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CincoSentidos

Lennon sigue en la cumbre 25 años después de su muerte

Industria y público han logrado lo que siete cirujanos no pudieron el 8 de diciembre de 1980: mantener con vida a John Lennon. Y con él, a The Beatles

El próximo jueves 8 se cumplirá un cuarto de siglo desde que un seguidor perturbado asesinara de cinco balazos en la puerta de su casa al carismático cantante, compositor, activista y fundador del grupo pop más famoso del planeta. 25 años después, la obra de John Lennon y de The Beatles no sólo sobrevive en la memoria sentimental de millones de personas. Su legado resiste como uno de los más lucrativos negocios para la industria, para Paul McCartney y Ringo Starr y para las viudas, Yoko Ono Lennon y Olivia Harrison.

Para empezar por lo obvio, el vigésimo quinto aniversario de la muerte de Lennon y el sexagésimo quinto de su nacimiento el 9 de octubre constituyen una oportunidad para publicar nuevos productos. Fiel al signo de los tiempos, en una época de apuesta por valores seguros, EMI lanzó en octubre Working Class Hero, la cuarta recopilación de grandes éxitos del artista desde 1982. Además, la compañía reeditará esta próxima semana el áspero Sometime in New York City, de 1972, el álbum que marcó el punto más bajo de su carrera; y Walls And Bridges, el Lennon más melódico en su reencuentro con el número 1 en 1974. A finales de 2004 se había reeditado Rock & Roll, un disco de versiones de 1975, año en que se tomó un lustro sabático. Imagine, su cumbre de 1971, fue remasterizada en 2000 ante el vigésimo aniversario de su asesinato. Ono, además dio el permiso para que en 2004 se publicasen maquetas bajo el título Acoustic. En 1998 se editó también el DVD Lennon Legend, y otra película más en 1988. La obra del músico estará disponible en internet de forma oficial desde el lunes. Menos en iTunes, debido al pleito de Apple con el fabricante de PC del mismo nombre.

El resultado comercial a veces ha sido bueno y otras no. La recopilación Legend vendió 1,5 millones de copias en 1998. Working Class Hero, sin embargo, apenas colocó 200.000 ejemplares en EE UU en sus primeras semanas, según Newsweek, y desapareció de los charts tras copar el puesto 135. Aunque el único fracaso real es el musical de Broadway Lennon, que cerró el telón en septiembre tras 49 funciones y seis millones de euros invertidos que no bastaron, según la crítica, para lograr una producción acorde.

Pese a este tropiezo -ajeno, obviamente, al propio cantante- Lennon sigue siendo una mina. La revista Forbes estima en 22 millones de dólares los ingresos generados en 2004, lo que le convierte en el segundo músico muerto que más factura tras Elvis Presley, y el cuarto de toda la lista. George Harrison ocupa el tercer puesto entre los músicos, con ingresos de seis millones de euros. Paul McCartney, muy vivo, ganó 25,5 millones en 2004, 58,8 millones en 2003 y 100 millones más en 2002, según diversos medios.

Los seguidores de Lennon siguen comprando sus productos. Pero el grueso de sus ingresos proviene de The Beatles, la banda más influyente de la historia, la única que en su apogeo no sólo era la que más vendía. Además era la mejor.

Más de 35 años después de su disolución, las cosas han cambiado poco, al menos en las tiendas. Forbes calcula que en 2004 vendieron cuatro millones de discos, a pesar de que sus canciones aún no se pueden bajar de forma oficial en internet. Y eso, por no hablar de los DVD, los libros o las subastas. Su popularidad, sin embargo, sí sufrió un desvanecimiento desde mediados de los setenta hasta principios de los noventa. Hasta que empezaron a declinar las carreras en solitario de McCartney y Harrison. Apple, la compañía fundada en 1968, había seguido funcionando, recopilando sin cesar grabaciones o películas. En 2004, sin ningún lanzamiento destacado, facturó 17,2 millones de euros. Cuando en 1989 los tres supervivientes y Ono pusieron fin a sus pleitos financieros, Apple tuvo vía libre para abrir y explotar el catálogo y encender de nuevo la mecha.

El retorno de The Beatles a la primera plana se inició con Live At The BBC en 1994, trabajo que ofrecía las primeras grabaciones oficiales nuevas en 24 años. El álbum llegaría a lo alto en el Reino Unido y al tercer puesto en EE UU. Este disco, sin embargo, apenas sería un aperitivo. Entre finales de 1995 y principios de 1997, con una orquestación perfecta, apareció la trilogía Anthology, la biografía más completa, documentada e ilustrada del cuarteto, dividida en tres discos, un libro y un documental de 12 horas. El lanzamiento se vio potenciado por el reencuentro de los tres beatles vivos y el lanzamiento de Free As A Bird y Real Love, las primeras canciones originales desde 1970, elaboradas a partir de grabaciones caseras de Lennon. El lanzamiento los convirtió en el producto artístico que más facturó en 1996 tras Oprah Winfrey y Steven Spielberg, con más de 400 millones, según Barry Miles, biógrafo de la banda. Sólo en EE UU, y contando sólo los CD, Anthology ha vendido seis millones de copias, datos de Billboard. La obra excitó el ansia del público. Tanto, que en 2000, a ocho millones de estadounidenses y otros cuatro millones más en el resto del mundo no les importó pagar como nuevos los 27 números 1 de la banda entre 1963 y 1970. 1 fue el disco más vendido del año y The Beatles, 30 años después de su disolución, el producto que más dinero generó. Esta semana costaba 22,5 euros en una gran superficie de Madrid.

La última estrofa, hasta ahora, ha sido el Let It Be… Naked, una remezcla sin los arreglos de Phil Spector del álbum Let It Be grabado entre 1969 y 1970. De nuevo, el producto llegó al número 1 en EE UU, cosechando su 37 álbum de platino (un millón de copias) en el país, según la RIAA, la patronal de la industria.

Recientemente, Capitol, la filial estadounidense de EMI, editó un cofre con todos sus discos hasta 1965, llamado The Capitol Years. Por venir está el libro de mil páginas The Beatles: The Biography, del periodista Bob Spitz, y el espectáculo del Cirque de Soleil en 2006 en Las Vegas montado con canciones de la banda.

Eso sí, este jueves, los muchos que recuerden con pena aquellos cinco balazos disparados hace 25 años apenas hallarán consuelo en que, para John Lennon y The Beatles, en las tiendas de música se detuvo el tiempo el 8 de diciembre de 1980.

Los derechos de las canciones, objeto de deseo

Lennon & McCartney, la firma más famosa de la historia de la música, esconde tras su brillo una tortuosa historia. Desde 1963, los derechos editoriales de las canciones de The Beatles los ostenta Northern Songs, un sello creado por los dos músicos, el manager de la banda Brian Epstein y el editor Dick James. Los derechos editoriales y los derechos de autor se reparten el 6,5% del coste de un disco estándar, a lo que se suma otro 6,5% en concepto de royalties para los artistas, según la SGAE.Lennon y McCartney, no obstante, no mostraron gran visión empresarial cuando en 1969, vendieron su 30% en Northern Songs por un millón de libras de la época cada uno. El comprador fue la editora ATV Music. En la actualidad, esta compañía posee los derechos de las canciones de The Beatles excepto los dos primeros singles (Love Me Do/P. S. I Love You y Please Please Me/Ask Me Why), previos a la creación de Northern Songs, y las canciones de Harrison desde 1968, que el guitarrista editó en Harrisongs.Michael Jackson compró ATV -y sus 3.500 canciones- en 1985 por poco más de 40 millones de euros, superando los 34 millones que ofrecía McCartney. Jackson sólo adquirió los derechos editoriales. Es decir, Yoko Ono y McCartney siguen cobrando como autores, y tanto ellos dos como Ringo Starr u Olivia Harrison ingresan royalties como intérpretes. En 1995, Jackson vendería el 50% de ATV a Sony, por lo que recibió entre 80 millones y 127,5 millones, según las fuentes.

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