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El PNV gana las elecciones vascas con 33 escaños, uno más que PP y PSE juntos

La coalición PNV-EA, encabezada por Juan José Ibarretxe, es la clara ganadora de las séptimas elecciones vascas celebradas ayer, al conseguir 33 de los 75 escaños en juego. El Partido Popular, coaligado a Unidad Alavesa, se consolida como segunda fuerza política con 19 escaños, uno más de los que ambas fuerzas consiguieron por separado en los comicios de 1998. Los socialistas , con 13 escaños, pierden uno mientras que Izquierda Unida gana otro. Euskal Herritarrok es la fuerza que sufre el gran descalabro, al perder la mitad de la representación parlamentaria que tenía en la Cámara de Vitoria. Todas las formaciones, salvo EH, suben en número de votos.

En número de votos, la coalición PNV-EA se acerca a los 600.000, sumando más de 135.000 a los obtenidos en la última consulta. El PP y UA sobrepasan los 320.000 votos, al conseguir 55.000 más, en números redondos, de los obtenidos en 1998. El PSE, pese a que pierde un escaño, logra casi 30.000 votos más. IU suma alrededor de 7.000. EH, la única fuerza que pierde votos, lo hace en una cuantía superior a los 80.000.

El PNV, junto a EA, es la coalición que consigue los mejores resultados en Vizcaya y en Guipúzcoa, aunque en Álava empata con el PP-UA en número de escaños. En Vizcaya, la coalición PNV-EA se consolida como la primera fuerza política con 12 escaños, dos más de los que ambas fuerzas lograron en 1998 por separado. En Guipúzcoa los nacionalistas democráticos ganan dos parlamentarios y en Álava uno.

La candidatura encabezada por Jaime Mayor Oreja, con 19 escaños en total, gana sólo un parlamentario, si se tiene en cuenta que el PP y Unidad Alavesa por separado sumaron 18 en las últimas elecciones. En Álava, los populares se igualan al PNV en número de escaños, nueve en total, idéntica cifra que la que lograron PP y UA por separado hace dos años y medio. En Guipúzcoa los populares obtienen con UA cuatro escaños, igual que en 1998, y en Vizcaya seis frente a los cinco del anterior Parlamento, gracias a la alta movilización de su electorado.

La candidatura de Nicolás Redondo Terreros al frente del PSE-PSOE baja a 13 diputados frente a los 14 de 1998. En Álava consigue 5 escaños, mientras que en Vizcaya y Guipúzcoa logra 4 en cada circunscripción. Hasta el último momento le estuvo disputando un parlamentario a PNV-EA en Vizcaya.

Izquierda Unida, a cuyo frente se sitúa en el País Vasco Javier Madrazo, consigue mejorar la representación parlamentaria en la Cámara de Vitoria. Obtiene tres escaños frente a los dos de 1998: conserva los de Vizcaya y Álava y obtiene uno nuevo en Guipúzcoa. Nada más conocerse los resultados electorales, los socialistas propusieron abrir un diálogo entre las fuerzas democráticas para que el futuro Gobierno no dependa de Euskal Herritarrok. La coalición abertzale pierde la mitad de su representación parlamentaria.

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, lanzó una clara advertencia al PNV al asegurar que "ninguna hipótesis de gobierno será legítima si se cuenta con la coalición que lidera Arnaldo Otegi". Durante la campaña electoral, Juan José Ibarretxe, cabeza de la candidatura ganadora, dejó claro que el PNV no se serviría de EH para gobernar la séptima legislatura, ni siquiera de forma indirecta.

En opinión de Blanco, "los cómplices del terror y la violencia han sido los grandes derrotados en esta jornada electoral".

El presidente de Confebask, Romar Knörr, destacó el "castigo en estas elecciones a EH". En su opinión, ello obliga a "una reflexión muy seria por parte de sus votantes que deben darse cuenta de que la sociedad vasca no va por su camino".

La primera sesión del nuevo Parlamento vasco deberá convocarse en un máximo de quince días después de que se haya acreditado un tercio de los parlamentarios (25). El lehendakari deberá ser elegido en la primera votación por mayoría absoluta (38 papeletas). En el supuesto de que ningún candidato obtuviera este respaldo, sería convocada una nueva sesión parlamentaria al día siguiente en la que sólo necesitaría la mayoría simple para ser proclamado lehendakari.

Juan José Ibarretxe, candidato triunfador de las anteriores elecciones, fue elegido en primera vuelta por mayoría absoluta con los votos del PNV, EA y Euskal Herritarrok. Otros 18 fueron para el entonces candidato del PP, Carlos Iturgaiz, mientras que el PSE e IU votaron en blanco. El Parlamento anterior tardó un mes en constituirse tras las elecciones y 29 en disolverse.

 

EH pierde más de 80.000 votos

La coalición Euskal Herritarrok es la gran perdedora de las elecciones de ayer pues pierde más de 80.000 votos entre las tres circunscripciones y reduce a la mitad su representación parlamentaria. De los 14 escaños obtenidos en 1998, donde logró ser la tercera fuerza política, se queda ahora en siete. Cuatro los consigue en Guipúzcoa, su feudo electoral tradicional, dos en Vizcaya y uno en Álava.

Los principales líderes políticos vascos interpretaron el fuerte descenso de EH como una respuesta del electorado a la ruptura de la tregua y a la dura ofensiva terrorista emprendida desde entonces por ETA. El candidato electoral de EH, Arnaldo Otegi, no condenó ni el atentado mortal perpetrado por ETA en la recta final de la campaña contra el presidente del PP aragonés Manuel Giménez Abad ni tampoco el atentado con coche bomba que sacudió el centro de Madrid el mismo día del cierre de la campaña electoral. Si se dan por buenas las promesas realizadas por Juan José Ibarretxe en la campaña electoral, el PNV no contará ni directa ni indirectamente con sus votos en el nuevo Parlamento.

La incógnita reside en conocer que actitud tomará EH en la nueva legislatura ya que Otegi anticipó que sí participarán en el Parlamento en caso de que Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo gobernaran en minoría pero no aclaró que haría en el caso de que el PNV fuera la formación ganadora y la encargada de formar Gobierno.

Si Ibarretxe finalmente se decidiera a gobernar en coalición con Izquierda Unida (35 escaños), EH, con siete parlamentarios, tendría escasas posibilidades de bloquear esta mayoría, a no ser que en alguna votación coincidiera con el PSE y el PP juntos.

 

El 13-M batió el récord con el 80%

de participación en las elecciones

Más de 80.000 votos llegaron por correo, cuatro veces más que en otros comicios

Las elecciones autonómicas de ayer batieron varios récords. El primero fue el de participación, puesto que más de un millón de electores vascos acudieron a las urnas, más del 80% del censo. Además, también se multiplicó por cuatro el número de vascos que votaron por correo, hasta superar los 80.000 ciudadanos de Euskadi que enviaron su decisión por carta.

Un total de 1,8 millones de ciudadanos vascos, de los que casi 33.000 residen fuera de Euskadi, tuvieron ayer la posibilidad de ejercer su derecho a voto y a decidir con el contenido de su papeleta el color del próximo Gobierno Vasco. Todas las encuestas habían vaticinado que se superararía el récord de participación que quedó establecido en las últimas elecciones autonóm icas en el 70%, y los datos del 13-M constataron que es nive de asistencia superó ayer el 80%.

El comportamiento electoral de los ciudadanos vascos ha estado caracterizado, hasta ayer, por una mayor participación en las elecciones generales y una menor participación en los comicios autonómicos. La diferencia ha estado cercana en muchas citas electorales a los diez puntos. Así, en las elecciones autonómicas de 1980, 1990 y 1994 la abstención llegó a superar la cota del 40%.

La mayor participación en unas elecciones autonómicas tuvo lugar en los comicios que se celebraron en octubre de 1998, poco después de la firma del Pacto de Lizarra y la declaración de tregua indefinida por parte de ETA. Siete de cada diez ciudadanos vascos con derecho a voto lo ejercieron entonces. Tan sólo en las elecciones de 1986, cuando la tasa de participación fue del 69%, se acercó a este récord.

Todas las encuestas ya habían anticipado que el récord del 70% podía caer ayer, debido a la especial importancia que los partidos políticos han dado a estas elecciones. Un dato que apoya esta tesis reside en el incremento espectacular del voto por correo que, según los últimos datos, asciende a más de 80.000 sufragios y multiplica por csi cuatro la cifra de voto por correo de las elecciones de 1998.

De los 2,1 millones de personas que residen en el País Vasco, según los últimos datos del censo, 1,8 millones tenían derecho a ejercitar su voto.

El papel de Vizcaya

En un análisis del voto que acudió ayer a los 738 colegios electorales distribuidos en los municipios de los tres territorios históricos, la mayor parte de los electores, casi un millón, se concentra en Vizcaya, con alrededor de 600.000 electores en Guipúzcoa y alrededor de 250.000 en Alava.

La enorme diferencia en la densidad de población entre las provincias vascas, hace que el voto de un alavés valga el doble que el de un ciudadano guipuzcoano y casi cuatro veces que el de un vizcaíno. Así, el número de votos para obtener un escaño asciende a 6.000 en Alava, a 14.000 en Guipúzcoa y a 24.000 en Vizcaya.

La infraestructura física para que los ciudadanos pudieran votar estaba basada en 738 colegios electorales (102 en Alava, 349 en Vizcaya y 287 en Guipúzcoa) que acogen en su seno a un total de 2.644 mesas electorales. Vizcaya concentra la mitad de las mesas (1.360). En segundo lugar aparece el territorio de Guipúzcoa, con 905 mesas electorales, y en tercer y último lugar Alava, con 278 mesas.

El Departamento de Interior puso ayer a disposición de los ciudadanos un teléfono gratuito (900840841) para resolver cualquier duda y preparó, en colaboración con Cruz Roja y la Dya , u dipostivo para facilitar transporte adecuado hasta los colegios electorales distribuidas por todos los municipios de Euskadi a todas las personas enfermas o discapacitadas.

Por áreas, Vizcaya fue el territorio histórico que registró más participación (el 80% del electorado), seguido de Guipúzoa con un 77% y de Álava con un 76%. El crecimeinto en votos de Vizcaya rondó el 10%, mientrs que en el caso de Guipúzcoa fue del 6,3% y de Álava del 5,4%. Todos ellos registraron subidas inauditas.

La mayoría de las fuerzas políticas interpretaron el alto índice de participación como un síntoma claro del rechazo que ha provocado la dura ofensiva de la organización terrorista .

 

Miembros de EH protagonizaron

diversos incidentes

Otegi se identificó con el carné de conducir

La primavera llegó por fin a Euskadi, en este caso en el fin de semana de los comicios del 13-M, después de unos días más propios del invierno en la comunidad autónoma. La jornada de ayer, con unas temperaturas por encima de los 20 grados, inusuales en Euskadi, calentó todavía más el ambiente, sin restar asistencia a los colegios electorales.

Los líderes políticos volvieron a madrugar para emitir su voto, y los simpatizantes de EH siguieron su ejemplo. Así, los abertzales radicales esperaron a la puerta de las urnas al candidato del PP a lehendakari, Jaime Mayor Oreja, y a los otros líderes del PP en Euskadi, como Carlos Iturgaiz y María San Gil.

A Iturgaiz se le atravesaron en su camino media docena de jóvenes radicales con pancarta, el mismo rito que sufrieron María San Gil y Mayor Oreja. Arnaldo Otegi, de EH, votó con su carnet de conducir, por aquello de no enseñar el DNI que le acredita como ciudadano de España, la misma fórmula que utilizó ayer José Antonio Urrutikoetxea, también parlamentario de EH y antiguo miembro de ETA con el alias Josu Ternera.

La jornada fue prolífica en incidentes, además de los ritos mencionados. Así, la Ertzaintza detuvo a dos personas en el barrio bilbaíno de Deusto por su negativa a identificarse durante una concentración a favor de los presos de ETA ante el colegio electoral de la zona citada. Uno de ellos era interventor de EH. La policía autonómica también llenó el atestado de novedades con el derribo de la puerta del Colegio Zuazo de Baracaldo (Vizcaya), para que los miembros de las mesas electorales pudieran acceder a su interior, después de que el encargado del centro se olvidara las llaves.

Durante la jornada electoral, el hecho más luctuoso tuvo lugar en Munguía (Vizcaya), cuando un hombre de 71 años falleció de un infarto, después de depositar su voto. Por otro lado, un exaltado rompió la urna en Vitoria porque no se le permitió votar con su justificante de pérdida del DNI.

Foro de Ermua

Dentro de la crónica de sucesos, el presidente del Foro de Ermua, Vidal de Nicolás, también fue increpado por radicales del nacionalismo vasco cuando acudió a votar.

Por su parte, el PNV denunció ayer "graves irregularidades electorales" en la localidad vizcaína de Erandio porque al menos 37 personas de "fuera de Euskadi", que ayer ejercieron su derecho al voto, habían sido empadronadas en un pabellón industrial de la localidad citada. Más de 5.000 ertzainas garantizaron ayer la seguridad de la jornada electoral, 2.000 de los cuales custodiaron los 738 colegios electorales de Euskadi.

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