponencialmente hasta los 5.000 euros. Y además, el porcentaje de supervivencia se dispara en relación al enfermo en diálisis. Un ahorro de alrededor de 21.000 euros por caso, según la ONT.

El gasto total de los trasplantes de órganos en España llega a los 170 millones de euros. Unas operaciones que por ley sólo se pueden realizar en un hospital público (o en el Hospital Universitario de Navarra, el único privado que dispone de concierto regional). A esa cifra habría que sumar una más complicada de hallar: la de tejidos. Huesos, córneas, válvulas cardiacas, arterias, venas, piel y médula ósea se utilizan en numerosas intervenciones. Y aquí, las clínicas privadas sí que pueden participar, como en el caso de las operaciones de córnea o el tejido óseo que utilizan los dentistas.

Pero tampoco en el caso de los tejidos se puede comerciar con ello. En la factura, por ejemplo, de un trasplante de córnea en una clínica privada puede aparecer detallado el precio del tejido, pero en realidad lo que se está cobrando es el coste del procesamiento (la criopreservación, el embalaje). De hecho, entre hospitales públicos este intercambio también se paga, igual que la sangre.

España, líder en trasplantes

Una particularidad del modelo español en trasplantes es el gasto anual en coordinación autonómica y nacional, de más de nueve millones de euros (un 5,3% del total), una de las claves del éxito. "En España no fuimos en su día los que desarrollamos la técnica de trasplantes, llegamos tarde como a tantas otras cosas. Esto ya no es lo que ha ocurrido en los últimos tiempos, por ejemplo, con el de cara y antebrazos, ya que junto a Francia lideramos este campo de intervenciones de tejido compuesto", asegura Matesanz.

El liderazgo español viene ya no solo por la cantidad, sino también por la calidad de los avances. En Sanidad se cita la Ley de Trasplantes de 1979 como el primer hito del cambio. "Una ley muy avanzada", asegura Matesanz, que puso sobre la mesa un modelo solidario, equitativo y que, sobre todo, permitió una extensa red de coordinación nacional con un responsable en cada hospital. "El modelo ha calado en el sistema sanitario y en la sociedad civil. Para una donación se puede movilizar desde un helicóptero hasta 100 personas", explican en el ministerio.

Como resultado se obtiene que desde hace 18 años España encabeza el ranking mundial de donaciones en relación a su población. En 2009 la tasa alcanzó 34,3 donantes de órganos por millón de habitantes, el doble que la media europea. El año pasado se llegó al récord de 4.028 trasplantes y 1.065 donantes (235 vivos, fundamentalmente para riñón).

La particularidad de los donantes españoles es que cada vez menos provienen de fallecidos por accidentes de tráfico (sólo un 8,7%) y más de muertos por hemorragia cerebral (un 64%), lo que eleva la media de edad. Por eso, uno de los retos que se plantean, según Matesanz, es conservar durante más tiempo las propiedades de los órganos y mejorar sus condiciones. Este es precisamente el caso de los dos primeros trasplantes a nivel mundial de pulmones recuperados ex vivo procedentes de donantes en muerte cardiaca, realizados en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid. Los pulmones se mantuvieron funcionando fuera del cuerpo humano hasta que fueron implantados. "Así podemos recuperar partes dañadas, evaluar su funcionamiento y administrar tratamientos", explica Javier Moradiellos, uno de los cirujanos de la operación. "Con esta técnica se aumentará un 25% el número de trasplantes", añade.

Pero no es el único avance de la medicina española en esta materia. El pasado agosto, el equipo encabezado por el doctor Pedro Cavadas realizaba en el Hospital de La Fe de Valencia el primer trasplante de cara en el país, el octavo del mundo, pero el primero a nivel global que incluía lengua y mandíbula. Hace unas semanas, el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla realizaba el segundo, una operación que tan sólo se ha practicado en Francia, EE UU, China y España.

Para Matesanz, en los trasplantes de órganos no caben ya demasiadas innovaciones, excepto en mejoras como las del Puerta de Hierro. Es precisamente en los de tejidos compuestos (cara, antebrazos) donde España está innovando más, un campo con bastante proyección. "No tenemos nada que envidiar. Todos hacemos lo mismo, pero España siempre está a la cabeza", asegura Moradiellos.

Un macabro turismo que sigue vigente en Asia

Desgraciadamente, el turismo de trasplantes continúa siendo una realidad, mayoritariamente en el caso de donante vivo de riñón. No es difícil encontrar sitios de internet que ofrecen viajes, sobre todo para estadounidenses que quieren sortear la lista de espera y los altos precios. En alguno se señala el coste completo, que incluye viaje, estancia y enfermera, desde 115.000 dólares en el caso de riñón a más de 200.000 para pulmón. Hay otras que indican que en India, por ejemplo, el renal puede suponer 20.000 dólares frente a los 150.000 en EE UU.Arabia Saudí, Omán, Malasia, Corea del Sur, Canadá, EE UU y algunos países europeos son los lugares de origen de estos turistas, según una publicación de la ONT, y acuden a países como Pakistán, India, Filipinas o China para operarse. Precisamente, Pekín prohibía el mes pasado el trasplante para turistas extranjeros para limitar estas prácticas, igual que lo ha hecho el Gobierno de Manila en el caso de los riñones. Todo con el fin de evitar unas transacciones de órganos que van del hombre pobre -con la consecuencia negativa para su salud en un ambiente de mala atención sanitaria- al hombre rico.

Directiva Europea

Uno de los objetivos de la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, para la presidencia española de la UE consiste en aprobar la directiva europea de calidad y seguridad en los trasplantes. Esta norma, "redactada a semejanza del modelo español", aseguran desde el departamento, tiene como objetivo incrementar las donaciones en Europa. Si la tasa española se sitúa en 34,3 donantes por millón de habitantes, países como Bulgaria sólo cuentan con el 1,1; Rumanía, el 2,9; Grecia, el 8,9; Alemania, el 14,6, o Reino Unido, con el 14,7. El primer ministro británico se ha marcado como objetivo importar el sistema español de extensa coordinación hospitalaria.

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