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Candidato

Lula hará una campaña más personal en la segunda vuelta de las elecciones

El candidato a la reelección para la presidencia de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, deberá enfrentarse el próximo 29 de octubre en una segunda vuelta al socialdemócrata Geraldo Alckmin, después de obtener el 48,61% de los votos frente al 41,64% de su contrincante. La moneda y las acciones de Brasil subieron ayer con fuerza.

Los dos candidatos ya han comenzado a articular alianzas para sumar apoyos y Lula convocó ayer a sus principales asesores para redefinir el rumbo de la campaña electoral, en la que tendrá menos protagonismo el Partido de los Trabajadores. El presidente brasileño venció con amplia mayoría en las regiones norte y nordeste de Brasil, las más pobres del país, en tanto que Alckmin se impuso en el sur, sudeste y centro-oeste, las más industrializadas y ricas, por lo que la elección mostró un país dividido en dos. Se trata de una foto electoral bien diferente a la de hace cuatro años.

Lula atribuyó el resultado de las urnas a la forma en que la oposición explotó el escándalo protagonizado por los miembros de su campaña electoral que intentaron comprar un dossier con informaciones falsas contra líderes de la oposición.

Por otra parte, el ex ministro brasileño de Hacienda Antonio Palocci y otros involucrados en escándalos de supuesta corrupción consiguieron un escaño en el Congreso en las elecciones del domingo, según datos oficiales divulgados ayer.

Del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Palocci, que renunció en marzo tras su supuesta participación en la violación del secreto bancario de uno de sus acusadores y afronta varios procesos en la justicia, obtuvo 152.246 votos, suficientes para ocupar un escaño en la Cámara de Diputados por São Paulo.

En Ribeirao Preto, ciudad de la cual fue alcalde dos veces y su antiguo fortín electoral, Palocci obtuvo apenas 16.187 votos, un 80,5% menos que en 1998.

También volverá a la Cámara el ex presidente de esa institución João Paulo Cunha, que en marzo fue absuelto de la acusación de participar en los sobornos del PT en el Congreso para comprar apoyos al Gobierno.

Posturas más duras y juego sucio

Los resultados hacen temer una radicalización de posturas y un juego sucio que relegue el debate de ideas y programas. La flaca victoria Lula y el empuje de Alckmin han obligado a revisar los análisis que apuntaban a una remota posibilidad de una segunda vuelta. La poca distancia que separa a los dos candidatos hace presagiar una campaña dura para ambos, y especialmente difícil para Lula, quien parece haber entrado en una fase de declive, mientras que su rival está en ascenso. Algunos comentaristas creen que el tiempo juega contra Lula, ya que permite avanzar en las investigaciones sobre la presunta tentativa de compra de un expediente, por militantes del PT, de Lula, para desacreditar a sus adversarios.

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