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Columna
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El caso del empleo en la Contabilidad Nacional

Además de la encuesta de población activa (EPA), la Contabilidad Nacional de España (CNE) también realiza estimaciones trimestrales de empleo, más concretamente de la población ocupada, de los puestos de trabajo y del empleo equivalente a tiempo completo. Estas estimaciones las calcula el INE en datos brutos y en datos corregidos de calendario y variaciones estacionales.

El concepto de la CNE coincidente con el del empleo de la EPA es el de población ocupada, mientras que el de puestos de trabajo incluye el pluriempleo, considerando más de una vez a las personas que tienen más de un empleo, y el de empleo equivalente a tiempo completo tiene en cuenta las horas trabajadas por cada persona ocupada. De forma que, por ejemplo, dos trabajadores ocupados a tiempo parcial por la mitad de la jornada habitual se considerarán como un ocupado equivalente a tiempo completo.

La diferencia fundamental entre el concepto de empleo utilizado por la CNE y la EPA es que el primero se refiere a la población ocupada que participa en el producto interior bruto (PIB), sea o no residente en España, y el segundo se refiere a la población residente (lleva viviendo al menos un año) en hogares familiares, excluyendo a la que vive en hogares colectivos, que participa en la producción nacional, trabaje dentro o fuera del país.

Dos ejemplos ayudarán a entender esta diferencia: un residente en Irún que trabaje en la localidad francesa de Bayona será considerado como ocupado en la EPA pero no en la CNE, mientras que un residente de Hendaya que trabaje en San Sebastián estará incluido en el empleo estimado por la CNE pero no en el de la EPA.

Aparte de la discrepancia entre el concepto de nacional (EPA) e interior (CNE) del empleo, existe también una diferencia importante entre las dos estadísticas en lo que se refiere a la definición de asalariados. Así la CNE, que sigue los criterios del Sistema Europeo de Cuentas Nacionales (SEC-95), considera como asalariados a los propietarios de sociedades, incluyendo las cooperativas, si trabajan en estas empresas, cuando la EPA los clasifica como no asalariados o trabajadores por cuenta propia.

Al igual que en la EPA, en el primer trimestre de 2005 se ha producido un cambio de metodología de la CNE, pasando de la CNE-base 1995 a la CNE-base 2000. Una de las modificaciones más relevantes de la nueva CNE ha sido precisamente la adaptación del empleo a la nueva proyección demográfica de la EPA, que toma como base el Censo de Población de 2001 (la anterior tenía como base el Censo de 1991) y tiene en cuenta el aumento reciente de la inmigración de trabajadores extranjeros (véase artículo del autor en Cinco Días del 13 de abril).

Este cambio, ha provocado un fuerte afloramiento del empleo estimado por la CNE. Para 2004, último año para el que se dispone de información de la CNE según la base-1995 y la base-2000, el aumento de la población ocupada debido exclusivamente al cambio estadístico asciende a 1.235.000 personas. Este afloramiento del empleo de la CNE es superior al que se obtiene con la EPA también para 2004 con la nueva proyección demográfica (854.300 ocupados más), entre otras razones, porque la CNE no había considerado el anterior cambio de la base demográfica que se había introducido en la EPA en 2002, y que había supuesto también en ese año un importante aumento del empleo estimado por la encuesta. Por ello, con los datos más recientes la cifra de ocupados es superior en la CNE que en la EPA, al contrario de lo que ocurría antes de los cambios de 2005, diferencia que se concentra en los asalariados, como consecuencia de la distinta definición de este colectivo en las dos estadísticas.

Ahora bien, las diferencias que se producen en las tasas de variación interanual del empleo en las dos estadísticas parecen más difíciles de explicar. En efecto, dichas tasas de variación, utilizando tanto en la CNE como en la EPA datos de 2004 homogéneos, es decir, estimados con las nuevas proyecciones demográficas, se sitúan en el primer semestre de 2005 en el 5,4% en la EPA y en el 3,1% en la CNE, tasa esta última idéntica a la del empleo equivalente a tiempo completo estimada también por la CNE.

Por un lado, la diferencia de 2,3 puntos porcentuales en las tasas de variación de la población ocupada de la EPA y la CNE parece muy elevada, si se tiene en cuenta que las estimaciones de la segunda se basan principalmente en las de la primera, con las excepciones de los ocupados en las Administraciones públicas, en las actividades de intermediación financiera y en los empleados del hogar. Y, por otro lado, el que, según la CNE, las tasas de crecimiento del total de la población ocupada y del empleo equivalente a tiempo completo sean idénticas parece contradictorio con una situación en que, según la EPA, el crecimiento del empleo a tiempo parcial está siendo muy superior al del empleo a tiempo completo.

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