_
_
_
_
_
Entrevista con Pedro Solbes

"Toda recapitalización que hagamos con dinero público debe llevar aparejada una contrapartida"

Pedro Solbes, ex vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda.
Pedro Solbes, ex vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía y Hacienda.

¿Qué problema tenemos en el sistema financiero español en la crisis internacional?

En España tenemos un punto de partida muy bueno. Es cierto que hemos tenido un periodo de liquidez y dinero a precios muy baratos, lo cual se ha traducido en un endeudamiento de las empresas significativo. En segundo lugar, hemos tenido durante años un crecimiento del crédito espectacular.

Algunos de los instrumentos que se han puesto en España como el nivel de reservas o la externalización de activos, tenían como fin corregir los problemas que se han planteado en otros sitios. Lo que sí es evidente que tenemos un déficit corriente de casi 10 puntos de PIB, 100.000 millones de euros. Cuando la situación era buena los ahorradores venían a España a colocar su dinero en títulos de calidad. Ahora, ya no hay tantos compradores por la menor confianza en el sistema financiero internacional.

Por tanto, pasamos de una situación cómoda en términos de solvencia del sistema financiero, tan cómoda que no hemos aportado un céntimo de dinero público para ayudar a las empresas, sólo hemos aportado avales para aportar liquidez o hemos comprados activos como contrapartida pero sin coste como han hecho otros países, a otra un poco más complicada.

Tenemos la posibilidad de la recapitalización. Habrá que decidir cómo se hace. No tiene por qué ser con cargo a déficit. Será con cargo a deuda. Será un activo financiero que existe en una determinada institución. Hasta ahora no se ha puesto en marcha. Creemos que con la compra de activos, más los avales a las emisiones y las líneas de liquidez del ICO, el sistema ha funcionado razonablemente bien.

¿Qué puede empezar a suceder? Dos cosas. Primero, que haya una contracción del sistema financiero. Si hay menos créditos no será necesario disponer de un sistema financiero tan potente como el actual. En segundo lugar, es verdad que un periodo de falta de liquidez, algunas entidades sufran más que otras. Es una situación que podemos ver en los próximos meses.

¿Qué tenemos que hacer?

Estamos trabajando con el Banco de España. La institución también está hablando con otros grupos políticos para hacer una propuesta sobre cómo actuar si esa situación llegara a presentarse. Por el momento no hay mayor preocupación. Hasta ahora hemos tenido sólo un caso, en el que una caja de ahorros ha planteado una fusión con otra. Está siguiendo el procedimiento normal, del fondo de garantía de depósitos (FGD), del que participan otras entidades. Por tanto, vigilancia y seguimiento todo; preocupación, la razonable. Actuación, siempre y cuando haga falta.

¿Hoy hay alguna entidad con riesgo verdadero de insolvencia?

No.

¿Hay entidades que precisarían en el medio plazo de recapitalizaciones?

Esa pregunta tiene trampa. No se sabe a ciencia cierta cómo va a evolucionar el sistema bancario a seis meses vista. Si el sistema interbancario estuviera funcionando bien, la mayor parte de las entidades españolas no tendrían ningún problema. Es verdad que algunas han tomado activos más o menos líquidos. Pero aquí no hay un problema de activos tóxicos, en el sentido clásico, de mala calidad, como de activos de buena calidad que se han convertido en no líquidos por la situación internacional. Es posible que haya alguna entidad con mayores tensiones en este sentido en los próximos meses. Pero ese es el problema que está analizando en estos momentos el Banco de España. No veo ningún tema inmediato y depende mucho también de cómo vaya evolucionando el mercado y las propias instituciones. No voy a dar el nombre de ninguna institución por razones obvias. En primer lugar porque esta información la tiene el Banco de España; en segundo lugar, las instituciones son entes vivos que van cambiando y quien estaba bien hace dos años a lo mejor no lo está ahora. Hay quien ha sido inteligente en vender activos antes.

¿Cuál ha sido el problema en Caja Castilla La Mancha?

La inspección del Banco de España ha estado trabajando con los gestores de la Caja en la solución de los problemas de liquidez que se han venido planteando a lo largo de 2008 y que fueron detectados en las inspecciones realizadas por el supervisor. Paralelamente, los gestores la Caja de Ahorros de Castilla-La Mancha llevan varios meses buscando una solución en el ámbito del Fondo de Garantía de Depósitos mediante la fusión con otra entidad privada. Esta, en opinión del Gobierno, habría sido la solución óptima.

Sin embargo, estas gestiones han sido infructuosas y el Banco de España, mediante el nombramiento de nuevos administradores, ha tomado la iniciativa en la búsqueda de una solución. Entre tanto, se hace necesario dotar a la Caja de la liquidez necesaria para que pueda seguir operando con total normalidad. Esa liquidez la tiene que proporcionar el Banco de España, con el aval del Estado, porque así lo requiere la normativa de la Unión Europea. Y esa fue la razón por la que el Consejo de Ministros tuvo que reunirse de forma extraordinaria el pasado domingo.

El hecho de aprobar el otorgamiento de un aval de hasta 9.000 millones de euros no significa que se realice una inyección de capita público de de 9.000 millones de euros ni mucho menos que la Caja tenga un agujero de 9.000 millones de euros. Insisto. A día de hoy la Caja es solvente y lo que hacemos es asegurar financiación para que siga siéndolo hasta que el Banco de España adopte la solución más conveniente.

¿Podría llegar a haber un problema de solvencia en Caja Castilla La Mancha?

La actuación del Banco de España pretende, precisamente, evitar que llegue a haber problemas de solvencia. La situación del capital regulatorio de la Caja, así como sus perspectivas financieras aconsejan buscar soluciones que garanticen su futuro. Una vez fracasado el intento de encontrar esa solución en el ámbito privado, es el Banco de España quien, al asumir la gestión de la Caja, va a pilotar esa operación. Esa es la mejor garantía para el futuro de la entidad, para sus depositantes y para sus acreedores.

¿Hay más entidades en esta situación?

No hay ningún sector financiero que sea totalmente inmune a una situación de crisis, incluso por muy bien que se hagan las cosas si la situación de crisis continua durante mucho tiempo puede verse afectado, pero, según la información que nos transmite el Banco de España, no hay ninguna otra caja que esté en una situación parecida a la Caja de Castilla La Mancha en este momento.

En un supuesto de agravamiento de la crisis, ¿de qué es partidario, de seguir el modelo de intervención que se hizo con Banesto, con aportación del fondo de garantía de depósitos más ayuda pública, o que desaparezca alguna entidad con quiebra ordenada?

Las recapitalizaciones deben ir a entidades con problemas potenciales de liquidez. Aquí hay dos modelos. Una recapitalización para todo el mundo o una parcial para entidades, no en posición de insolvencia, sino de dificultades potenciales. Estamos hablando en este segundo caso de una entidad que está perdiendo el respeto a sus ratios y, plantea alguna preocupación a quien es responsable de corregirla. Es evidente que el Banco de España puede plantearse la posibilidad de actuar. Si la cuestión se va a realizar con dinero público, se exigirá una contrapartida, lógicamente. El Banco de España tiene la responsabilidad de establecer procedimientos claros y que las contrapartidas que se den garanticen que las condiciones sean las mismas para todo el sistema financiero. Si no, estaríamos dando ventajas a unos sobre a otros. Sobre esto estamos trabajando. La semana pasada se aprobó una proposición no de ley del PP en el Congreso, de acuerdo con nosotros, en donde viene pactada una política global de actuación. Se trata de asegurar los recursos de depositantes y de inversores, pedir al Banco de España que haga un diagnóstico de la situación, presentar una 'hoja de ruta' para garantizar la solvencia de la entidad y asignar la liquidez cuando llegue el momento, y todo ello bajo un principio de transparencia.

Dicho de otra forma, imaginemos un sector financiero que da créditos por valor de 100. Si se necesitan menos créditos, ¿tiene sentido recapitalizar para ser más eficiente o es más lógico utilizar estas operaciones para tener un sistema sano y adaptado a las nuevas circunstancias después de la crisis? Esa es la cuestión.

¿Las fusiones pueden resolver el problema?

Se podría resolver todo con fusiones pero me extrañaría que para todo el mundo la fusión sea la fórmula óptima. En algunos casos, habrá fusiones; en otros, venta de activos; en otros, una toma por parte de otra entidad... No hay que prejuzgar ninguna. Cada uno de esos instrumentos tiene una necesidad de recursos externos X. Recursos que van a ser préstamos no con acciones. Es decir, si en algún momento, se diera el caso en un banco, el propietario del X por ciento de ese banco seria el fondo de garantía de depósitos. No pretendemos una presencia pública permanente. En cajas de ahorros, será más complejo y habría que buscar otras fórmulas.

¿En cuánto se tiene que reducir el tamaño del sistema financiero?

No me atrevería en estos momentos a dar una cifra concreta. El suficiente para que en el sistema que quede las entidades sean solventes y rentables.

¿Hay mucha grasa?

No había mucha grasa con un crecimiento del 30% cada año. Evidentemente esta situación debía de reconducirse.

¿Cuántas cajas deben quedar después del proceso?

No lo sabe nadie. Todas las que sean solventes. No hay ningún apriorismo. Hay cajas pequeñas que pueden ser magníficas y funcionar muy bien. Es cierto que cuando se tiene un pequeño tamaño los costes fijos son más altos. Si uno es más grande y eficiente, serán menores. Pero hay ejemplos magníficos de cajas estupendas.

¿Puede ocurrir que se traspase la muralla entre cajas y bancos, que cajas compren activos de bancos y viceversa?

Si hablamos de activos, esto ha existido siempre. Otro tema más complejo es si se puede cambiar por esta vía la naturaleza jurídica de las instituciones. Es decir: si una caja puede comprar un banco o al revés. Esa es la dificultad. Ahora para comprar activos no hay problema.

Pero en el caso de fusiones de cajas siempre está la sombra de los problemas y trabas de índole político...

Las cajas tienen un enfoque territorial. Sin embargo, no debemos olvidar que son instituciones financieras y deben garantizar su solvencia sobre los que prestan sus servicios. Si hay una presencia excesiva de los órganos públicos que hace que no sean solventes, de poco no sirve la caja, porque no prestará un servicio a la ciudadanía. Tampoco el prestar el servicio en un determinado territorio conlleva el deber una denominación más o menos próxima a ese territorio. De hecho, las denominaciones han ido variando enormemente y hay algunas en las que sólo los expertos en el mercado saben su origen o demarcación territorial histórica. Mi opinión es que en los casos en que las cajas lleguen a la decisión de fusionarse tampoco tiene por qué tener un nombre u otro determinado. Quizá tenga menor territorialización en la toma de decisiones, pero si ese es el precio a pagar para que la entidad se solvente y eficiente, creo que es razonable. Estamos hablando de un mundo tan competitivo como el financiero donde se necesitan entidades solventes.

¿En el caso de Caja Madrid, la pelea política puede descuidar la gestión hasta el punto de deteriorar la solvencia?

Ir tan lejos como la solvencia, no lo creo. Pero el espectáculo que estamos viendo en la cuarta institución del país, no es nada positivo, ni para las cajas en general ni para Caja Madrid.

¿Cree que hay empresas al borde de la quiebra por falta de financiación bancaria o está resuelto con los nuevos instrumentos financieros?

El otro día en una conversación con un empresario, me dijo que la cosa está tan mal que se está viendo obligado a poner garantías de su patrimonio personal. Me hizo gracia porque en este país las garantías sobre el patrimonio personal se han puesto toda la vida. Lo que ha sucedido en estos últimos años es que no hacía falta porque las empresas tenían el capital y crédito suficiente para poder funcionar. Ahora hemos vuelto a una posición más tradicional, en donde se piden más garantías. Ello pone de relieve un apalancamiento excesivo y que ahora se está desmontando. Hoy cuando alguien va a pedir dinero a un banco los criterios de riesgo y condiciones han cambiado. ¿Puede quebrar alguna empresa porque no se adapte a los nuevos criterios de riesgo? Es posible. Pensemos en alguien con unas grandes expectativas de ingresos que ahora no fructifican. Si pide al banco que financie lo mismo que antes más lo que no se vende ahora, la reacción del banco es que no lo va a autorizar. Esto es el ajuste normal de un periodo de abundante crédito a otro en donde toca hacer la digestión.

¿Habrá más líneas del ICO?

El ICO ha hecho un esfuerzo espectacular. Tenía asuntos concretos como línea ICO para pyme, con 3.000 millones. Ahora tiene más de 8.000 millones y, entre otras, una nueva línea en la que hemos puesta mucha esperanza como es la de liquidez. En un modelo como el actual juega ese papel que otros países pretenden resolver nacionalizando la banca o utilizando banca pública para dar créditos. La línea de liquidez aporta dinero (29.000 millones) para que de verdad llegue a las empresas. Hasta el momento se han formalizado más de 77.000 operaciones, en el conjunto de líneas. El trabajo es tan importante que al ICO se le han quedado unas costuras bastante estrechas. Su presidente está pidiendo apoyo para actuar más. Así lo hará, pero siempre con la idea de que es la agencia financiera del Estado y no es una banca pública. Para la distribución del producto está la banca privada. Nosotros definimos ciertos objetivos.

¿No se van a cambiar sus estatutos?

Va a seguir como agencia financiera. Lo único que estamos discutiendo asuntos de intendencia. Tiene ahora más trabajo y necesita gente para hacer ese trabajo.

"Hemos dado pasos antes de la cita de Londres sobre el control de derivados y las agencias de rating, la transparencia de los hedge fund y los paraísos fiscales, y la necesidad de utilizar reservas anticíclicas"

¿Qué espera de la reunión de hoy y mañana del G-20 en Londres?

Pensar que se pueden resolver todos los problemas tan complejos en una única reunión no es realista. La reunión preparatoria de Ecofin fue muy satisfactoria, en la que vimos una clara aproximación de posiciones de unos y otros, que hay acuerdo en las líneas básicas, en que hay que buscar soluciones a la crisis y buscar soluciones al sistema financiero. En cuanto a las medidas de estímulo, frente al activismo de Estados Unidos y Reino Unido, Europa considera que se ha hecho un esfuerzo importante, y por tanto, sólo los países que dispongan de márgenes fiscales pueden ir haciendo alguna cosa adicional. Pero hemos tomado decisiones muy importantes, como más que duplicar los recursos del FMI, lo que le va a permitir ayudar, así como más recursos para poder actuar en el caso de necesidad de los nuevos miembros de la Unión Europea.

Pero en el ámbito específico de la reforma del sistema financiero yo he visto avances muy significativos en cuanto a la aproximación de posiciones. La prociclicidad, con reservas dinámicas como las que tenemos en España, qué responsabilidad tienen los bancos emisores de determinado tipo de activos, etc. están en discusión. Y he apreciado en Estados Unidos una posición abierta a discutir cómo tiene que ser el control del sistema financiero, en el que deben entrar todos los productos y todas las jurisdicciones. De qué estamos hablando: las agencias de rating deben dar continua información y estar registradas; debemos tener información sobre los derivados; los hegde fund deben ser más transparentes. No estamos hablando de una supervisión dura, sino de saber qué temas pueden acabar teniendo impacto sistémico, para disponer de buena información sobre ellos. Se está avanzando en estas cuestiones. Pero cuando hablamos de todas las jurisdicciones hablamos también de los paraísos fiscales o jurisdicciones no cooperativas, y todos aquellos espacios fiscales que tienen supervisión más laxa y por ello pueden formular al dinero ofertas de mayor rentabilidad, pero a coste de menor garantía. Y hay que hablarlo con el FMI y con los bancos multilaterales, que también pueden hacer muchas cosas, como ya ha hecho el Banco Asiático y el Interamericano, que lo veremos este fin de semana. Hay mucha tarea. En Londres se tomará en consideración todo lo que se ha hecho ya, con informes como el del grupo Larosiere y alguna cosa más, y hay que poner en marcha más decisiones. A nivel europeo habrá que hacer cosas dentro de los comités de análisis, igual que a nivel mundial, primero desde el G-20, pero luego el Banco Mundial, el Fondo Monetario y el Foro de Estabilidad Financiera. El Banco Mundial analizará los efectos de cada medida, y el Foro de Estabilidad entrará en cuestiones de vigilancia de entidades específicas, con su brazo armado del Banco de Pagos de Basilea.

¿En qué punto estamos de actividad en España? ¿Cómo podemos acabar el año?

Presentamos unas previsiones sobre la base de una caída del 1,6% de la actividad. Desde entonces hemos vivido una situación en Europa y EEUU algo peor. Como nadie es inmune en este contexto, si dependemos de elementos globales como la exportación y el turismo, estaremos afectados también. Aún así seguimos pensando que una caída del 1,6% sigue siendo realista, si conseguimos seguir consolidando una vuelta a una situación normal. Tampoco hay que descartar que la cifra sea algo diferente. Aquí lo fundamental es saber qué va a pasar en el sector financiero. La reacción al último plan Obama es positiva. Si esto se consolida tendríamos un buen punto de partida.

¿Cuándo podemos hablar de una vuelta de las variables a situaciones normales?

Es difícil. Cuando uno intenta ver lo que pasa en el mundo, vemos que los últimos datos de comercio mundial, son buenos. Pero la actividad industrial y turismo siguen siendo débiles. Los datos de recaudación son algo por debajo de lo que hemos presupuestado. Por tanto, no me atrevería a decir que hemos tocado fondo. Más bien, hay algún elemento mejor como la financiación, sobre todo las de empresas con avales y garantías. Sin embargo, el interbancario sigue sin funcionar; por tanto, es una mejora parcial para cierto tipo de operaciones. Mientras no se vaya corrigiendo todas estas situaciones todavía es pronto para hablar de recuperación.

¿En 2010 confía en que sea el año?

Pensamos que ese año debería ser la fecha. Es donde hay cierto consenso. No se sabe si será el año con un crecimiento del PIB ya positivo.

¿Llegaremos a 4,5 millones de parados este año?

No lo creo. Sigo pensando incluso que llegar a los 4 millones será difícil, a pesar de los últimos datos. Todo depende si en abril y mayo hay una inflexión. Depende también de la evolución de la población activa que sigue siendo alta. No sabemos cómo evolucionará. Siempre en situaciones de crisis acaba por caer.

¿Tiene fe en el plan inversor estatal de 8.000 millones puesto en marcha en los ayuntamientos?

Tengo la fe razonable. Es un gasto inmediato en actividades generadoras de empleo. Por tanto, deberían tener impacto en términos de empleo durante este año. Sí tendrá un impacto.

¿Cuándo se empezará a notar, entre abril y mayo?

El problema de cuando se empezará a notar es siempre muy difícil. Hemos hecho un esfuerzo fiscal de más de 4 puntos de PIB. ¿Se a notado o no? Mi opinión es que seguramente si no hubiéramos hecho este esfuerzo la caída del PIB en el último trimestre hubiera sido mayor. Por tanto, sí creo que ha tenido impacto. Ahora es difícil medir el impacto si no se hubiera puesto en marcha.

Ahora el Ministerio de Hacienda está estudiando el techo de gasto del Estado para 2010, que servirá de base para elaborar el Presupuesto. ¿Cómo va a ser?

Hay una decisión política que tomar muy importante y que hace difícil este ejercicio presupuestario. Es saber qué previsiones hacemos para 2010. A priori, este año tendríamos que reducir el déficit respecto a 2009. El problema es en cuánto reducimos ese déficit depende mucho de la previsión de crecimiento económico.

¿Entonces el techo de gasto para 2010 será más restrictivo?

Mi impresión y mi punto de partida es que debería ser más restrictivo si la evolución del PIB mejora.

¿Y para este año, con los datos hasta febrero conocidos de ejecución del presupuesto del Estado y de la Seguridad Social, mantiene la previsión de déficit público de 5,8% del PIB?

Teniendo en cuenta las medidas que hemos tomado, el 5,8% de déficit se puede superar.

¿En mucho?

Hablamos de variables como los ingresos. Enero y febrero no ha tenido una evolución espectacularmente positiva. Pero aún es pronto para saberlo.

Bruselas acaba de prorrogar hasta 2012 el plazo para que España reduzca el déficit por debajo del 3%. ¿Es positivo?

Este es un debate interesante. La norma lo que dice es que hay que corregir el déficit excesivo al año siguiente. Pero no es razonable hacerlo si la situación de crecimiento es peor. Luego es verdad que la norma permite situaciones especiales para hacerlo en un periodo superior. España ha planteado en su plan de Estabilidad en vez de reducir el déficit estructural en 0,50 puntos, vayamos más lejos. Si el crecimiento es más alto y las políticas contracíclicas reduciendo más fuertemente ese déficit, no es saludable.

¿Qué partidas presupuestarias habría que recortar para reducir el déficit fiscal?

Para empezar, hay una parte importante muy importante que son los estabilizadores automáticos. De los 4,9 puntos de impulso fiscal, tres puntos corresponden a ellos. Estamos hablando de caída de ingresos y de prestaciones por desempleo. Estas no tendrán el mismo comportamiento en una situación de caída de crecimiento que de recuperación. Luego en relación a otras partidas, en mi opinión hay que analizarlas todas. Algunas se debe analizar el gasto social intentando hacerlo más eficiente. Respecto a la inversión, seguramente habría que ser menos ambicioso en algunas partidas.

¿Haría falta también un cambio normativo en las prestaciones por desempleo?

No estamos planteando un cambio normativo. Son asuntos más propios del diálogo social con empresarios y sindicatos. Ahí de lo que se está tratando más es cuál es el futuro del servicio público de empleo y cómo lo podemos hacer más eficiente.

¿Es partidario de recortar o incrementar las prestaciones o los tiempos de cobro, si el desempleo llegara a 4,5 millones?

Creo que no conviene cambiar las reglas del juego durante el partido. Otra cosa es el subsidio de desempleo o qué tipo de situaciones de carencia económica nos encontramos, que es lo que el Ministerio de Trabajo ha planteado.

Si el recorte afectase a todos los gastos, la bonificación fiscal de los 400 euros a cada contribuyente se retiraría también?

Si hay que analizar todos los gastos, son todos. En su momento, cuando se tome esa decisión habría que priorizar qué se hace y qué no. En estos momentos es prematuro decirlo, pero mi opinión es que analicemos con criterios de racionabilidad económica todo el gasto presupuestario.

Con este escenario, ¿es posible cerrar el modelo de financiación autonómica?

Sí. Otra cosa es que la oferta que nosotros lancemos sea considerada suficiente por algunos. Es cierto que el sistema ahora no está equilibrado y que hay diferencias en términos de renta per capita entre unas comunidades y otras. El nuevo sistema debería corregir parcialmente este modelo. Y estamos dispuestos a hacer un esfuerzo fiscal que, como tampoco andamos sobrados de fondos, tardaremos en ponerlo en marcha tres años. Evidentemente se quiere ir mucho más lejos en el caso de algunas comunidades. Sin embargo, en este caso el problema no está en el modelo de financiación, sino de que las regiones, que hoy tienen menos ingresos porque se les han caído, tendrán que adaptarse a la nueva coyuntura.

¿Cataluña tendrá más de 2.000 millones anuales adicionales en el nuevo modelo?

Cataluña tendrá la parte que le corresponda de participación de acuerdo con los criterios del sistema en función de los fondos que pongamos.

¿Y eso son más de 2.000 millones?

No lo se.

¿El acuerdo sobre financiación se producirá antes de las elecciones europeas de junio?

Tan pronto como sea posible. En estos momentos uno de los temas que está pesando es la falta de Gobierno en Galicia. Hasta que no tengamos un gobierno constituido en Galicia no parece elegante que hagamos una convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera.

¿Es probable que se retrase más allá del verano?

No es bueno retrasarse tanto. Es bueno que las comunidades dispongan de un modelo cuanto antes.

En Estados Unidos han empezado a darle a la manivela de los billetes. En Europa hay mucha reticencia a esa cuestión. Y el BCE tiene dificultades políticas para tomar una decisión así. ¿Cree que será necesario en Europa?

Yo creo que para llegar a una situación de ese tipo tienes que haber agotado todo el margen de política monetaria y que el impacto no haya sido tal que las cosas empiecen a ser diferentes en la demanda. Esa no es la situación en Europa, tenemos margen de política monetaria; son más alta que en USA y Japón. Y estas fórmulas de inyección de liquidez, de ampliación de la masa monetaria que están haciendo en Estado Unidos y Reino Unido, tienen también sus contraindicaciones, porque en el fondo es una ampliación enorme de la masa monetaria, que mientras sirva para cebar la bomba de la demanda, muy bien. Pero si cuando la bomba está cebada seguimos con esa cantidad de dinero en circulación, lo que estamos es creando otra burbuja crediticia para un futuro inmediato. De ahí que posiciones como la del Bundesbank en Europa son muy comprensibles: mucho ojo con esto, porque cuando esto empiece a funcionar debemos volver cuanto antes a políticas monetarias mucho más realistas.

¿Vamos a llegar a tipos nominales cero?

No lo sé, pero no me da la sensación.

¿Cuando la economía se estabilice, ¿qué tres o cuatro reformas haría usted para elevar el crecimiento potencial de la economía?

Es fundamental mejorar todo lo que rodea a la competitividad y la productividad de los mercados. Hay se encubren unas cuantas cuestiones. En segundo lugar, necesitamos empezar a prestar atención a la eficiencia de la inversión y la calidad del gasto público, así como la calidad de la inversión privada. Y en tercer lugar, este país tiene un problema educativo muy importante, y hay que poner mucha atención. Y, por último, tenemos un problema de envejecimiento de la población, y hay que verlo, pero se debe respetar la combinación de sistema público con sistema privado de prestaciones de vejez, mejorando ambos.

¿Cree que hay que hacer cosas en materia energética?

Por supuesto, también.

¿Energía nuclear?

Energía.

¿Es usted partidario de rebajar el coste de los despidos?

Creo que es un error plantear el problema del mercado de trabajo español en términos de si hay que abaratar o no el coste del despido. La conferencia que hace unas semanas dio el Gobernador del Banco de España en Zaragoza sobre el asunto planteada bien la cuestión: olvidémonos del coste del despido. Es verdad que España tiene unos despidos muy caros en unos casos y absolutamente baratos en otros, lo que supone una enorme injusticia en el mercado. Pero no entremos en esa cuestión: la cuestión es porqué otros países consiguen tasas de paro en las situaciones de mayor tensión de la economía del 3% o 4%, y nosotros no somos capaces de bajarlo nunca del 8%. Y porqué cuando cambian las tornas, en unos países el paro alimenta lentamente y aquí lo hace vertiginosamente. Hay algunas razones que las conocemos, como el exceso de concentración de actividad en sectores muy intensivos en mano de obra, o que tienen que ver con la estructura productiva. Pero me resisto a pensar que después de los años que llevamos de democracia política e industrial, esa anomalía española de unos niveles de paro muy altos tenga que ser algo con lo que no se pueda hacer nada. Y no digo con esto que el despido sea alto o caro. No es un problema del coste del despido.

Lo que me interesa es qué estamos haciendo nosotros peor que los demás para que con la crisis actual los demás estén con tasas del 8%, como en Estados Unidos, con temor a una crisis social si llegan al 11%, y nosotros estamos ya en el 14% ya. Eso es lo que me preocupa.

¿Y qué aspectos del mercado hay que tocar para salvar esta anomalía?

Tomar a la gente que sabe de estas cosas y que nos digan qué modelos tenemos que adoptar. Tenemos que ir definiendo un modelo que se parezca más al de los países que en las crisis no sufren tanto.

En la calle no se habla de otra cosa que de la crisis de Gobierno, y como usted ha comentado primero que le gustaría ser ex ministro y después que está encantado de seguir en su puesto, nos gustaría que nos lo aclarara...

Yo nunca he dicho que me gustaría dejar la responsabilidad que tengo en este Gobierno. Lo de querer ser ex ministro fue una broma, y los medios tomáis el rábano por las hojas. Yo he hecho mi trabajo lo mejor que he podido en estos años, y lo seguiré haciendo encantado de la vida durante el tiempo que me toque. A partir de ahí, son temas que le incumben sólo al presidente del Gobierno.

¿Ve un cambio de Gobierno próximo?

Se escribe mucho sobre eso. Leo muchas cosas sobre eso: algunas que tienen algún sentido, y otras que no tienen ningún sentido.

¿Le gustaría preparar y participar en la presidencia Europea de España, en 2010?

Yo ya he hecho muchas presidencias de la Unión Europea, Estaré encantado si tengo que participar en esta.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Más información

Archivado En

_
_