_
_
_
_
_
CincoSentidos

La herencia de la crisis: hijos que vivirán peor que sus padres

Los expertos alertan de un crac generacional en el nivel de renta si la recesión económica se prolonga.

La herencia de la crisis: hijos que vivirán peor que sus padres
La herencia de la crisis: hijos que vivirán peor que sus padres

En 1960 Dorothea Lange contó al mundo la historia de la madre migrante, su foto más famosa, hoy un símbolo de la Gran Depresión: "Ella me dijo su edad, que tenía 32 años. Me dijo que habían vivido de vegetales fríos de los alrededores y de pájaros que los niños mataban. Cuando tomé la instantánea esa mujer acababa de vender las llantas de su coche para comprar alimentos".

Aquello sucedió en 1936. Sólo habían pasado diez años desde que F. Scott Fiztgerald pusiera en boca de Daisy una de las frases memorables de los rugientes años 20 -"Esto es lo mejor que puede ser una chica en este mundo, una preciosa y pequeña tonta"- y, sin embargo, la sociedad americana había cambiado radicalmente.

Así son las crisis: se cuelan en la comunidad sin que los individuos se den cuenta, hasta que un buen día descubren que la tasa de paro entre los cabeza de familia se ha duplicado (en España ha pasado del 6% en 2007 al 15% en 2009) y que medio millón de hogares no tienen ninguna fuente de ingresos.

El colchón de las prestaciones sociales es hoy confortable y relativamente espacioso, sobre todo en los países europeos. Nada que ver con los sistemas de caridad de los años 30. Sin embargo, muchos se preguntan: ¿Heredarán nuestros hijos las migajas del banquete?

El interrogante lleva meses colgado en las webs del ciberespacio y no tiene fácil respuesta. La prensa americana recuerda estos días, recogiendo las opiniones de distintos think tanks de Estados Unidos, que un treintañero de ese país gana ahora, de media, un 12% menos que la generación de sus padres cuando tenían la misma edad, a comienzos de los años 70.

Pero no sólo se están produciendo enormes diferenciales intergeneracionales, comparando de forma diacrónica a jóvenes de ahora con jóvenes de antes, sino que, incluso, las catas sincrónicas también arrojan datos inquietantes. Según Jorg Tremmel, de la alemana Fundación para los Derechos de las Generaciones Futuras, "debido al mercado laboral en Alemania, los jóvenes de hoy son conocidos como la Generación de los Becarios debido a la imposibilidad de conseguir trabajos remunerados. En 1970, una persona con 30 años ganaba un 15% menos que una de 50 años. Ahora, la diferencia es de un 40%".

"Es pronto para hacer valoraciones cuantitativas, pero algunas señales son muy inquietantes", afirma Luis Ayala, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos y coautor del Informe FOESSA, que elabora Cáritas. "En España ninguna generación ha vivido peor que la anterior, con una excepción: la de la Guerra Civil; pero la rapidez con la que el paro se ha convertido en una problema familiar y la pérdida real de riqueza motivada por la depreciación de los bienes inmobiliarios son síntomas de un deterioro económico rápido y profundo. Y no incluyo a los inmigrantes", explica. Si la crisis se prolonga durante seis o siete años, "sin duda, la renta real de las familias sufrirá un descenso significativo, entre un 5% y un 7%".

A juicio de este economista, todo depende de la fortaleza de los bienes públicos. "El bienestar de las familias no sólo se mide con la renta per cápita corregida por los precios, hay que sumar los apoyos del Estado (servicios y prestaciones sociales); si no hacemos nada, ¿hasta cuándo podremos financiarlos?"

También Avner Offer, profesor de Historia Económica en Oxford, recordaba hace unos días en la prensa británica que el panorama económico empeorará progresivamente para esta generación de jóvenes, no sólo porque tendrán que lidiar con su propio mantenimiento, sino porque tendrán que hacerlo también con el de sus padres.

El sociólogo Luis Garrido describe la situación con un par de pinceladas. "El 10% de los que mejor viven hoy son más ricos que los más ricos de ayer, pero también los pobres de hoy son menos pobres: el 10% de lo que peor viven en 2009 tienen más que el 10% de los que peor vivían hace 20 años. Sin embargo, si hacemos las cosas muy mal, y no pintan bien dadas, puede que la quiebra sea real. El déficit se puede comer todos nuestros logros y hacer mucho daño a las generaciones venideras. Los economistas saben que no se puede tener hoy un déficit del 12% y mañana erradicarlo. Está claro que alguien lo va a pagar."

Crecimiento y pobreza

El último Informe Foessa, elaborado hace unos meses, desmiente lo que algunos mentideros económicos han convertido en dogma, que el fuerte crecimiento del empleo, como el acontecido en los años 90, garantiza el bienestar de las familias y la redistribución de las rentas. "La desigualdad no ha aumentado, pero se ha quebrado esa tendencia de reducción continuada que veníamos constatando desde los años 70 u 80. La tasa de pobreza se mantiene estable en el 19%. Uno de cada cinco hogares viven con menos de 6.000 euros al año por persona", recuerda el profesor Luis Ayala.A su juicio, algo falla cuando después de un período prolongado crecimiento de la economía y, sobre todo, del empleo, las cifras de pobreza moderada y severa apenas han cambiado."Las causas más importantes de esta situación son los cambios que se han producido en el mercado de trabajo, ya que buena parte del empleo generado ha sido temporal e inestable y los salarios han crecido muy poco. Por otro lado, una clave fundamental para explicar lo que ha pasado es también la gestión de las políticas sociales, que han sido mucho menos expansivas que en etapas anteriores".Ayala aboga por mayor gasto, "pero eso significa mayores impuestos, mayores costes para los ciudadanos y, sinceramente, tengo dudas de que en el actual contexto haya ese deseo generalizado de mejora de los derechos sociales", concluye.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_