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No se olvide...

Conducción con mal tiempo

Con la llegada del invierno la conducción se puede volver mucho más peligrosa, sobre todo por el pavimento deslizante. Con el suelo mojado las frenadas se alargan y el agarre en curvas es muy inferior. Es fundamental contar con neumáticos en buen estado, con profundidad en el dibujo y la presión correcta.

En agua y nieve hay que ser suave y progresivo en el manejo del volante, el acelerador y el freno, anticipándose en lo posible. Los sistemas como el ABS o el ESP (control dinámico de estabilidad) pueden ofrecer una ayuda decisiva, especialmente sobre agua.

Modere la velocidad para evitar el aquaplaning, es decir, que los neumáticos se deslicen. Si va a cambiar sólo las ruedas de un eje, cambie las de atrás, ya que si se va el eje trasero es más dificil recuperar el control del coche.

Si va a viajar a zonas nevadas, llene el depósito a tope por si se queda bloqueado. Hay que llevar cadenas adecuadas al tamaño de sus ruedas, y se deben montar en el eje motriz. Compruebe que su coche puede llevarlas. Hay ciertos modelos de estilo deportivo y grandes llantas que no. Si lleva neumáticos de invierno no necesitará cadenas. Si las ruedas patinan y el control de tracción y estabilidad corta continuamente la tracción, desconecte este sistema de seguridad. El hielo es lo más peligroso, y es el doble de deslizante que la nieve. Lo único que sirve para mantener el agarre son las ruedas de clavos.

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