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El lujo de investigar bajo la bóveda de Giordano

El Prado abre su Centro de Estudios en el Casón del Buen Retiro.

Cualquier investigador de la historia del arte trabajaría más inspirado bajo la Apoteosis de la monarquía española, el fresco que Luca Giordano pintó para la bóveda del Salón de Embajadores del Casón del Buen Retiro hacia 1697. A partir del 9 de marzo, las musas abrirán a estudiosos y público en general las puertas del nuevo Centro de Estudios del Museo del Prado, ubicado en el edificio que formó parte del Palacio de Buen Retiro mandado construir por Felipe IV en 1630.

La pinacoteca aspira a convertirse en un referente internacional en la investigación sobre historia del arte y en particular sobre sus propias colecciones. Sus bazas: una biblioteca especializada en artes plásticas desde la Edad Media hasta el siglo XIX formada por unos 57.000 libros, un archivo con más de 3.000 cajas de documentos sobre donaciones, legados, adquisiciones, etc., y un servicio de documentación con información actualizada a todas las obras de arte del museo.

La reforma del Casón concluyó en octubre de 2007 y ayer pudo ser apreciada por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante un acto que comenzó con una sesión plenaria del Real Patronato del museo, en la que se aprobó el nuevo plan de actuación plurianual de la institución -es la segunda reunión que preside el jefe del Gobierno-.

La espina dorsal del nuevo Centro de Estudios es la biblioteca. Sus fondos se han enriquecido con las adquisiciones realizadas por el museo en los últimos años. Las más notables corresponden a las bibliotecas privadas de José María Cervelló, compuesta por unos 10.000 volúmenes, y a la de la familia Daza-Madrazo, integrada por unos 1.000 libros. También ha comprado la biblioteca del historiador José Álvarez Lopera y ha recibido importantes donaciones, como la biblioteca del coleccionista Antonio Correa, compuesta por unos 1.500 volúmenes. En total, la biblioteca del Prado cuenta con unos 4.500 libros anteriores a 1900, que próximamente serán digitalizados para su difusión.

José Luis Rodríguez Zapatero tuvo ocasión ayer de admirar algunas joyas bibliográficas, como el Libro delli comandamenti di Dio de Marco dal Monte Santa María, un incunable florentino de 1494, el libro más antiguo que conserva la institución, procedente de la biblioteca Cervelló, o Le cabinet des plus beaux portraits, la edición con mayor número de grabados de la famosa Iconografía de Van Dyck. También contempló documentos del archivo, como el del nombramiento de Picasso como director del Museo del Prado, de 1936, firmado por Manuel Azaña, en el que figura una remuneración anual de 15.000 pesetas.

Los investigadores podrán acceder a ellos en la majestuosa sala de lectura del centro, bautizada Luca Giordano en honor del autor de las pinturas de la bóveda y los diez cuadros del periodo español que decoran sus paredes. Aneja a ésta, otra sala más pequeña dotada de terminales de consulta y servicios de reprografía.

La biblioteca ha instalado un moderno sistema de radiofrecuencia para garantizar la seguridad y el control de todos los fondos.

El edificio que en 1981 acogió el Guernica de Picasso cuando llegó de Nueva York recupera nuevos usos, que se completarán en los próximos cuatro años con la puesta en marcha de la Escuela del Prado, dirigida a la formación de especialistas.

La estrategia de los próximos cuatro años

El Real Patronato del Museo del Prado aprobó ayer por unanimidad el nuevo plan de actuación para el periodo 2009-2012, que permitirá a la institución acometer sus líneas estratégicas con un presupuesto de 192,5 millones de euros. El 40% será financiado por el museo. Para lograr su objetivo, se apoya en dos partidas de ingresos: los patrocinios (más de 24 millones) y las entradas, que de 7,88 millones en 2009 pasarán a 8,20 millones el último año de ejecución del plan.La nueva planificación aborda una nueva presentación de las colecciones. El museo ganará una cuarta parte del edificio Villanueva, gracias a la liberación de espacios, lo que permitirá sumar entre 400 y 500 obras a las mil de la colección permanente. Puede que antes de fin de año se puedan presentar las obras del siglo XIX, anunció ayer el director, Miguel Zugaza.También este año se pondrá en marcha el proyecto de rehabilitación del Salón de Reinos, un espacio expositivo complementario. Contará con un presupuesto extraordinario de 42,4 millones para los próximos cuatro años.Lo que es seguro es la inauguración de la Cátedra del Prado, cuyo primer titular será Philippe de Montebello, director emérito del Metropolitan de Nueva York. Dirigirá un programa de conferencias entre marzo y octubre de este año, con la participación de figuras del ámbito de los museos.

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