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La resurrección del Watergate, una máquina de hacer dinero

Joan Felt lo admitió con sinceridad. La hija de Mark Felt, el ex alto cargo del FBI que a los 91 años ha reconocido ser Garganta Profunda, ha dicho que el dinero es uno de los motivos por los que su padre ha revelado su identidad secreta antes de morir. Saber lo que sabía y sentía la fuente que hace tres décadas nutrió al periodista de The Washington Post, Bob Woodward, de la información que acabó con la presidencia de Richard Nixon, genera riqueza. Algunos agentes literarios afirman que las memorias de Felt podrían valer más de un millón de dólares si sus recuerdos son claros, algo que plantea interrogantes debido a su frágil condición física.

Garganta Profunda quedó con Woodward y el colega de éste, Carl Bernstein, en que no se daría a conocer su nombre hasta su fallecimiento. Pero ahora da la impresión de estar feliz de haber roto el pacto. Poco después de que la revista Vanity Fair desvelara su identidad y acabara con uno de los secretos mejor guardados del país, el propio Felt dijo a los periodistas que sus planes pasan por escribir 'un libro y conseguir todo el dinero que sea posible'.

Felt ya tienen un agente, David Kuhn, que empezó a llamar a las grandes editoriales después de que la revista adelantara el contenido de su número de julio. La familia de Felt trató incluso de dar a conocer la noticia a través de un medio de comunicación que fuera rentable y ofreció a un par de revistas la información a cambio de dinero. Sin éxito. Pese a lo tentador de la oferta, las publicaciones se mantuvieron fieles al principio de no pagar a las fuentes. Finalmente, Vanity Fair publicó el artículo escrito por el abogado de la familia, John O'Connor, y le abonó lo que suelen cobrar sus colaboradores.

Los más duchos en el arte de lidiar con estas noticias sugieren que Felt tendría que haber escrito primero el libro. Por un lado, el efecto mediático habría venido solo y, por otro, no tendría que competir con el otro dueño de la historia: el propio Woodward.

'Woodward iba a tener toda la gloria por esto', dijo Joan a la prensa, 'pero creo que podremos conseguir algo para, al menos, pagar deudas como la de educación de los chicos'.

Simon & Schuster, editorial de este periodista que escribe best seller tras best seller (empezando por Todos los hombres del presidente), calienta máquinas para sacar en julio 800.000 ejemplares de The Secret Man: The Story of Watergate's Deep Throat. El periodista ha evitado hablar en las entrevistas que ha concedido de secretos que desvela en el libro.

The New York Times aseguraba que la familia Felt quiso participar en este libro en 2003, y de las rentas de una historia que han hecho a Woodward famoso y millonario (la universidad de Tejas pagó 5 millones de dólares por sus notas y las de Bernstein), pero que no ha tenido ninguna repercusión en el bolsillo de ellos. La colaboración no pudo ser porque la editorial dudaba del relato de Felt debido a su avanzada edad y la firmeza de su memoria.

A la espera del libro de Felt, las perspectivas para el de Woodward son inmejorables. Muchas librerías han desempolvado ejemplares antiguos de la saga Watergate y en Amazon.com es fácil que se sugiera la compra de la película. La familia Felt puede haberle arrebatado a Woodward y a The Washington Post la exclusiva, pero el superventas de julio estará en manos del periodista. O de Harry Potter.

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