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CincoSentidos

Novelistas, poetas y dramaturgos con piel de eurofuncionarios

La primera generación de 'euroescritores' combina su trabajo en la UE con una carrera literaria en alza.

Bélgica y Luxemburgo, países que acogen las instituciones europeas, se han convertido en el inesperado caldo de cultivo de una generación literaria española marcada por su voluntaria expatriación. Poetas, dramaturgos, ensayistas y novelistas camuflados entre la legión de funcionarios que se han instalado en las capitales comunitarias desde el ingreso de España en la Unión Europea en 1986.

Dos décadas después, una generación que podría llamarse BeLux, por sus dos países de residencia, alcanza la madurez creativa con una voz tan multicultural como enraizada en su tradición lingüística. Ramón de la Vega, uno de los esquejes de esta literatura española trasplantada a Bruselas, tiene claro el origen del fenómeno. 'Es el escritor el que se hace funcionario y no al revés', afirma tajante este traductor (de inglés, francés e italiano) de la Comisión Europea.

Como muchos otros de su particular hornada, De la Vega reconoce que la perspectiva de un ingreso fijo como soporte para desarrollar la carrera literaria influyó a la hora de hacerse eurócrata. 'Cuando uno sueña con ser escritor, teme morirse de hambre o debajo de un puente', recuerda este sevillano sus primeros escarceos creativos.

Otros organismos internacionales ya habían servido de refugio para algunas de las cumbres literarias en castellano del siglo XX y XXI. Julio Cortázar, José Ángel Valente o Eduardo Mendoza combinaron durante algún tiempo sus cronopios, su mística o su humor de lujo con trabajos en la Unesco o en la ONU.

Pero la representación española en la UE es mucho más nutrida (más de 2.000 funcionarios españoles) que en otras instituciones internacionales. Y entre ese colectivo no hay sólo algún autor aislado, sino todo un conjunto de artistas con algunas señas de identidad comunes: hablan tres o cuatro idiomas; se mantienen al tanto de las novedades literarias de varios países, incluido el suyo, y dedican una gran parte de su tiempo libre a cultivar una carrera literaria con creciente éxito.

Algunos trabajan en los departamentos de traducción porque, como bromea Mariate de la Torre, funcionaria de la Comisión y miembro del comité de redacción de la revista Abril 'los traductores somos escritores frustrados'. Pero los hay también en otras áreas, como el biólogo Xavier Queipo (de la Comisión Europea), que desde Bruselas ganó el Premio de la Crítica en lengua gallega, un galardón que también han recibido autores como Manuel Rivas o Suso de Toro.

El grupo cuenta desde hace 17 años con una revista de creación propia (Abril, publicada en castellano en Luxemburgo) y muchos de sus miembros (José Ovejero, Teresa Ruiz o Pollux Hernúñez, Laura Campmany, Xavier Queipo o De la Vega) han conseguido abrirse camino hasta editoriales de prestigio. En España, incluso, ya existe una editorial, Excritos, que sólo publica obras de españoles residentes en el extranjero. El éxito, a 2.000 kilómetros de distancia, empieza a ser posible.

Vocación. Las musas esperan a la salida de la oficina

Ramón de la Vega. Narrador (Comisión). Su colección de inquietantes relatos Diario de un presentimiento apareció en 2005 en Ediciones de la Discreta y ahora ultima una novela. 'Lo fascinante de escribir es que es una obsesión', se entusiasma Ramón de la Vega (Sevilla, 1963). 'Mi mujer dice que estoy endemoniado'. Un diagnóstico que el narrador toma como un cumplido. 'Las patologías, en el sentido literario, pueden ser positivas', afirma un lector confeso de Harold Bloom y Paul Auster.José Holguera. Editor (Parlamento). El fundador de la revista literaria Abril es funcionario del Parlamento europeo. La publicación semestral ha llegado al número 34 y a 500 subscriptores. Sus cuidadas páginas recogen la producción de la generación BeLux, pero también de autores consagrados como Juan Gelman, Fernando Arrabal o Jenaro Talens. El entusiasmo de sus editores logró que Gonzalo Torrente Ballester fuera a Luxemburgo para la presentación del número que le dedicó Abril.Xavier Queipo. Poeta (Comisión). 'Publico sin problemas en España porque me piden trabajos'. Xavier Queipo (Santiago de Compostela, 1957) cree que esa facilidad obedece, por un lado, a que ganó el Premio de la Crítica (1990) en lengua gallega con su primera obra. Y a que los escritores expatriados resultan 'exóticos' para el mundo editorial. Influido por el naturalismo francés y enganchado a la obra de autores africanos contemporáneos es, además, poeta oficial de la ciudad de Bruselas.

Traducciones excepcionales

Abril es la revista que con austeridad y esmero recoge el sentir del grupo literario español de Bélgica y Luxemburgo. Su nombre, homenaje a T. S. Eliot, revela el poliglotismo de unos autores que beben en original de las grandes tradiciones literarias. Abril incluye, claro, traducciones de lujo, como la de A. D. Hope, a cargo de Pollux Hernúñez, en el último número.

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