Zapatero propone un "pacto europeo" para salvar el Estado del bienestar
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se estrenó ayer con éxito en el Parlamento Europeo en su calidad de presidente semestral de la UE. Zapatero sorprendió al hemiciclo con una propuesta para lograr un gran pacto social entre empresarios y trabajadores que preserve el Estado del bienestar en el Viejo Continente.
La iniciativa sobre el pacto social llegó casi al final de una intervención de 26 minutos en la que Zapatero se dirigió con soltura y aplomo, y sin leer ningún texto previamente preparado, a un hemiciclo que sólo registró media entrada en los momentos de mayor presencia de eurodiputados.
Algunos de los asistentes reprocharon a Zapatero la elevada tasa de paro de España y su abultado déficit público. El presidente achacó esas cifras a la crisis financiera mundial y planteó el pacto social, precisamente, como una vía para que Europa salga reforzada de la actual coyuntura.
Zapatero explicó después en rueda de prensa que "el pacto social ha dado fuerza históricamente a Europea". Y atribuyó a ese tipo de concertación el modelo económico surgido en el continente tras la Segunda Guerra Mundial, "que ha sido exitoso porque ha creado un sistema competitivo y que mantiene un elevado nivel de bienestar social".
El futuro acuerdo se buscaría con empresarios y sindicatos a escala comunitaria
El presidente del Gobierno cree que la actual crisis mundial puede poner en entredicho la viabilidad de esa "economía social" europea, una amenaza que también ha advertido el presidente permanente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Zapatero, sin embargo, no precisó el marco para alcanzar ese acuerdo ni el alcance o puntos concretos que cubriría. Se limitó a señalar que hoy se reunirá con la Confederación Europea de Sindicatos y a mostrar su convencimiento de que "la Comisión Europea desea y trabaja en el mismo sentido".
Los grupos parlamentarios no comentaron en detalle la propuesta, pero dieron un apoyo casi generalizado al programa de la Presidencia española de la UE. Y muy en particular a la polémica idea del Gobierno español de reforzar los controles comunitarios sobre la política macroeconómica de los 27 socios de la UE.
Zapatero insistió en que Europa necesita un sistema de gobernanza económica más exigente, para que la estrategia de reformas bautizada como 2020 no fracase como la pactada hace 10 años en Lisboa. El presidente incluso mencionó la palabra "sanciones" , que tras la reacción en contra de un ministro alemán parecía un tabú.
"No sé por qué algunos se sorprenden cuando utilizamos la palabra sanciones", señaló Zapatero. Y recordó que en la UE se utilizan a menudo las sanciones o castigo en varias políticas. Y el presidente añadió en rueda de prensa que "todos sabemos que Lisboa no ha funcionado porque no había mecanismos comunitarios para hacer efectivas algunas de las medidas".
Pero Zapatero, sin duda, sabía de antemano que la defensa de una mayor coordinación económica en el hemiciclo comunitario era una batalla ganada. Los cuatro principales grupos políticos (populares, socialistas, liberales y verdes) apoyaron con entusiasmo la propuesta. Y a favor también se manifestó el presidente de la CE, José Manuel Barroso. "No se desanime por las críticas del ministro alemán. Todo el Parlamento europeo está con usted", resumió el líder de los liberales, Guy Verhofdstadt. La verdadera prueba de fuego para Zapatero, sin embargo, comenzará en la cumbre europea del 11 de febrero, donde deberá defender las mismas ideas ante sus homólogos del resto de la UE.
Coche eléctrico
La otra sorpresa de la comparecencia del presidente Zapatero fue su encendida defensa del coche eléctrico como respuesta a los graves problemas de la industria europea de automoción, en parte, debidos a la fuerte competencia del mercado asiático. Pero el líder de los Verdes, Daniel Cohn Bendit, le adelantó por un lateral ecológico y abogó, en cambio, por un plan europeo para la implantación y modernización de los tranvías. Otro deseo, por el momento.
