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CincoSentidos

El secreto del río negro

La Gran Curva del Níger dibuja una frontera en el corazón del África negra, entre el desierto y las sabanas tropicales. En sus orillas se agazapan aldeas de barro y ciudades que son rescoldo de civilizaciones milenarias. África sigue siendo la última frontera. Lo fue de muchos descubrimientos, lo es todavía para el avance del desarrollo humano y la conciencia planetaria.

En África, donde todo empezó, los secretos pululan como animales salvajes, en torno a ríos no menos secretos y enigmáticos. Como el Níger, el gran río del África negra. Los geógrafos del XIX no podían explicarse cómo tan vasto caudal fluía hacia el interior, hacia el desierto; y enviaban a exploradores que partían de la costa occidental, y se perdían con el curso de las aguas y miasmas. El Níger ha sido celoso guardián de imperios milenarios, vedados a los ojos europeos.

La paradoja era cierta: el Níger, nacido en las montañas tropicales de Guinea, avanza majestuoso y plácido, y lo hace en dirección al Sahara, como errado de camino. Baña ciudades que fueron capitales de reinos poderosos, y al llegar a la mítica Tombuctú comienza a enmendar su error, se curva hacia Gao y desde allí comienza a descender por tierras de Nigeria hasta salir al Golfo de Guinea.

El Níger ha sido celoso guardián de imperios milenarios, vedados a los ojos europeos

Ese bucle o curva, reforzada por el afluente Bani, brazos, canales y el lago Débo, forma un auténtico delta interior de 20.000 kilómetros cuadrados, donde bullen las ciudades principales de Mali.

Ese bucle es, además, la raya entre el desierto y las sabanas del sur. Un punto de encuentro: desde el norte, las caravanas traían planchas de sal, telas y productos bereberes; del sur se llevaban cargamentos de oro, marfil, pieles y plumas, esclavos.

A orillas de esa curva fluvial se formó la ciudad más antigua del occidente africano, junto a la actual Djenné, hacia el siglo II. Los viajeros y mercaderes dejaban constancia, entre los siglos VIII y XI, del llamado reino de Ghana, sólo superado, a partir del siglo XIII, por el imperio de Mali, del que fue soberano el gran Kankan Moussa, hacia 1330. Varios reinos e imperios se sucedieron hasta que los franceses impusieron su Protectorado, en 1887; sólo en 1960 obtuvo Mali su independencia. Recorrer esa curva en la actualidad es revivir aquellas glorias y descubrir las principales bellezas de Mali, un país cuya extensión total es dos veces la de España. Mali, además, salida recientemente de la dictadura, se abre al turismo y dispone ya de medios cómodos para que la aventura sea eso, y no un suplicio. El punto de partida es Bamako, la capital, con un Museo Nacional obligado como guión, un mercado abigarrado y un puerto fluvial. Desde allí se puede uno embarcar, pero resulta más recomendable entregarse a la carretera, que sigue un curso paralelo al río. Eso permite atravesar aldeas bambaras, peules, songhais, bozos: pasan de treinta las etnias vivas en esta nación.

Mopti es la ciudad clave en este periplo. Es el principal puerto, donde confluyen el Níger y el Bani, y sus muelles son un hervidero; allí se arremolinan los mercados, y las chalupas, que se entrecruzan como libélulas para llevar gente de una aldea a otra. Desde Mopti es fácil moverse a las metas soñadas: como Djenné, casi una isla en mitad del río Bani, con su enorme mezquita de barro en el llamado 'estilo sudanés'; el mercado de los lunes sumerge a la población en una confusión de sensaciones y olores. También desde aquí se puede alcanzar el país dogón, uno de los secretos más fascinantes de África. Pero ése es otro cantar.

Guía para el viajero

Cómo ir:Royal Air Maroc dispone de tres vuelos semanales desde Madrid a Bamako vía Casablanca, a partir de 678 euros ida/vuelta (precios para octubre), tasas incluidas. La mayorista Catai ofrece paquetes muy interesantes: Escapada a la Venecia negra, 7 días, avión y traslados en minibús ó 4 x 4 (según participantes o trayecto), alojamiento en los mejores hoteles, guía en español, seguros de viaje, a partir de 1.687 euros. Mali, país dogón, 9 días, avión, hotel, traslado guía y seguros, a partir de 1.731 euros. 'Mali-Tombuctú', 16 días, a partir de 2.786 euros.Dormir y comer:En Bamako: Hotel Salam (BP 104, teléfono 223 2221200), situado prácticamente a orillas del río Níger, en la parte más noble de Bamako, este hotel reciente es el mejor y más amplio de la capital y cuenta con un ambiente elegante algo impersonal. En Mopti: Hotel Kanaga (BP 224, tel. 223 2430500 kanaga@bambara.com), es el mejor hotel de la ciudad, con cierto sabor tradicional en su arquitectura, piscina y un servicio atento y profesional, 81 euros la habitación doble, 12 euros el menú. En Ségou tiene cierto encanto el hotel Independence (Tel. 223 2321733), a pesar de ser bastante elemental; en Djenné, no hay hoteles que ofrezcan un standard aceptable de confort.En Mopti, un lugar recomendable es el restaurante bar Bozo (tel. 223 2430246), toda una institución que no defrauda. Los hoteles recomendados son también los restaurantes más recomendables. En Djenné, se puede almorzar en Le Campement, al lado del mercado y la mezquita.

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