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Las autoescuelas ya no hacen el agosto

Pese a las ofertas, pierden alumnos jóvenes en verano, pero se profesionalizan para salvar el negocio.

Las autoescuelas ya no hacen el agosto

Segundo de bachillerato, selectividad, vacaciones de verano y carné de conducir. Ese ha sido durante años el orden cronológico del calendario estival de muchos jóvenes de 18 años en España. Y esa también había sido hasta ahora la recompensa de muchos padres al esfuerzo escolar de sus hijos. Desafortunadamente, en los últimos dos años este orden ha cambiado un poco para muchos jóvenes y también para las autoescuelas. Y es que, según asegura José Miguel Báez, presidente de la Confederacional Nacional de Autoescuelas (CNAE), las matriculaciones para obtener el permiso de conducir en el periodo estival han caído en picado. Si en junio de 2009, solo en Madrid, se examinaban entre 1.200 y 1.300 alumnos, ahora no pasan de 300.

Ni el reclamo de las ofertas está consiguiendo mover un negocio que está cambiando de arriba abajo debido a la situación económica. Y es que pese a las ofertas, que suelen ir cargadas de letra pequeña, la realidad es que obtener el permiso de conducir actualmente cuesta entre 800 y 1.000 euros en cualquier parte de España y la situación económica "lo único que está haciendo es ajustar la demanda", explica Báez.

Jesús Sánchez García, propietario de la autoescuela Acoran, ubicada en un barrio de Madrid, señala que la masificación que se producía antes en verano y Navidades ya no se produce. Prueba de ello es que hace unos años había turnos de examen tanto por la tarde como por la mañana y en estos momentos los exámenes se reducen solo al turno de mañana.

Y eso que Madrid no es de las comunidades autónomas más afectadas. Canarias, Extremadura y Andalucía son algunas de las más golpeadas por estas caídas, "que son precisamente las regiones donde existen las mayores tasas de desempleo", aclara Báez.

Esta situación nueva está cambiando el paisaje de un sector hasta ahora más o menos conformado. Si antes la mayoría de las autoescuelas españolas eran pequeñas empresas, ahora se han convertido en microempresas, que han tenido que reducir incluso el número de vehículos. Muchas de ellas se han visto obligadas a recortar el número de profesores, y otras han tenido que negociar con los formadores para que se quedaran con alguno de los centros, lo que ha fraccionado aun más el sector.

Esto explica por qué no ha descendido el número de autoescuelas abiertas, unas 9.600, pero sí el tamaño y el número de empleados en el sector. Báez ha estimado que la pérdida de puestos de trabajo en las autoescuelas españolas ha sido de unas 12.000 personas.

Pero todo no podía ser malo. Los tiempos difíciles, además de otras iniciativas como el carné por puntos, están propiciando una mayor profesionalización del sector y también de la seguridad vial. Como botón de muestra: hace tres o cuatro años era imposible elegir los mejores profesores, dada la demanda, y ahora, los seleccionados son los que tienen un mayor nivel de preparación y ofrecen un mayor rendimiento, según ha asegurado Sánchez.

Al margen de este ajuste, actualmente uno de los caballos de batalla que está lacrando la formación de los jóvenes en seguridad vial en España es internet. Aunque a priori la red es una herramienta muy útil para preparar el examen teórico de conducir, nunca puede sustituir al profesor. Y es que está comprobado que los accidentes de tráfico están íntimamente relacionados con una insuficiente formación en seguridad vial, "y esta solo se obtiene en la autoescuelas", resalta Báez.

Este es el motivo por el que Mar Cogollos, presidenta de la Asociación para el Estudio de la Lesión de Médula Espinal (Aesleme), entidad dedicada a la prevención de accidentes, considera que debería ser obligatoria la asistencia a un mínimo de 10 clases teóricas para obtener el permiso de conducir, como ocurre en otros países de Europa. Muchos jóvenes "se limitan a memorizar las respuestas, tienen cero fallos en los exámenes, pero no saben circular", se queja Sánchez. Y eso no es suficiente.

El peligro del alcohol, las drogas, las distracciones, el uso de los dispositivos electrónicos, el sueño o sencillamente el conocimiento de cómo hay que llevar la presión de las ruedas o cómo comportarse en una glorieta son temas de seguridad vial, que interpretan los formadores en las autoescuelas, no los test descargados en la red, insisten en la patronal de las autoescuelas.

Además de la teoría, la preparación práctica también es crucial en seguridad vial. Otro de los frentes que a todas luces habría que reforzar, arguyen en el sector. Aunque es cierto que en los últimos años "España ha pasado de ser el farolillo de cola de Europa en cuanto a accidentes a jugar en la Champions", arguye Báez, regular el establecimiento de un número de clases prácticas mínima ayudaría bastante a seguir por ese camino, algo que ya ocurre en países como Alemania o Portugal, donde son obligatorias 30 prácticas. En España, un mínimo de 28 clases otorgarían el apto, opina Báez,

Así y todo, en verano los resultados en los exámenes son similares a los del resto del año: el 65% de aprobados en el teórico para alumnos que van por primera vez y el 50% de aprobados en el examen práctico.

La cifra

 

300 alumnos se examinaron en Madrid del carné de conducir el pasado junio, frente a los 1.300 que lo hicieron en 2009.

Conducir a los 17, en punto muerto

Modelo alemán, modelo francés. Estas son las dos plantillas sobre las que han pivotado todos los estudios previos que se han desarrollado para implantar en España la conducción anticipada de los jóvenes a los 17 años, siempre y cuando vayan acompañados de un adulto. Una práctica que, según explica Mar Cogollos, presidenta de Aesleme, ha resultado muy eficaz en otros países, donde se ha conseguido rebajar el número de accidentes entre los más jóvenes.Con el sistema alemán, más aceptado entre las fuentes consultadas en el sector, el joven tiene que realizar primero el examen para obtener un permiso provisional. Durante un año y hasta que cumpla los 18, el alumno puede conducir acompañado por un adulto, siempre y cuando este no haya sido sancionado por ninguna infracción.Una vez superado este periodo de tiempo y si el alumno no ha tenido ninguna anotación por infracciones, el permiso de conducir se convierte en definitivo.Por el contrario, en el modelo francés, el menor puede conducir acompañado de un adulto después de dar un mínimo de entre 28 y 30 clases, pero se examina después. En este caso, el acompañante tiene que pasar también por la autoescuela, donde recibe varias clases de control.

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